¡®El Mes¨ªas¡¯, la ¨²ltima melod¨ªa de H?ndel, resuena en Semana Santa
El compositor, fallecido en 1759, siempre rechaz¨® recibir una compensaci¨®n econ¨®mica por su pieza m¨¢s c¨¦lebre, ya que la atribu¨ªa a la inspiraci¨®n divina
Ciego y casi sordo, Georg Friedrich H?ndel muri¨® un Viernes Santo. D¨ªas antes, el compositor barroco se hab¨ªa desplomado sobre el escenario. Acababa de dirigir la que ser¨ªa su ¨²ltima interpretaci¨®n de su c¨¦lebre oratorio, El Mes¨ªas, que hab¨ªa extasiado al p¨²blico de toda Europa con aquel apote¨®sico final de aleluyas encadenados. Termin¨® el concierto, le dol¨ªa la cabeza, trastabill¨®, cay¨® redondo. Lo recogieron del suelo, lo llevaron a su apartamento, lo tumbaron en su lecho. Endeudado hasta las cejas, con un ¨¦xito descomunal a sus espaldas, H?ndel muri¨® en su cama, en Londres. Era la Semana Santa de 1759. Ten¨ªa 74 a?os.
Muri¨® pobre porque decidi¨® no cobrar ni un penique por la pieza que le coronar¨ªa como uno de los maestros del barroco tard¨ªo. Fue su obra magna. Y obra de Dios, seg¨²n quiso creer el propio compositor. Tard¨® tres semanas, un tiempo r¨¦cord, en componer el oratorio a partir de un libreto del mismo nombre que hab¨ªa escrito Charles Jennens, un terrateniente y poeta brit¨¢nico, colega del alem¨¢n. El texto hab¨ªa sido tomado enteramente de la Biblia. Fue como una iluminaci¨®n. En 23 d¨ªas, con sus 23 noches, H?ndel lo dot¨® de musicalidad. El Mes¨ªas se estrenar¨ªa en Dubl¨ªn, el 13 de abril de 1742. Desde entonces no ha dejado de tocarse. En especial, durante la Semana Santa.
¡°Tiene todos los ingredientes para que enganche¡±, asegura la profesora de historia de la m¨²sica licenciada por el Real Conservatorio Superior de M¨²sica de Madrid Esther Mart¨ªn S¨¢nchez-Ballesteros. ¡°Es una obra conceptual, como el Guernica de Picasso, puede ser comprendida por todo el mundo. Es trasversal¡±, agrega. Una melod¨ªa f¨¢cil de memorizar, un coro que cualquiera podr¨ªa seguir y la instrumentaci¨®n perfecta son algunas de las claves que se suelen destacar. Una obra popular a la vez que cl¨¢sica.
Miguel ?ngel Cajigal, historiador del arte y responsable del canal de YouTube ElBarroquista, coincide: ¡°Influye mucho que sea una pieza del barroco tard¨ªo, ya que enganch¨® muy bien con el gusto cl¨¢sico que vino despu¨¦s. El propio Mozart hizo una adaptaci¨®n, un arreglo. Se cant¨® en diferentes idiomas y, sobre todo, cuaj¨® en una Inglaterra que estaba a punto de convertirse en una potencia internacional¡±.
Poco cinematogr¨¢fico
Sin embargo, a pesar de su trascendencia hist¨®rica, la huella del alem¨¢n es leve en la cultura popular. ¡°No suele conoc¨¦rsele m¨¢s all¨¢ del coro de El Mes¨ªas¡±, apunta Mart¨ªn, ¡°es una figura muy poco cinematogr¨¢fica. Mozart y Beethoven tienen fuerza en nuestro imaginario tambi¨¦n gracias a las pel¨ªculas¡±. Y eso que sus melod¨ªas resuenan en todas las pantallas. ¡°Durante el siglo XX, la BBC ha hecho much¨ªsimo por la m¨²sica. H?ndel estaba en las cabeceras de radio y televisi¨®n, se ha convertido en el no va m¨¢s de la m¨²sica inglesa en la sombra¡±, se?ala Cajigal, para agregar que, en la actualidad, H?ndel, Bach y Mozart son tres compositores a los que se recurre habitualmente en pel¨ªculas y series televisivas. Un curioso ejemplo es el conocido himno de la UEFA Champions League, perge?ado en 1992 por el compositor ingl¨¦s Tony Britten, quien se bas¨® en el himno Zadok el sacerdote de H?ndel, creado para la coronaci¨®n del rey Jorge II de Inglaterra en 1727.
Religi¨®n y pop
El compositor fue de los primeros en abrir la m¨²sica a las pasiones. Uni¨® letra y musicalidad. Antes de H?ndel, las melod¨ªas de car¨¢cter religioso eran un mero canal transmisor, el camino para encontrarse con Dios. ¡°?l comprende muy bien los sentimientos y c¨®mo aplicarlos a las sinfon¨ªas. Si la letra era triste, la m¨²sica ser¨ªa triste¡±, explica Mart¨ªn; ¡°fue una novedad en el barroco y H?ndel lo aplic¨® en toda su obra, al contrario que Bach, del que era contempor¨¢neo, pues este era un hombre mucho m¨¢s ligado a la iglesia. H?ndel era un compositor mundano, terrenal. Bach era un maestro de capilla¡±. Tambi¨¦n contribuy¨® a abrir la puerta al comienzo de las ¨®peras paganas, con sus primeras arias, como la famosa Lascia ch¡¯io pianga.
H?ndel traslad¨® la tem¨¢tica sentimental a la esfera musical barroca. Por su parte, el barroco transform¨® el panorama sonoro radicalmente. La mayor parte de instrumentos que se conocen hoy d¨ªa se crearon durante ese periodo. De igual forma, seg¨²n el music¨®logo y cr¨ªtico musical Mario Guada, el ritmo ¡°machac¨®n¡±, bastante marcado, habitual en la m¨²sica contempor¨¢nea es vestigial del barroco. ¡°Las canciones de hoy no dejan de ser una evoluci¨®n de la melod¨ªa acompa?ada de principios del XVII; una monodia cantada por alguien que era acompa?ada por uno o varios instrumentos. Hoy d¨ªa hay mucha producci¨®n, est¨¢ m¨¢s enmascarado todo. Pero, al fin y al cabo, la esencia es la misma¡±.
Una esencia que impregn¨® un libreto extra¨ªdo de la Biblia en abril de 1742. Una esencia que se convirti¨® en un coro de aleluyas. Podr¨ªa haber sacado de la ruina a un compositor endeudado hasta los dientes. Sin embargo, H?ndel siempre se neg¨® a recibir compensaci¨®n econ¨®mica. Sosten¨ªa que la obra que no era suya: hab¨ªa sido inspiraci¨®n divina.
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