La brillante autoficci¨®n de Joanna Hogg
La cineasta, a quien el festival de Sevilla dedica una retrospectiva, recrea el Londres de inicios de los ochenta en ¡®The Souvenir¡¯, con la que gan¨® en Sundance el Gran Premio del Jurado
Durante dos d¨¦cadas, la brit¨¢nica Joanna Hogg (Londres, 59 a?os) trabaj¨® en series de televisi¨®n. "Sin embargo, yo siempre me sent¨ª directora de cine", cuenta seria, con su ingl¨¦s exquisito, en el festival de cine de Sevilla, que le dedica una retrospectiva. "Empec¨¦ como fot¨®grafa, pas¨¦ por la escuela de cine y acab¨¦ en la tele. Y de verdad, nunca dud¨¦. Siempre estaba desarrollando ideas para pel¨ªculas. Puede que alguna vez se cruzara por mi cabeza el pensamiento de que a lo mejor no iba a dirigir un largo, pero vamos, como mucho me dur¨® 30 minutos en dos d¨¦cadas". El tiempo la puso en su sitio y ahora presenta en Espa?a The Souvenir, su cuarta pel¨ªcula, Gran Premio del Jurado del pasado certamen de Sundance, que ha contado con la producci¨®n ejecutiva de Martin Scorsese, y en la que Hogg, que domina el reflejo de las relaciones aparentemente calmas y volc¨¢nicas en lo soterrado, ha entrado en la autoficci¨®n: ella es, y no es, su protagonista.
The Souvenir muestra la historia de amor a inicios de los ochenta entre Julie, una estudiante de cine de buena familia, que le pagan un apartamento en el exclusivo barrio de Knightsbridge, al oeste de Londres, y un tipo extra?o, que trabaja en el Ministerio de Asuntos Exteriores. La relaci¨®n, evidentemente t¨®xica, y marcada por el consumo de drogas de ¨¦l, lastra la vida y los estudios de Julie. ¡°Las canciones, los detalles hist¨®ricos como la toma de rehenes en la embajada iran¨ª o la bomba en los almacenes Harrods forman parte de mis recuerdos. Pero tengo mala memoria y sobre todo, muchas ganas de ficcionar la historia¡±. La autoficci¨®n, un gran g¨¦nero en la literatura, no suele aparecer en las pantallas: ¡°No ha sido un viaje c¨®modo, desde luego, pero he encontrado mucho placer en bucear en lo que sent¨ªa entonces, como mis ganas de conquistar el mundo del cine y a la vez mi falta de confianza. Lo mejor ha sido recuperar mis trabajos de entonces para que sirvieran como elementos documentales en la pel¨ªcula¡±.
Para encarnar a Julie-Joanna, Hogg ha buscado un rostro nuevo, el de Honor Swinton Byrne, y para el de su madre no se complic¨® la vida: la madre real de Honor, Tilda Swinton, vieja amiga de Hogg, acept¨® el reto. ¡°Tilda conoci¨® a mi madre, y ha mezclado a la m¨ªa y a la suya para construir el personaje¡±, cuenta. Y sobre la colaboraci¨®n con Scorsese, explica: ¡°Vio mi segundo largo, Archipelago, y desde entonces hemos estado en contacto. Generoso con su tiempo, vio el primer montaje de mi tercer filme, Exhibition, me dio sabios consejos, y me ha ayudado a impulsar The Souvenir".? La cineasta alaba el esfuerzo de Scorsese para salvaguardar el audiovisual y remata: "Estoy completamente de acuerdo en su lucha por el cine de autor y sus comentarios sobre las pel¨ªcuals que nos dejan ver en la gran pantalla".
Hogg defiende la importancia del objeto. Y la superioridad de lo anal¨®gico sobre lo digital, la ventaja del celuloide como portador de recuerdos e im¨¢genes. Es tangible. Y restaurable. ¡°Quiero que el espectador sienta la sensualidad de los objetos. Me gusta c¨®mo Almod¨®var desarrolla esa sensaci¨®n¡±, apunta. ¡°Cualquier archivo digital puede desaparecer de un plumazo, es peligroso¡±.
"He encontrado mucho placer en bucear en lo que sent¨ªa entonces, como mis ganas de conquistar el mundo del cine y a la vez mi falta de confianza"
Del thatcherismo, cuyos destrozos sociales aparecen al principio en la pel¨ªcula que idea la protagonista, recuerda Hogg que le inspir¨® en su momento. Aunque apunta: ¡°Si te puede inspirar algo tan depresivo. Quise de verdad rodar un filme como el que se plantea en The Souvenir, un drama en la devastada ciudad de Sunderland. Con 20 a?os te interesa justo lo que te rodea. Al final, me doli¨® no haberlo hecho¡±. Ahora est¨¢ montando The Souvenir 2, que rod¨® en verano, y confiesa: ¡°Estoy bastante perdida mezclando realidad y ficci¨®n. Porque en esta continuaci¨®n Julie ya empieza a recapitular sobre su vida. Y no he logrado acabar con el di¨¢logo entre cine y recuerdos, se pisan unos a otros¡±.
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