La crisis sanitaria tambi¨¦n relega la recuperaci¨®n de Notre Dame
Un a?o despu¨¦s del incendio en la catedral de Par¨ªs, la epidemia ha paralizado la investigaci¨®n de las causas y la reapertura de la explanada exterior, prevista para hoy
De pronto, el silencio. Durante ocho siglos, Notre Dame ha sido el coraz¨®n de Par¨ªs. Desde su posici¨®n privilegiada en la isla de la Cit¨¦, dominaba las bulliciosas dos orillas del r¨ªo Sena sobre las que se desarrolla la agitada vida de la capital francesa. Y as¨ª durante 800 a?os, incluido el aciago 2019 en el que, tras el incendio que casi acaba en la noche del 15 al 16 de abril con lo que no pudieron destruir ni una Revoluci¨®n Francesa ni dos guerras mundiales, sigui¨® observando, da?ada pero orgullosamente en pie, la vida que flu¨ªa a su alrededor. Y esta a ella. Cuando a¨²n humeaban sus ennegrecidos muros, cuando comenzaron las tareas para apuntalar los restos, a pesar de la alta valla que la protege desde entonces, en todo momento siguieron acudiendo miles de personas cada d¨ªa a mirar y admirar el, pese a todo, magn¨ªfico templo g¨®tico y la tit¨¢nica tarea de evitar su ca¨ªda y devolverle su antiguo lustre, en una carrera contra el tiempo que nada parec¨ªa poder frenar. Hasta que lleg¨® el coronavirus.
Nadie se para ahora a admirar Notre Dame porque Par¨ªs es, como Madrid, como Londres, como Roma, como tantas otras capitales y urbes de todo el mundo, una ciudad fantasma. Resulta extra?o no toparse con una marea humana posando ante las dos torres de la catedral salvadas como por un milagro ¡ªy con mucho trabajo y riesgo de los bomberos, que tardaron nueve horas en apagar las llamas¡ª y no escuchar tampoco explicaciones en m¨²ltiples idiomas de gu¨ªas tur¨ªsticos cuyas voces luchan por ser o¨ªdas por encima del intenso tr¨¢fico parisino y del clic-clic de las c¨¢maras que fotograf¨ªan sin parar el emblem¨¢tico templo g¨®tico.
La gigantesca gr¨²a erigida a un costado de la catedral en diciembre y que deber¨ªa haber empezado el 23 de marzo a retirar el andamiaje colocado antes del incendio y que qued¨® reducido a un amasijo de hierros fundidos de 500 toneladas ¡ªla mayor amenaza a la estabilidad de la catedral¡ª permanece inm¨®vil desde hace un mes. Como los dem¨¢s franceses, los 70 obreros que trabajaban en la catedral est¨¢n confinados en sus casas. La explanada frente a la fachada de la catedral, que tras m¨²ltiples retrasos se pensaba abrir por fin al p¨²blico este 15 de abril, sigue cerrada hasta nueva orden. Salvo un equipo reducido que todos los lunes acude a vigilar que la todav¨ªa muy fr¨¢gil estructura no se ha deteriorado, nadie pisa la que fue bautizada como ¡°la obra del siglo¡± y que, de aqu¨ª a 2024, deber¨ªa permitir reabrir la catedral al menos parcialmente, seg¨²n los deseos del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron.
¡°La catedral est¨¢ herida, pero puede esperar a ser curada¡±, relativiza el obispo Patrick Chauvet, rector de Notre Dame. ?l es el primero que desear¨ªa que nada ni nadie detuviera otra vez -el pasado verano ya se pararon las obras varias semanas por la contaminaci¨®n de plomo- la recuperaci¨®n de un templo cuyo significado sobrepasa la dimensi¨®n religiosa, como demostr¨® la consternaci¨®n planetaria y la oleada de solidaridad ¡ªhasta 900 millones de euros prometidos para su reconstrucci¨®n¡ª que provoc¨® el incendio. Pero comprende que ¡°Notre Dame sea solidaria con Par¨ªs y con Francia en estos tiempos que nos ponen a prueba¡±, dice en conversaci¨®n telef¨®nica.
Desde su casa, tambi¨¦n angustiado por el futuro de una iglesia que conoce hasta el m¨ªnimo detalle ¡ªen breve presentar¨¢ su tesis doctoral de mil p¨¢ginas sobre Notre Dame¡ª, coincide con Chauvet el medievalista Olivier de Ch?lus, asesor en la reconstrucci¨®n de la catedral, que sus responsables esperan poder iniciar pese a todo en 2021. ¡°Este edificio est¨¢ anclado en la vida de todos y a su manera tambi¨¦n vive su epidemia, Notre Dame no es un edificio que deba estar en un pedestal aislado del mundo, debe seguir el pulso de la vida, y (la epidemia) es un ejemplo perfecto¡± de la simbiosis de la catedral, sostiene.
