La anti canci¨®n de Navidad
Como todos los a?os, vuelve a resucitar 'Fairytale of New York', el amargo villancico de The Pogues con Kirsty MacColl.
Es de los pocos rituales de Navidad que todav¨ªa respeto. Por estas fechas, escucho obsesivamente Fairy tale of New York, de The Pogues con la voz invitada de Kirsty MacColl. Me disculpo alegando motivos profesionales: creo recordar que estren¨¦ el video en un programa de TVE, donde m¨¢s adelante intent¨¦ entrevistar al entonces cantante de The Pogues, el indestructible Shane MacGowan. Adem¨¢s, urge paladear Cuento de hadas en Nueva York?antes de que los nuevos puritanos consigan vetarla o ¨Cc¨®mo se hace en algunas emisoras de las Islas Brit¨¢nicas- cubrirla de pitidos, para tapar el chorreo de insultos que forma parte indisoluble de la canci¨®n, incluyendo ¡°faggot¡± (maric¨®n).
Fairy tale of New York?se escapa de los t¨®picos navide?os. Ese era el encargo: confeccionar una canci¨®n navide?a para todos los p¨²blicos pero que no sonara babosa. En palabras de su coautor, MacGowan, retrata a un d¨²o de veteranos de Broadway en horas bajas, durante la Nochebuena: ella ha terminado yonqui, ¨¦l se ha convertido en un alcoh¨®lico. Sus roles sorprenden: aqu¨ª, la t¨ªmida Kirsty se revuelve contra el fin de sus sue?os; el punki Shane, con su voz cazallera, todav¨ªa puede sentirse rom¨¢ntico y pedir intentarlo una vez m¨¢s en el pr¨®ximo a?o. Naturalmente, se trata de algo m¨¢s que una pelea de pareja: es una reflexi¨®n melanc¨®lica sobre la cara B de ese hecho esencial del drama de Irlanda, la emigraci¨®n a Estados Unidos, que precisamente viv¨ªa un pico hist¨®rico a mediados de los ochenta.
Se hace m¨¢s evidente en el video promocional de Peter Dougherty, que se benefici¨® del respaldo de la Polic¨ªa neoyorquina, un cuerpo tradicionalmente irland¨¦s (inserten aqu¨ª los chistes sobre la velocidad con que los oprimidos aprenden a convertirse en opresores). Un detalle relevante: la letra de MacGowan imaginaba al coro del NYPD, Departamento de Polic¨ªa de Nueva York, cantando la balada Galway Bay. No existe tal agrupaci¨®n pero s¨ª una banda de gaitas y tambores, unos agentes que exigieron lubricante alcoh¨®lico cuando llegaron al rodaje. Matt Dillon, ya una estrella tras sus pel¨ªculas con Coppola, tuvo que emplearse a fondo para evitar que los uniformados chocaran con los m¨²sicos. Dillon, americano irland¨¦s, hab¨ªa conectado inmediatamente con los Pogues, d¨®nde ve¨ªa una mezcla irresistible de The Dubliners con The Clash.
Tambi¨¦n Fairy tale of New York?resulta ser una amalgama: una exquisita melod¨ªa de piano que desemboca en una pieza festiva, que invita a marcar el ritmo de la bater¨ªa con los pies. Si solo se fijan en la instrumentaci¨®n en primer plano ¨Cacorde¨®n, mandolina, banjo, flauta irlandesa- y el consiguiente aspecto jaranero, puede que les pase desapercibido el dato de que se trata de un disco de exquisita factura pop, donde la habilidad para la filigrana del productor Steve Lillywhite se benefici¨® de que los Pogues llevaran dos a?os trasteando con el tema.
A pesar de toda la planificaci¨®n, Fairy tale of New York?no lleg¨® a ser el n¨²mero 1 en las Navidades de 1987: fue batido por Always on my mind, uno de los trabajos m¨¢s pedestres de los sublimes Pet Shop Boys. Sin embargo, a la larga se ha convertido en elemento esencial del paisaje sonoro de cada fin de a?o en muchos pa¨ªses. Quiz¨¢s sea m¨¢s universal de lo que parece. Como los propios Pogues: antes de disolverse, avisaron que, considerando sus lugares de nacimiento, eran un grupo m¨¢s ingl¨¦s que irland¨¦s. Identidades fluidas, lo llaman ahora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.