Mentiras piadosas

¡°Basada en una mentira real¡±. Pocas veces una frase sobreimpresionada en la pantalla tras el primer segundo de metraje hab¨ªa adquirido tanto sentido. Literal y tambi¨¦n metaf¨®rico. Entre la sorna, el metalenguaje y la toma de conciencia moral, la sentencia abre The Farewell, segundo largometraje de la directora chinoestadounidense Lulu Wang; su sombra pulular¨¢ alrededor de todo el relato, acerca de una anciana con un c¨¢ncer terminal que sus familiares deciden encubrirle; y solo adquirir¨¢ un sentido final cuando, tras el ¨²ltimo plano, se abran consecuencias de todo tipo que nos guardaremos en desvelar.

Wang, escritora y directora, est¨¢ hablando de los ¨²ltimos d¨ªas de su abuela. Tambi¨¦n de su propia familia. E incluso de ella misma, con un personaje interpretado con gracia y carisma por la rapera y actriz Awkwafina, claro trasunto de la autora, nacida en China, de padre diplom¨¢tico y criada en Estados Unidos. Y es esa mezcla entre lo Oriental y lo Occidental la que se configura como uno de los principales trasfondos de una pel¨ªcula complicada en su definici¨®n gen¨¦rica: que lo mismo puede ser una comedia ligera que un drama de esperanza que un estrambote tr¨¢gico. Un tanto a la manera de Good Bye Lenin, tambi¨¦n sobre un gran embuste programado y ejecutado por una familia al completo, pero con una vinculaci¨®n meridiana en cuanto a tono y estilo: El banquete de boda y Comer, beber, amar, las comedias del taiwan¨¦s Ang Lee anteriores a su desembarco en el cine de Hollywood.

Con una notable utilizaci¨®n de la banda sonora y el sonido, sobre todo de los temas de m¨²sica cl¨¢sica, The Farewell desarrolla y hasta llega a verbalizar la esencial dicotom¨ªa entre el modo de vida occidental y el oriental: el primero, basado en una concepci¨®n individual; el segundo, como parte de un todo insoslayable, que en este caso podr¨ªa ejercer de figura ret¨®rica de la propia familia o incluso del pa¨ªs chino como referencia ineludible en sus tradiciones.

A trav¨¦s de planos fijos no demasiado alargados en el tiempo, y con una direcci¨®n muy ¨¢gil, menos basada en los movimientos de c¨¢mara que en el montaje y en el gusto por el encuadre, sin apenas primeros planos y con bastante aire por ambos extremos y por arriba, Wang articula su historia con convicci¨®n y una extra?a apariencia de levedad. Porque, aunque no sea ning¨²n prodigio de trascendencia dentro de un relato anclado en el significado de la muerte, The Farewell acaba siendo una interesante reflexi¨®n alrededor de la mentira, englobada desde el enunciado inicial. Y aqu¨ª todos mienten: la familia a su matriarca; los personajes entre ellos y tambi¨¦n a s¨ª mismos, y hasta la directora al espectador. Trolas piadosas con las que hacer un mundo mejor (o no).