El puzle andaluz de Julio C¨¦sar
La tecnolog¨ªa l¨¢ser permite reconstruir dos batallas entre legiones romanas acaecidas con solo tres a?os de diferencia en el municipio cordob¨¦s de Montemayor
El reto para los expertos es apasionante: a mediados del siglo I a. C. en torno a la ciudad ib¨¦rica de Ulia (actual Montemayor, C¨®rdoba) se sucedieron dos batallas con menos de tres a?os de diferencia (48 y 46/45 a.C). Los contendientes, en ambos casos, fueron siempre legiones romanas que luchaban entre s¨ª, usaban los mismos equipos militares y hab¨ªan sido entrenadas de igual forma. El armamento hallado desde que en 2018 comenzaron las prospecciones arqueol¨®gicas (dardos, mun...
El reto para los expertos es apasionante: a mediados del siglo I a. C. en torno a la ciudad ib¨¦rica de Ulia (actual Montemayor, C¨®rdoba) se sucedieron dos batallas con menos de tres a?os de diferencia (48 y 46/45 a.C). Los contendientes, en ambos casos, fueron siempre legiones romanas que luchaban entre s¨ª, usaban los mismos equipos militares y hab¨ªan sido entrenadas de igual forma. El armamento hallado desde que en 2018 comenzaron las prospecciones arqueol¨®gicas (dardos, munici¨®n de honderos, puntas de lanza, pila catapultaria...) podr¨ªa pertenecer a cualquiera de los ej¨¦rcitos implicados. Sin embargo, los arque¨®logos tratan de diferenciar las dos batallas, situar en el mapa los campamentos de cada bando, as¨ª como los frentes de guerra gracias al empleo de tecnolog¨ªa l¨¢ser. Ahora, solo hace falta contrastar in situ el pr¨®ximo verano, coronavirus mediante, los datos obtenidos en el laboratorio.
El proyecto de investigaci¨®n se llama Ciudades y complejos aristocr¨¢ticos ib¨¦ricos en la conquista romana de la Alta Andaluc¨ªa e incluye los yacimientos cordobeses de los cerros de la Cruz (Almedinilla), de la Merced (Cabra) y Montemayor. En este ¨²ltimo se han empleado tecnolog¨ªas de detecci¨®n por l¨¢ser (LIDAR), de cartograf¨ªa digital con GPS, avanzados sistemas de informaci¨®n geogr¨¢fica, adem¨¢s del estudio minucioso de las fuentes literarias grecolatinas, para establecer con exactitud d¨®nde se ubicaban los campamentos legionarios (en uno de los enfrentamientos hubo hasta cuatro) y los lugares donde f¨ªsicamente se vieron las caras los soldados, zonas que actualmente son calles, plazas o parcelas agr¨ªcolas de Montemayor. ¡°Dado el tiempo transcurrido y los cultivos actuales, los fosos y terraplenes de los posibles campamentos y fortificaciones de asedio solo son discernibles mediante LIDAR y an¨¢lisis topogr¨¢fico de fotos a¨¦reas antiguas. Las l¨ªneas de asedio, separadas entre s¨ª por apenas tres a?os. se superponen en parte y crean confusi¨®n¡±, explica Fernando Quesada, catedr¨¢tico de Prehistoria y Arqueolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM) y director del proyecto que promueve el Ministerio de Ciencia e Investigaci¨®n.
Los lugares de asedio a la ciudad se han determinado por la ¡°gran cantidad de armas y objetos militares encontrados¡±. Se ha hallado un centenar y medio de proyectiles de honda, tambi¨¦n de artiller¨ªa, puntas de flecha, clavos de botas militares, monedas romanas e ind¨ªgenas y numerosos objetos de mediados del I a.C., ¡°lo que no s¨®lo puede considerarse prometedor, sino un verdadero ¨¦xito que aporta datos nuevos a las campa?as de C¨¦sar en Andaluc¨ªa y ayuda a confirmar c¨®mo era Ulia¡±, indica en un informe de Javier Moralejo Ordax, profesor de la UAM y director del equipo de especialistas que trabaja en Montemayor.
Las dos batallas ahora identificadas est¨¢n relacionadas con la guerra por el control de Roma que mantuvo Julio C¨¦sar con Pompeyo el Grande y sus hijos Gneo y Sexto. En Hispania esta lucha se concret¨® en un enfrentamiento abierto entre las tropas del gobernador Quinto Casio Longino (cesariano) en Ulia en el 48 a.C. , y Marco Marcelo.
Pero Casio Longino ten¨ªa un grave problema de mando: sus tropas le odiaban. De hecho, de las cinco legiones que dispon¨ªa, solo le eran realmente fieles dos. C¨¦sar le orden¨®, adem¨¢s, dirigirse a Mauritania (norte de ?frica), por lo que antes reclut¨® m¨¢s tropas auxiliares en Lusitania (sur de Portugal), lo que unido a los elevados tributos provoc¨® que estallara la ira de la poblaci¨®n y sufriera un intento de asesinato. Casio castig¨® con tal crueldad a los conjurados que dos legiones m¨¢s se amotinaron. Incluso eligieron otro general para que las comandase, pero siguieron siendo fieles a C¨¦sar.
