Muere Stuart Gordon, el cineasta que llev¨® a Lovecraft al gore con ¡®Re-Animator¡¯
El director de culto del g¨¦nero de terror ten¨ªa una profunda vinculaci¨®n con Espa?a
En 1985 los fans de H. P. Lovecraft acudieron en masa a los cines -bien, toda la masa que podemos reunir los fans de Lovecraft- para ver un filme sobre uno de los relatos del maestro del horror de Providence. Se encontraron con un filme en el que una joven desnuda atada a una camilla se enfrenta a la extravagante experiencia de ver c¨®mo un hombre decapitado trata de meterle la cabeza separada entre las piernas sujet¨¢ndosela con sus propias manos. Aquella imagen, y la anterior de la cabeza con mirada libidinosa relami¨¦ndose anticipadamente en una cubeta, eran de las que marcan ¨¦poca. Por no hablar de Rufus, el gato zombie m¨¢s espantoso nunca re-creado (aparte del Church de Cementerio de animales de Stephen King). El filme, que dej¨® desconcertados a los fans del pureta Lovecraft e indignados a los m¨¢s defensores de la ortodoxia (y entusiasmado al p¨²blico en general), era Re-Animator, y ahora su creador, el legendario Stuart Gordon, ha muerto.
Gordon, fallecido en su ciudad natal de Chicago el martes a los 72 a?os, consigui¨® labrarse un lugar en la historia del cine especialmente gracias a ese filme, que adaptaba de manera sui generis -y me quedo corto- Herbert West: reanimador (la obra original est¨¢ incluida en el volumen uno de la narrativa completa de Lovecraft publicada por Valdemar, 2005). En el libro Lovecraft plasm¨® una historia de terror sobrenatural con influencias g¨®ticas de Frankenstein sobre un m¨¦dico que vence a la muerte entre un aluvi¨®n de adjetivos, Gordon perge?¨® un verdadero cachondeo gore, una mezcla de horror y comedia que guarda poco que ver con el original a excepci¨®n del nombre del protagonista (interpretado por Jeffrey Combs), la notable aventura de resucitar muertos y el que la peripecia transcurra en la emblem¨¢tica Universidad de Miskatonic, la famosa instituci¨®n ficticia lovecraftiana -es sabido que en su restringida biblioteca se encuentra el Necronomic¨®n-, aunque, por razones de presupuesto, Gordon traslad¨® la historia a la actualidad.
Stuart Gordon, un hombre agradable cuya apariencia de bonhom¨ªa contrastaba con su delectaci¨®n en lo escabroso -Re-Animator est¨¢ considerada una de las pel¨ªculas con m¨¢s efusi¨®n de sangre (90,8 litros)-, ten¨ªa una profunda vinculaci¨®n con Espa?a. Trabaj¨® con la Fantastic Factory del productor Julio Fern¨¢ndez y de su amigo Brian Yuzna, para la que rod¨® otra adaptaci¨®n (realmente terrible) de Lovecraft, Dagon, la secta del mar (basada en La sombra sobre Innsmouth, 1931), filmada en Galicia y con Paco Rabal en el reparto. Y hab¨ªa sido invitado del Festival de cine de Sitges, donde en 1996 nos present¨® su filme Space Truckers, una subversi¨®n de la ciencia-ficci¨®n en la que Dennis Hopper encarnaba a una especie de camionero intergal¨¢ctico que transportaba entre planetas cerdos gen¨¦ticamente modificados. La presentaci¨®n de la pel¨ªcula, que inclu¨ªa un plano de broma kubrica en la que un objeto que se mueve a c¨¢mara lenta en el espacio sideral resulta ser una lata de cerveza, cont¨® aquel d¨ªa con un espectador de excepci¨®n, Quentin Tarantino, declarado admirador de Gordon.
Stuart Gordon no lleg¨® al cine hasta los cuarenta a?os, su medio art¨ªstico era en origen el teatro, que no abandon¨® nunca. Fund¨® y dirigi¨® diversos grupos y sacudi¨® el panorama esc¨¦nico en 1968 con una muy celebrada adaptaci¨®n pol¨ªtica de Peter Pan a partir de su experiencia en las protestas contra la guerra del Vietnam en la que el viaje a Nuncajam¨¢s era con LSD, los ni?os perdidos hippies, los piratas la polic¨ªa antidisturbios de Chicago y el capit¨¢n Garfio el alcalde de la ciudad, Richard Dealey. La mayor parte de su teatro era as¨ª de controvertido; puede imaginarse lo que hizo con Lis¨ªstrata¡ En The Game Show, era habitual que la representaci¨®n se detuviera al rebelarse el p¨²blico, indignado por el trato al que se le somet¨ªa. Tambi¨¦n puso en escena Gordon obras de David Mamet, una adaptaci¨®n de Huckleberry Finn que ser¨ªa cosa de verse y en 2009 dirigi¨® un one man show sobre Poe, Nevermore, con el protagonista de Re-animator, Jeffrey Combs, su actor fetiche, un hombre por cierto al que el filme de culto debi¨® parte de su ¨¦xito al ponerle a Herbert West ese aspecto de alumno aplicado psic¨®pata con aire de Anthony Perkins. Combs ha hecho varios papeles lovecraftianos y tambi¨¦n de unos cuantos aliens en Star Trek. En 2014, Gordon mont¨® Taste, una obra sobre el can¨ªbal de Rotenburgo, Armin Heiwes. Tambi¨¦n escribi¨®, produjo y dirigi¨® la versi¨®n en music hall de su obra cumbre, Re-Animator, el musical.
En el cine, destacan adem¨¢s de Re-Animator y sus secuelas, From Beyond (1986, titulada en Espa?a con dudosa habilidad Re-sonator), basada tambi¨¦n en Lovecraft (el relato Del m¨¢s all¨¢); Dolls, la casa de los mu?ecos diab¨®licos (1987), ambas con producci¨®n de su camarada Brian Yuzna; La fortaleza, otra incursi¨®n en la ciencia-ficci¨®n, con Christopher Lambert, y Castle Freaks (1995), donde regres¨® a Lovecraft adaptando una de las mejores historias del escritor, El extra?o. Casado con la actriz Carolyn Purdy-Gordon, a la que ha matado en varias de sus pel¨ªculas, y padre de tres hijas, Stuart Gordon deja en nuestra memoria algunos de los mejores-peores momentos del cine de terror. La secuencia de atrocidades in crescendo de Re-Animator, cuando todo se le va de las manos al joven cient¨ªfico ¨¦mulo de V¨ªctor Frankenstein que descubre un suero para revivir a los muertos y lo prueba a destajo, es una feliz concatenaci¨®n de hallazgos -la entrevista a la cabeza en la cubeta, los abusos del decapitado a la chica, el aplastamiento con la puerta-. Para los muy fans hay una versi¨®n extendida y nunca fue m¨¢s oportuno el t¨¦rmino de directors cut¡
Gordon explicaba que el origen de la historia tuvo lugar en una reuni¨®n de amigos en la que se habl¨® de pel¨ªculas de vampiros y se se?al¨® que hab¨ªa muchas pero pocas de Frankenstein. Alguien sugiri¨® al director leer el relato de Lovecraft, y Gordon se puso manos a la obra. Inicialmente pens¨® en una obra de teatro y despu¨¦s en una serie para televisi¨®n -medio para el que el realizador hizo varias creaciones-, pero Yuzna le sugiri¨® hacer un filme. Para prepararlo usaron un libro de patolog¨ªa forense e im¨¢genes reales de la morgue local¡
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