Jeremy Irons: ¡°Me hubiera gustado ser retratado por Goya¡±

La poderosa voz de Jeremy Irons (Cowes, Reino Unido, 71 a?os) suena a teatro de Shakespeare tamizada por mucha nicotina. Alto, flaco y elegante conserva todo el magnetismo de las actuaciones por las que ha acumulado los premios m¨¢s importantes del cine y el teatro con obras tan conocidas como La misi¨®n, Herida, Lolita, Retorno a Brideshead, El hombre de la m¨¢scara de hierro o La casa de los esp¨ªritus. En su ¨²ltima actuaci¨®n, Pintores y reyes del Prado,?un documental dirigido por Valeria Parisi que se estrena el pr¨®ximo d¨ªa 9 en 200 salas espa?olas,?gu¨ªa al espectador por la historia y cada rinc¨®n del Museo del Prado.?El actor ha presentado la pel¨ªcula en la sala dedicada al taller romano del museo, ante Ariadna dormida. Javier Solana, presidente del patronato de la pinacoteca, asegur¨® que le gustaba el proyecto porque, dentro de los actos del bicentenario, representa algo c¨¢lido y sofisticado de lo que es la vida de una instituci¨®n a la que le gusta referirse ¡°como museo de la paz¡± .

Como cuenta el propio Irons, a lo largo de 90 minutos la pel¨ªcula desborda la etiqueta de documental porque a¨²na ¡°pintura, nobleza, pasi¨®n, coraje, historia, teatro y fotograf¨ªa. Es una fusi¨®n de almas¡±.

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El viaje empieza con Jeremy Irons contemplando La gloria, el famoso cuadro de Tiziano que conmovi¨® al emperador Carlos V. Y a partir de ah¨ª el recorrido, no cronol¨®gico ni lineal, hace que el espectador conozca el alcance del Imperio, la guerra contra Napole¨®n, la p¨¦rdida de las colonias o el traslado de los cuadros durante la Guerra Civil. El actor habla de todo ello paseando por Yuste, El Escorial, Toledo, Madrid y, por supuesto, los espacios m¨¢s determinantes del Museo del Prado, incluido el taller de restauraci¨®n y el Sal¨®n de Reinos.

Ante algunas joyas pict¨®ricas como El descendimiento de Rogier van der Weyden, El Lavatorio de Tintoretto, Las meninas de Vel¨¢zquez o Los fusilamientos de Goya, Irons da paso a los expertos conservadores del museo, incluido su director, Miguel Falomir. Y tambi¨¦n a cinco mujeres de especial relevancia en la cultura espa?ola: la escen¨®grafa Helena Pimenta, la bailarina Olga Pericet, la fot¨®grafa Pilar Peque?o, la presidenta de la Fundaci¨®n Garc¨ªa Lorca, Laura Garc¨ªa Lorca, y la actriz Marina Saura, hija del pintor Antonio Saura.

Amante declarado del arte en todas sus manifestaciones, Jeremy Irons se disculp¨® por saludar en italiano con un entusiasta buongiorno y responder en ingl¨¦s a las preguntas de los periodistas. Celebr¨® la oportunidad de volver a visitar Madrid porque le encanta el baile, la comida, las calles y la gente y cont¨® emocionado como hab¨ªan sido las noches de rodaje por las salas con el museo cerrado. ¡°Ha sido una experiencia fascinante. Los productores, italianos, lo ten¨ªan todo muy bien organizado de manera que cada intervenci¨®n se hac¨ªa con una sola toma. Me dej¨¦ dirigir. Puedo decir que ha sido una experiencia muy satisfactoria e indolora¡±.

Cuando se le pide que escoja entre Vel¨¢zquez, el Greco y Goya para hacerle un retrato, lo piensa largamente haciendo aspavientos para finalmente responder que elegir¨ªa al joven Goya. ¡°Vel¨¢zquez me har¨ªa un retrato superficial y El Greco no me sacar¨ªa el lado bueno¡±, remata entre risas.

Si pudiera, ?qu¨¦ cuadro se llevar¨ªa a casa? Extendiendo los brazos, Irons contesta que no hay respuesta posible. ¡°Puede que Las merinas o alg¨²n Goya porque me gustan todos. Pero, no se puede elegir solo uno¡±.

Despu¨¦s de conocer a fondo una colecci¨®n muy identificada con la pintura italiana y especialmente con la veneciana, Irons comenta que echa en falta alguna representaci¨®n de la pintura brit¨¢nica. Puesto a incluir alguna obra realizada por un compatriota responde sin dudar que incluir¨ªa un paisaje de Turner, ¡°una de esas escenas marinas en las que se ve un barco al amanecer envuelto en la deslumbrante belleza de la naturaleza¡±.

Y para terminar da un consejo a los m¨¢s j¨®venes: que vean el documental, que visiten el museo y que levanten la cabeza de las pantallas de sus tel¨¦fonos m¨®viles para contemplar lo que les rodea, hablar entre ellos y convertirse en mejores seres humanos.