Delicias y castigos de Masoliver
No hay nada de esta vida del escritor, ni sus viajes, ni sus amores, ni sus inquinas o pasiones, que no ocupe lugar en el trayecto de su escritura
Este libro existe por amor a la escritura. Va fluyendo como si el cuerpo entero de Masoliver, su gran estatura, sus 80 a?os de vida, sus huesos, la nariz imperiosa, su mirada luciferina, inquisitiva, sus manos ahora prolongadas por un bast¨®n, su risa, su inseparable poes¨ªa, su largo trabajo de cr¨ªtico (en La Vanguardia, sobre todo), se emplearan en la tarea de contar la vida que va desde la infancia en Masnou (ahora El Masnou) hasta esta era de iron¨ªa y de melancol¨ªa a la que el tiempo lo ha ido conduciendo.
No hay nada de esta vida de Masoliver, ni sus viajes, ni sus amores, ni sus inquinas o pasiones, que no ocupe lugar en el trayecto de su escritura. Como si cupiera todo y a la vez se quisiera librar de todo. Coleccionista de muchas cosas, aqu¨ª despoja y a la vez se cubre de hechos e historias que, aunque parezcan min¨²sculos, terminan siendo esenciales para entender la ¨¦poca, la familia, los egos o la pol¨ªtica, desde el franquismo castrador hasta las actuales castraciones patri¨®ticas¡ Hay adem¨¢s humor, nombres propios, figuras que van y vienen, pasiones que se fueron diluyendo, parientes que fueron abrigo y despecho, cari?os adversativos, rencores fulgurantes, olvidos. Hay sexo, miradas, el adolescente acompa?¨¢ndolo hasta el ¨²ltimo recodo actual de los deseos. Hay una risa soterrada y otra abierta, y en las dos risas est¨¢ tambi¨¦n la que a s¨ª mismo se dedica en cualquiera de sus edades.
Es una delicia leerlo. Es adem¨¢s una memoria sin tiempo. No est¨¢ escrita para subrayar, sino para seguir contando. No importa tanto lo que ocurri¨®, sino c¨®mo ocurrieron las cosas, qu¨¦ huella o herida dejaron en el ni?o o en el hombre maduro, de qu¨¦ modo todo lo que ha ido sucediendo se convierte en presente en su alma y en su rostro. En el espejo siempre est¨¢n ¨¦l y los otros que son tambi¨¦n Masoliver en cualquiera de las edades de sus pacientes recuerdos. La ¨²nica fecha que aparece escrita, pr¨¢cticamente, es la de 2016, que fue cuando acab¨® el libro, en El Masnou y, naturalmente, con un poema para su amada, su ¡°princesa republicana¡±, S¨°nia Hern¨¢ndez, su mujer actual, escritora como ¨¦l, que ilustra esta ¨¦poca de la mayor veteran¨ªa de Masoliver con la certeza y con la virtud del amor. Ella es, eso se deduce del calor de la escritura, la que le salva la vida cuando ¨¦sta entona, en todos los idiomas de su vida (el franc¨¦s, el ingl¨¦s, el catal¨¢n, el espa?ol, el italiano), el largo adi¨®s.
No hay ni una l¨ªnea que no est¨¦ escrita por placer. En alg¨²n momento parece un conjunto de delicias. Pero, cuando se decide a resolver entuertos, Masoliver a?ade castigos a las delicias. Entonces Desde mi celda alcanza un vigor tan estimulante como la propia literatura deliciosa que practica. Quedan expuestos colegas engre¨ªdos, jurados falsos, amigos cuya doblez los llev¨® a la esquina del olvido. Aunque tambi¨¦n hay grandes amores, personajes insustituibles en su memoria, la ternura del descre¨ªdo. Poeta de ra¨ªz y de destino (declara que esto es lo ¨²ltimo que escribe, para a?adir que esa advertencia ser¨¢ traicionada, sin remedio, por la poes¨ªa), escribe para ser feliz, porque ley¨® (y sigue haci¨¦ndolo) para lo mismo. Es un libro feliz hasta en las contradicciones.
Desde mi celda. Memorias. Juan Antonio Masoliver R¨®denas. Acantilado, 2019. 289 p¨¢ginas. 20 euros.
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