El pozo sagrado de Nick Cave
Tras la muerte de su hijo, el ¨²ltimo disco del m¨²sico australiano es una esas obras que necesita m¨¢s tiempo de lo normal para asimilarse
Hay obras que tienen tanto dentro que, a veces, se necesita bastante m¨¢s tiempo de lo normal para asimilarlas. Nick Cave ha publicado recientemente un disco que forma parte de este tipo de obras. Suena manido, pero se puede llegar a sentir profundamente: Ghosteen no es un ¨¢lbum m¨¢s, ni siquiera un gran ¨¢lbum. Ghosteen es un pozo: si te sumerges, caes hacia un territorio extremadamente sensible y doloroso. Un lugar extra?o e irreal, al que siempre apela el mejor arte.
Es un pozo tan doloroso que puede llegar a rechazar a muchos oyentes. De hecho, lo hace. Los expulsa por la v¨ªa de lo f¨¢cil. Su sonido, sus letras, su prop¨®sito inquebrantable contra lo superficial¡ todo conspira para que el oyente de est¨ªmulos f¨¢ciles sea rechazado. Todo, indisolublemente unido, es como un ej¨¦rcito que proh¨ªbe el paso a las hordas de oyentes de hoy en d¨ªa que se les hace largo un disco, que pican de aqu¨ª y de all¨ª, que saltan de canci¨®n en canci¨®n, hacen turismo por las playlists y esperan que una emoci¨®n virtual sustituya a otra, como si la vida se resumiese en un algoritmo o se filtrase por la red social. No: Ghosteen no es para ser simplemente o¨ªdo. Hay que vivirlo sin compasi¨®n.
Quiz¨¢ para aquellos que han sufrido un dolor desgarrador como el de Nick Cave este disco se adhiera a ellos con m¨¢s facilidad que para el resto. Quiz¨¢. Ya se sabe: este es el ¨¢lbum que llega para destilar el dolor del m¨²sico australiano tras la muerte de su hijo Arthur Cave, fallecido a los 15 a?os durante lo que se supone fue su primer viaje de LSD. El chico se precipit¨® por un acantilado.
Entrevist¨¦ a Nick Cave unas semanas antes de la muerte de su hijo a prop¨®sito de su libro La canci¨®n de la bolsa para el mareo. Estaba advertido: Cave era un sabueso impredecible, que podr¨ªa morderte desde el otro lado del tel¨¦fono si ten¨ªa un mal d¨ªa. Era mejor andarse con cuidado. Sorprendentemente, me encontr¨¦ con un ser muy cordial y con una conversaci¨®n enriquecedora, que se alarg¨® sin problemas. La parte final de nuestra larga charla no se lleg¨® a publicar. En ella, tras haber tratado su pasado con las drogas donde me cont¨® que empez¨® a consumir hero¨ªna en el instituto, sali¨® un padre de familia. Un padre de familia que habl¨® de un sentido de la responsabilidad con sus dos hijos adolescentes de una forma honesta. Quiz¨¢ porque yo tambi¨¦n soy padre, fue la parte de la conversaci¨®n que m¨¢s disfrut¨¦ y acab¨¦ recordando a los pocos d¨ªas.
Con palabras precisas despu¨¦s de la experiencia errante de su existencia, habl¨® de ¡°la hermosa ¨¦poca del descubrimiento¡± en la que ya se hab¨ªan adentrado sus hijos gemelos. No s¨¦ si Cave era ya un ser feliz o no, porque eso no se puede saber por una simple charla telef¨®nica, ni siquiera se puede saber muchas veces con tu propio padre, hermana o pareja, pero s¨ª percib¨ª claramente a un ser en armon¨ªa. Con la clarividencia comunicadora de los grandes artistas, Nick Cave me transmiti¨® fe en la vida. Pero lleg¨® la muerte. Una tan espantosa que se resume en la frase de que ning¨²n padre deber¨ªa enterrar a su hijo. Es antinatural. Es inhumano.
Ghosteen suena en el territorio de lo inhumano. El t¨ªtulo es una combinaci¨®n de la palabra ¡°fantasma¡± y el sufijo que en ingl¨¦s significa ¡°peque?o¡±, pero tambi¨¦n guarda otro significado: ¡°benevolente¡±. Este fantasma benevolente se mueve en una tierra ¨²nica. El propio m¨²sico ha descrito este ¨¢lbum como ¡°un esp¨ªritu migratorio¡±. Es decir, hay un viaje al que se somete al oyente. El viaje hacia un pozo, que empieza, como en una enso?aci¨®n a la que se cae sin posibilidad de agarrarse a nada, con las capas de sintetizadores de Spinning Song.
