¡°Me duele respirar¡±
Liseth D¨¢vila y Josefa Meza, dos de las Madres de Abril que viven en agon¨ªa los asesinatos de sus hijos
Nicaragua, 2018. Estudiantes se manifiestan contra la dictadura de Daniel Ortega. La represi¨®n causa 300 muertos. Uno de los asesinados fue ?lvaro Conrado D¨¢vila, de 15 a?os, abatido cuando llevaba agua a los manifestantes. Alcanzado por una bala en la garganta, fue rechazado por el centro del Estado al que fue conducido en busca de socorro. En la agon¨ªa se le oy¨® decir: ¡°Me duele respirar¡±. Sergio Ram¨ªrez, l¨ªder civil de la revuelta sandinista que hace a?os dijo adi¨®s a los que la traicionaron, explic¨® esta semana desde Managua: ¡°Esa frase de ?lvaro engloba el drama de aquel abril. ¡®Me duele respirar¡¯. A todo el pa¨ªs le duele respirar desde entonces¡±.
Otro muchacho asesinado entonces fue Jonathan Moraz¨¢n Meza, que acudi¨® con su madre, Josefa Meza, a manifestarse con las madres de los asesinados en abril. Fue alcanzado en la cabeza por un francotirador. Liseth D¨¢vila es la madre de ?lvaro. Ella y Josefa Meza, estandartes civiles de las Madres de Abril, viajan por el mundo para que la memoria de los asesinatos habidos desde aquel levantamiento de abril no lo sepulte la dictadura. Esta semana estuvieron en Madrid. ¡°Esa frase que dijo mi hijo¡±, dice Liseth, ¡°ha sido inspiraci¨®n de la lucha contra los cr¨ªmenes de la dictadura¡±. ¡°Hoy est¨¢ peor Nicaragua¡±, dice Josefa. Hay m¨¢s represi¨®n ¡°y menos noticias que la den a conocer¡±. Es mayor el asedio militar. ¡°Estamos secuestrados por la dictadura asesina. Amparados en la emergencia, asesinan a campesinos y a veces no tenemos modo de divulgarlo¡±.
?C¨®mo ocurre esto en la Nicaragua ¡°violentamente dulce¡± y sandinista que Julio Cort¨¢zar abraza en los a?os ochenta del siglo XX? ¡°Porque¡±, comenta Liseth, ¡°hay personas que viven cegadas a que hay una dictadura contra un pueblo sin armas, que asesina a los muchachos. Somos las madres que, como el pueblo entero, exige justicia¡±. Han estado en la ONU, dice Josefa, ¡°para que nos mantengan en su agenda, porque han convertido Nicaragua en una c¨¢rcel guardada por militares, polic¨ªas y paramilitares¡±.
Hace 40 a?os combatieron los sandinistas a Somoza. ¡°Ahora¡±, dice Liseth, ¡°Ortega es peor que Somoza. Entonces el pueblo ten¨ªa armas, y ahora los armados son los polic¨ªas, los militares y los paramilitares que arm¨® el dictador y que van por las calles vestidos de civiles, asesinando al pueblo¡±. Conf¨ªan en que Espa?a ¡°use el poder sancionador que tiene Europa¡± para detener ¡°la opresi¨®n y el asesinato¡±. Consideran que quienes se manifiestan contra Ortega est¨¢n ¡°condenadas a una muerte civil; nuestros hijos no tienen derecho a nada, ni a educaci¨®n ni a salud p¨²blica ni a un trabajo. Estamos mal vistas y el Gobierno va en contra de quien nos emplea¡±.
La persecuci¨®n empez¨® aquel 18 de abril de 2018. Desde entonces ¡°seguimos siendo perseguidas, se han profanado tumbas de los asesinados, y somos asediadas. Ahora corremos riesgo de represalias al volver¡±. Pa¨ªs irrespirable, dicen, donde aquella ¨²ltima palabra de ?lvaro Conrado resurge como emblema.
Dice Gioconda Belli, escritora, su paisana: ¡°Esa frase de Alvarito se hace m¨¢s real: el r¨¦gimen nos est¨¢ asfixiando. Ni la misa f¨²nebre de Cardenal se pudo realizar. Nos impiden hasta llorar a nuestros muertos. Impidieron que las mujeres march¨¢ramos el 8 de marzo. A la mam¨¢ de Alvarito fue a una de las que encerraron con violencia ese d¨ªa. Nos asfixian porque tienen miedo¡±. Les duele respirar.
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