Casio Longino acamp¨® con las tropas que le quedaban (XXI, XXX y cuatro cohortes de la V, adem¨¢s de 3.000 jinetes) a unos seis kil¨®metros de C¨®rdoba listo para luchar. Pero antes reclam¨® la ayuda del rey B¨®gudo de Mauritania. Entretanto, Marcelo y sus legionarios, mejor preparados y experimentados, se iban acercando. Casio decidi¨® entonces huir a Ulia, junto a cuyas murallas levant¨® su campamento. Marcelo le persigui¨® y alz¨® el suyo muy cerca, adem¨¢s de rodear la ciudad con fortificaciones para que su enemigo no pudiera huir.
Mientras tanto, al rey B¨®gudo le dio tiempo a llegar con refuerzos. Tambi¨¦n acamp¨® pr¨®ximo a Marcelo. Para complicarlo un poco m¨¢s, apareci¨® inesperadamente con su ej¨¦rcito (tres legiones y media y numerosa caballer¨ªa) L¨¦pido, pretor de la Hispania Citerior (una provincia que ocupaba la costa mediterr¨¢nea). Pretend¨ªa hacer de mediador entre Casio y Marcelo. Por supuesto, tambi¨¦n mont¨® su propio campamento junto al de Marcelo. Ya hab¨ªa cuatro ej¨¦rcitos en Ulia y todos luchando entre s¨ª. Finalmente, se acord¨® una salida pac¨ªfica porque aquello no ten¨ªa visos de que nadie pudiese vencer con facilidad, pero B¨®gudo atac¨® por sorpresa a Marcelo en plenas negociaciones. L¨¦pido tuvo que enfrentarse al mauritano para poner orden y evitar ¡°una cat¨¢strofe¡±. Casio Logino, finalmente, dej¨® el mando, sus tropas acabaron en Carmona (Sevilla) y las de Marcelo en C¨®rdoba.
¡°De esto se deduce que habr¨ªa que localizar en el entorno inmediato de Ulia hasta cuatro campamentos de diferentes tama?os (al menos uno, el de Casio, capaz para casi tres legiones), y restos de una l¨ªnea de circunvalaci¨®n en el per¨ªmetro cercano a la ciudad. Del mismo modo, dada la muy diferente procedencia tanto de las legiones (it¨¢licas y locales) como de las tropas auxiliares (b¨¦ticas, lusitanas, de la Citerior, mauritanas) cabe esperar, junto con los arreos de la caballer¨ªa, una gran cantidad de armas en las pr¨®ximas excavaciones¡±, se?ala Quesada.
La segunda batalla, la que acaecer¨ªa en el a?o 45 a.C., la protagoniz¨® el propio Julio C¨¦sar contra los hijos de Pompeyo. Gneo el Joven atac¨® por sorpresa la cesariana Ulia, mientras su hermano Sexto se guarec¨ªa en C¨®rdoba. C¨¦sar envi¨® 4.000 hombres para reforzar Ulia, mientras ¨¦l atacaba C¨®rdoba. Gneo tuvo que abandonar el cerco para ayudar a su hermano. No obstante, ambos terminar¨¢n aplastados al sur de C¨®rdoba, en lo que se conoce como la batalla de Munda. ¡°Este verano, con las prospecciones en Montemayor, comprobaremos si nos hemos equivocado o la tecnolog¨ªa ha dado en la diana¡±, terminan Quesada y Moralejo. Un puzle hist¨®rico y militar que los expertos creen haber resuelto ahora.
Un carro ib¨¦rico por sorpresa
Ulia era, antes de la llegada de los romanos, una ciudad fortificada ib¨¦rica (oppidum) que inclu¨ªa una necr¨®polis y varias poblaciones asociadas. Cuando los arque¨®logos realizaban sus prospecciones en 2018 para extraer datos de las dos batallas entre las tropas de Pompeyo y Julio C¨¦sar subieron al llamado cerro de la Horca. Y all¨ª encontraron una tumba ib¨¦rica con una espectacular ofrenda: un conjunto de cuatro grandes ruedas ib¨¦ricas de hierro depositadas casi enteras (llantas, forro de la pina y de los radios, bocines, todo en l¨¢mina de hierro forjado y remachado) en un estado de conservaci¨®n excepcional. Bajo ellas se desenterraron tambi¨¦n anillas, pasarriendas, las cubiertas bronc¨ªneas del yugo y huesos calcinados. Todo est¨¢ datado en el siglo IV a. C.
La especialista Ana Infante de la Torre restaur¨® el conjunto el a?o pasado, mientras que Marc Gener, de la Universidad de Cambridge, est¨¢ llevando a cabo el estudio metalogr¨¢fico para determinar la tecnolog¨ªa de la forja y la calidad de la metalurgia, muy alabada por los romanos. Los huesos est¨¢n siendo analizados por Rafael Mart¨ªnez Sanchez, de la Universidad de Granada.