Con ese toque industrial en el sonido, es una enso?aci¨®n que se mueve entre tinieblas. No es buc¨®lica, quiz¨¢ tampoco aterradora, pero s¨ª es lo suficientemente fantasmag¨®rica para ser un lugar nuevo, proscrito, lejos de la realidad, tambi¨¦n de la realidad sonora actual, movida por impulsos hedonistas y muy distintos, pero tambi¨¦n de la propia realidad sonora de Nick Cave, que se desentiende del sonido violento y musculoso de los Bad Seeds para tejer una atm¨®sfera crud¨ªsima bajo la complicidad del teclista Warren Ellis. Una atm¨®sfera que, como en un sue?o cada vez m¨¢s profundo, cada vez m¨¢s real, crece y crece hasta confundir definitivamente lo so?ado con lo vivido. Lo fantasmag¨®rico con la tierra de los vivos.
La textura del sonido es esencial para descifrar Ghosteen. Es densa e imperial, como una noche oscura, pero tambi¨¦n es circular, te rodea por todas partes, como una niebla. Se podr¨ªa decir que es un sonido plano y plomizo, y casi parece ser cierto, si no fuera porque, entre este ambiente instrumental espeso, refulge en cada instante algo org¨¢nico. Algo que, sin estar a la vista, se nota, como la humedad tras la tormenta, como el desconsuelo tras el dolor, como el misterio del esp¨ªritu humano. Si al sumergirte por este pozo sonoro, atraviesas el tel¨®n de lo establecido y sientes lo palpitante de este ambiente instrumental, Ghosteen te lleva, ya sin vuelta atr¨¢s, al territorio donde fue creado. Tambi¨¦n para lo que fue creado.
La portada del ¨¢lbum presenta una versi¨®n de The Breath of Life, una pintura del artista Tom duBois. Es un paisaje buc¨®lico. La periodista musical de The Observer, Kitty Empire, describi¨® esta obra de arte como un ¡°para¨ªso kitsch¡±, que viene a otorgarle a este disco ¡°un cambio radical de paisaje emocional¡± para Cave y su banda. Dentro de este paisaje emocional, el t¨ªtulo de la pintura da pistas del interior del disco: ¡°El aliento de la vida¡±.
Ghosteen. El aliento de la vida y del fantasma benevolente. Este doble ¨¢lbum est¨¢ dividido en dos partes. La primera descrita por Cave como Los Hijos, correspondiente a las ocho primeras canciones. Y la segunda llamada Los Padres, formada por las dos largas composiciones entrelazadas por un discurso. En el viaje por este nuevo paisaje de hijos a padres, Cave no muerde las canciones con rabia, ni tampoco las infecta de su particular veneno de crooner atormentado. Canta con una pena solemne, escenificada en ocasiones con un falsete dram¨¢tico y afilado. Es la pena de un fantasma en la tierra de los vivos, o de un superviviente en la tierra de los muertos. Da igual. Es un ser transitando por un espacio ins¨®lito, desprovisto de referencias f¨ªsicas y conocidas, rodeado de un mundo de percepciones, reflejos, vislumbres y sentimientos.
Solo al escuchar su lamento en Waiting for You, donde el alma de la persona a la que espera es ¡°como un faro que nunca pidi¨® ser libre¡±, se puede entender que Ghosteen no pertenece a ning¨²n lugar porque pertenece a todos. Y todos pertenecemos a ese lugar. Es un viaje que se puede resumir en algo tan b¨¢sico como el comienzo y el final del disco. Comienza con ese estribillo atornillado de tristeza en Spinning Song: ¡°La paz llegar¨¢ para nosotros¡±. Y acaba con ese otro, tambi¨¦n implorante de la ¨²ltima canci¨®n Hollywood, una composici¨®n de 14 minutos despleg¨¢ndose como un magma sensorial: ¡°Solo estoy esperando ahora a que la paz llegue¡±. Un disco circular, sin principio ni final. El viaje no va hacia ning¨²n lado y va hacia a todos.
