La casa de Vicente Aleixandre, m¨¢s cerca de su protecci¨®n cultural
Un informe encargado por la Comunidad de Madrid recomienda preservar la vivienda por la importancia hist¨®rica que tuvo para varias generaciones de poetas y pensadores
Despu¨¦s de a?os de tiras y aflojas, puede que el futuro de Velintonia, n¨²mero 3, la casa madrile?a donde vivi¨® Vicente Aleixandre, el ¨²ltimo poeta espa?ol galardonado, en 1977, con el Premio Nobel de Literatura, comience a despejarse. Un informe, encargado por la Comunidad de Madrid al catedr¨¢tico em¨¦rito de Literatura de la Universidad de Zaragoza, Jos¨¦-Carlos Mainer, defiende la conservaci¨®n de la vivienda y cree ¡°un error que, por un motivo u otro, se acabe derribando el edificio¡±.
La vivienda, de tres plantas, en el distrito de Moncloa, uno de los m¨¢s caros de la capital, es propiedad de los herederos del poeta y, debido a su falta de protecci¨®n, podr¨ªa ser vendida y derribada. ¡°Preservar esos rincones y el recuerdo de quienes los habitaron me parece muy importante. Y en este marco de actuaci¨®n, el rescate de la casa resulta algo de lo que no es f¨¢cil zafarse¡±, se?ala el experto en el documento, al que ha tenido acceso EL PA?S, denominado Informe sobre la preservaci¨®n de la casa de Vicente Aleixandre.
Mainer califica de ¡°cap¨ªtulo de pugilato de intereses familiares ¡ªque no dejan de ser muy leg¨ªtimos¡ª y de prop¨®sitos demasiado vagos por parte de las autoridades para proporcionar un uso cultural a la vivienda¡±. El ¨²ltimo desencuentro fue hace a?o y medio, cuando el Ayuntamiento, entonces en manos de Manuela Carmena (Ahora Madrid), manifest¨® su intenci¨®n de expropiar el inmueble si no hab¨ªa acuerdo con los descendientes del autor.
El catedr¨¢tico recuerda que ese espacio, entre 1927, cuando entr¨® a vivir la familia del poeta, y 1936 fue ¡°el lugar de reuni¨®n de los amigos de Aleixandre; Lorca tocaba all¨ª el piano y Miguel Hern¨¢ndez aprendi¨® mucho de aquellos hermanos mayores que le llevaban diez a?os. Y luego fue el lugar de peregrinaci¨®n de todos los poetas espa?oles que se dieron a conocer en la posguerra y los a?os que siguieron¡±. Adem¨¢s, a?ade que Aleixandre fue ¡°el promotor de una tertulia variada que inclu¨ªa a otros escritores, profesores universitarios, hispanistas de paso por Espa?a, estudiantes... Ah¨ª se gest¨® la historia de muchos a?os de la poes¨ªa espa?ola¡±.
Su informe concluye recomendando que se recabe la opini¨®n de otros estudiosos de la poes¨ªa (de los que incluso da sus nombres) y de arquitectos ¡°para que puedan dar un testimonio muy atendible de las razones que aconsejan, o desaconsejan, alguna forma de preservaci¨®n¡±.
El informe t¨¦cnico realizado hace unos a?os por la Administraci¨®n auton¨®mica consideraba ¡°imposible¡±, con la actual Ley de Patrimonio, declarar Velintonia como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) y aumentar su grado de protecci¨®n, que ahora mismo es nulo. A causa de su escaso valor arquitect¨®nico, la Comunidad est¨¢ obligada a acreditar la vinculaci¨®n del inmueble ¡°a hechos de especial relevancia para poder incoar ese expediente¡±, explican fuentes del Gobierno regional. La propia consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, ha manifestado que est¨¢ dispuesta a declarar la vivienda BIC en ¡°atenci¨®n a su importancia hist¨®rica, la casa donde estuvo Lorca, donde estuvo Cernuda, Alberti, donde vivi¨® Carmen Conde, donde sucedieron tantas cosas¡±. ¡°Es parte importante del patrimonio emocional de la Comunidad de Madrid. Vamos a hacer lo posible¡±, a?adi¨®.
Este peri¨®dico ha contactado con uno de los herederos de Velintonia, Amaya Aleixandre, sobrina nieta del poeta, que posee el 60% del inmueble. Amaya Aleixandre mostr¨® su sorpresa ante la pretensi¨®n de la Comunidad de Madrid de proteger la vivienda, algo que desconoc¨ªa por completo, y se limit¨® a declarar que ¡°cuando las Administraciones est¨¦n preparadas se pongan en contacto¡± con ellos. Entonces ser¨ªa el momento de ¡°negociar un precio, de un acuerdo¡±. El deseo de Amaya Aleixandre ser¨ªa que el edificio se convirtiera por fin en una ¡°casa de la poes¨ªa¡±.
Por ese mismo objetivo y por la protecci¨®n de la vivienda pelea desde hace un cuarto de siglo la Asociaci¨®n de Amigos de Vicente Aleixandre, que organiza cada a?o un acto en la casa para reivindicar su salvaci¨®n y que ha venido recabando el apoyo de artistas e intelectuales desde entonces, el ¨²ltimo, el escritor Fernando Aramburu, que el pasado 27 de abril visit¨® Velintonia y tuite¨®: ¡°He salido desolado. Creo que habr¨ªa sido mejor no ir y seguir enga?ado creyendo que amamos nuestro patrimonio¡±. Aramburu se un¨ªa as¨ª a una lista de intelectuales y artistas que en su momento manifestaron su preocupaci¨®n por el futuro de este inmueble: Luis Eduardo Aute, Paul Bowles, Francisco Brines, Dulce Chac¨®n, Antonio Gamoneda, Pablo Garc¨ªa Baena, Ian Gibson, Jos¨¦ Hierro, Fernando L¨¢zaro Carreter, Vicente Molina Foix, Raphael, Claudio Rodr¨ªguez, Joan Manuel Serrat...
¡°No se trata de un capricho de admiradores de Aleixandre¡±, dice por tel¨¦fono el presidente de la asociaci¨®n, Alejandro Sanz. ¡°Queremos que Velintonia sea un centro vivo, abierto para los amantes de la poes¨ªa¡±. Sobre las intenciones del Gobierno madrile?o, apunta que la declaraci¨®n de BIC ¡°no sirve de nada, si no se le da una utilidad p¨²blica; para no dejar morir Velintonia, no solo hay que protegerla¡±.
La propuesta de esta asociaci¨®n es dotar a la casa ¡°de un espacio muse¨ªstico, que podr¨ªa estar en el dormitorio, donde Aleixandre concibi¨® la mayor parte de su obra, y la biblioteca¡±. Sanz subraya que el resto podr¨ªa ser lugar para ¡°conferencias, conciertos, exposiciones...¡±. Sin embargo, afirma que el mejor homenaje al autor de obras como La destrucci¨®n o el amor o Sombra del para¨ªso ¡°ser¨ªa que su antigua casa se convirtiese en un centro de documentaci¨®n y estudio de la poes¨ªa en espa?ol del siglo XX¡±. Mientras, el hogar al que el poeta retorn¨® tras la Guerra Civil, y reconstruy¨®, para vivir en ella hasta su muerte se mantiene silenciosa y abandonada, a la espera de un acuerdo que nunca termina de llegar.
Babelia
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