El coronavirus ha frenado tambi¨¦n la investigaci¨®n judicial del incendio, cuya causa, m¨¢s all¨¢ de descartarse que tenga un origen criminal, sigue siendo ¡°indeterminado¡±, se?alan fuentes judiciales. Las pesquisas est¨¢n condicionadas a que se pueda acceder al lugar donde se presume comenz¨® el incendio, en la cubierta de madera centenaria completamente calcinada y que sosten¨ªa el tambi¨¦n derruido tejado. Pero para ello se tiene que retirar antes el andamiaje fundido, tarea ahora paralizada, recuerdan. Est¨¢ por ver tambi¨¦n si esta epidemia que amenaza con perturbarlo todo cambia la sensibilidad en torno a una catedral patrimonio de la humanidad. Lo que no cambiar¨¢n son las multimillonarias donaciones prometidas por las grandes familias del pa¨ªs, como los Arnault (LVMH), que confirmaron a EL PA?S que se entregar¨¢n los 200 millones de euros acordados, los Pinault (100 millones) o los herederos de L¡¯Or¨¦al, los Bettencourt (200 millones).
Pese al coronavirus y a todos los dem¨¢s imprevistos del ¨²ltimo a?o y los que seguramente est¨¢n por llegar, el general Jean-Louis Georgelin, designado por Macron jefe de todo el proyecto de reconstrucci¨®n, conf¨ªa en mantener el calendario. Seg¨²n este antiguo jefe del Estado Mayor, el 16 de abril de 2024 se celebrar¨¢ un Te Deum en el interior de Notre Dame. Aunque, como ha admitido, quiz¨¢s haya alg¨²n que otro retraso: ¡°Puede que no sea a las 11.00, sino a las 11.30¡±.
Macron: ¡°Reconstruiremos Notre Dame en cinco a?os¡±
En vez de una ceremonia oficial, solo un breve mensaje y un ta?ido de campanas a las 20.00, para que coincida con los aplausos diarios al personal m¨¦dico. La crisis del coronavirus ha afectado tambi¨¦n a los planes para conmemorar el primer a?o desde el incendio que casi destruye por completo la catedral de Notre Dame. Aun as¨ª, el presidente, Emmanuel Macron, ha reiterado en un mensaje retransmitido por las redes sociales su voluntad de que, de aqu¨ª a 2024, la catedral vuelva a abrir sus puertas al p¨²blico. ¡°Reconstruiremos Notre Dame en cinco a?os. Haremos todo lo posible para mantener ese plazo. Por supuesto, las obras est¨¢n en suspenso de momento por la crisis sanitaria, pero se relanzar¨¢n en cuanto sea posible¡±, asegur¨® el jefe de Estado franc¨¦s.
Los expertos sobre el terreno no dudan de que, en cuatro a?os ¡ªya ha pasado el primero del plazo presidencial¡ª Notre Dame podr¨¢ abrir sus puertas y celebrar ceremonias, pero dudan sin embargo de que el emblem¨¢tico templo g¨®tico vaya a haber recuperado todo su lustre para entonces. ¡°Hay que distinguir dos cosas¡±, aclaraba en entrevista telef¨®nica el rector de Notre Dame, Patrick Chauvet. Una es, se?al¨®, ¡°el hecho de que vamos a poder entrar de nuevo en la catedral para poder celebrar¡± ceremonias, ¡°para eso tenemos un plazo de cuatro a?os¡±. Pero otra cosa es, subray¨®, el exterior. ¡°En lo que concierne a la restauraci¨®n de la aguja, de piedras da?adas, las g¨¢rgolas, los arbotantes, eso sin duda va a llevar m¨¢s tiempo. Pero hablamos del exterior y no nos va a impedir realizar celebraciones en la catedral¡±. El plazo m¨¢s largo que ve Chauvet, que sigue d¨ªa a d¨ªa los planes de recuperaci¨®n del templo, es para la aguja, obra del siglo XIX del arquitecto Eug¨¨ne Viollet-le-Duc que desapareci¨® entre las llamas y que es centro de acalorado debate desde entonces sobre la conveniencia de hacer una reproducci¨®n exacta o innovar. ¡°Todos los elementos importantes, como la aguja, son, de todos modos, algo para dentro de diez o 15 a?os, no ser¨¢ inmediato¡±, advirti¨®. En cualquier caso, Emmanuelle, la campana mayor de Notre Dame, ta?er¨¢ este mi¨¦rcoles como ¡°un s¨ªmbolo de uni¨®n y de resiliencia del pa¨ªs frente a las dificultades¡±, dijo el ministro de Cultura, Franck Riester.
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