El horror
Es duro hablar del horror supremo. Tambi¨¦n es necesario. Lo retrata la serie documental de Netflix 'El nazi Iv¨¢n el Terrible'
Ser¨ªa confortable creer en la realidad de aquellos dichos tan populares de ¡°el que la hace la paga¡±, ¡°Dios premia a los buenos y castiga a los malos¡± y ¡°a cada cerdo le llega su San Mart¨ªn¡±. La historia asegura que eso ocurre pocas veces, que la villan¨ªa acostumbra a tener bula. En la serie documental de Netflix El nazi Iv¨¢n el Terrible (el t¨ªtulo original se traduce como El diablo que viv¨ªa al lado), la mayor¨ªa de la trama se desarrolla en Jerusal¨¦n durante un proceso muy largo. En ese escenario antes juzgaron, condenaron y ejecutaron a un hombrecito llamado Eichmann, un bur¨®crata que se defendi¨® asegurando que ¨¦l solo obedeci¨® las ¨®rdenes que le daban sus superiores. Se ocupaba de la log¨ªstica al enviar a infinitos jud¨ªos a los campos de exterminio, a planificar eficazmente la Soluci¨®n Final. Era un mandado ese hombre de apariencia gris¨¢cea. Hannah Arendt invent¨® un concepto memorable sobre este personaje con su idea sobre ¡°la banalidad del mal¡±.
Pero a John Demjanjuk, un emigrante ucranio que se estableci¨® en Cleveland despu¨¦s de la II Guerra Mundial y se comport¨® como un marido, padre, abuelo, trabajador y vecino ejemplar, no le acusaron al ser extraditado a Israel de haber ejercido con banalidad el mal, sino de haber disfrutado de ¨¦l con sadismo. No solo manejaba las c¨¢maras de gas en Treblinka, sino que sent¨ªa un placer especial ensartando beb¨¦s, ni?os y ancianos con su bayoneta y jugando al f¨²tbol con sus cabezas.
Algunos supervivientes reconocieron en el juicio el rostro del demonio. Le condenaron y, posteriormente, el Tribunal Supremo lo absolvi¨® al tener algunas dudas sobre su culpabilidad y sobre el testimonio de sus v¨ªctimas. Es duro hablar del horror supremo. Tambi¨¦n es necesario.
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