En una de las pocas entrevistas concedidas tras la muerte de su hijo, Nick Cave contaba a The Guardian que ya no escrib¨ªa como siempre. De una forma narrativa. Dec¨ªa que hab¨ªa roto con su particular m¨¦todo de escritura tradicional, rompiendo tambi¨¦n con su rutina de meterse en su despacho a componer. Ahora tomaba notas mientras se sentaba en los marcos de las ventanas, tumbado sobre la cama, rodeado de libros en el sal¨®n o paseando por Brighton. ¡°Acumulo una reserva de notas y pensamientos, im¨¢genes e ideas en lugar de escribir letras al uso¡±. Este nuevo enfoque de composici¨®n enlazaba tambi¨¦n con una nueva filosof¨ªa de la existencia: ¡°La idea de que vivimos la vida en l¨ªnea recta, como una historia, me parece cada vez m¨¢s absurda y, m¨¢s que nada, una especie de conveniencia intelectual... Existe un coraz¨®n puro, pero a su alrededor es un caos¡±.
Ghosteen gira entorno a esa idea de pureza y caos. Cave citaba adem¨¢s a Stevie Smith, una escritora brit¨¢nica bastante desconocida, pero maestra de la poes¨ªa arcaica. Las formas libres de componer Stevie Smith se dejan ver en Cave, mucho m¨¢s instintivo que descriptivo. Smith defin¨ªa la poes¨ªa ¡°como una gran explosi¨®n en el cielo¡± y Cave se ha dejado alumbrar por ese estallido. ¡°Siento que he girado la esquina y me he maravillado con el paisaje: es abierto y vasto¡±, afirm¨® a The Guardian.
El paisaje de Ghosteen est¨¢ lleno de caminos emocionales que, al viajar al principio y al final de todo, se preguntan por Dios. Stevie Smith era agn¨®stica y anticlerical pero no rechazaba el di¨¢logo teos¨®fico. Cave, criado en una familia cristiana anglicana de fuertes convicciones, le sucede igual. Tambi¨¦n es agn¨®stico, pero le persigue su educaci¨®n. De adolescente se obsesion¨® con la Biblia y desde entonces aparecen r¨¢fagas de pensamiento por descifrar la verdadera realidad. En este disco, sucede a menudo con referencias religiosas cristianas y budistas, pero lo hace como una parte integrante del paisaje. Dios es una parte m¨¢s del paisaje del dolor.
En su ensayo, Ante el dolor de los dem¨¢s, la pensadora Susan Sontag recordaba que en el Renacimiento las im¨¢genes del dolor procuraban fortalecernos contra las flaquezas y ayudarnos a aceptar lo irremediable. En el mundo moderno, en cambio, el sufrimiento es visto como un error, un accidente o un crimen. ¡°El dolor es algo que debe repararse, algo que debe rechazarse, algo que nos hace sentir indefensos¡±, escrib¨ªa Sontag. Nick Cave, como si fuera un hombre del Renacimiento, acepta el dolor. Es la gran haza?a de Ghosteen. Pone m¨²sica a la aceptaci¨®n del dolor. El fantasma, m¨¢s que peque?o, es, por tanto, benevolente. Tiene buena voluntad hacia lo humano. El aliento de la vida all¨ª donde no existe, o se ha perdido toda capacidad de apreciarla.
Hace poco transcendi¨® una carta que una fan le escribi¨® a Cave. La chica le ped¨ªa ayuda para sobrellevar el asesinato de su madre, para saber qu¨¦ hacer con ¡°tanta ira y miedo¡±. El m¨²sico le contest¨®: ¡°Quiz¨¢, en este momento, tu ira es una manera de proteger el esp¨ªritu de tu madre, de cuidarla, de buscarla, de llamarla hacia ti. Es una ira pura y santa. Pero tambi¨¦n hay otro lugar, un sitio m¨¢s tranquilo que pacientemente te espera. Tal vez con el tiempo encuentres un momento para soltar la espada y, hablando en el silencio sagrado, habla con tu madre, con pena, en anhelo y en su presencia, y quiz¨¢ encontrar¨¢s alg¨²n consuelo all¨ª¡±.
Ese otro sitio m¨¢s tranquilo que pacientemente nos espera es como un pozo. Nebuloso, oscuro, hondo e irreal, pero donde al final, muy al final, desesperadamente al final, hay luz, la misma que brilla en Ghosteen en todo momento.
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