El gobernador del Banco de Inglaterra pide a Starmer que mejore las relaciones con la UE

La presencia de nubarrones en el horizonte provoca extra?as alianzas en la pol¨ªtica brit¨¢nica. El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE, en sus siglas en ingl¨¦s), Andrew Bailey, designado al frente de la autoridad monetaria brit¨¢nica por el anterior Gobierno conservador, ha sumado fuerzas con la actual ministra laborista de Econom¨ªa, Rachel Reeves, para reclamar una mejora de las consecuencias negativas que el Brexit llev¨® al Reino Unido. La amenaza de una posible guerra comercial entre Estados Unidos y Europa, despu¨¦s de la reelecci¨®n de Donald Trump, hace m¨¢s urgente que nunca la reconstrucci¨®n de las relaciones con la UE que persigue Keir Starmer.

¡°El panorama se ha visto ahora nublado por el impacto de sorpresas geopol¨ªticas y una fragmentaci¨®n m¨¢s amplia de la econom¨ªa mundial¡±, ha dicho Bailey en la reuni¨®n anual que celebran cada a?o en Mansion House, la residencia oficial del Lord Mayor de la City londinense (el alcalde del coraz¨®n financiero de la ciudad), los grandes bancos y firmas de inversi¨®n con el Gobierno brit¨¢nico. El gobernador del BoE no nombraba a Trump por su nombre, pero todos los presentes entend¨ªan claramente a qu¨¦ ¡°sorpresa geopol¨ªtica¡± se estaba refiriendo.

¡°Hacemos frente a desaf¨ªos estructurales, que incluyen a los que derivaron de la implantaci¨®n del Brexit¡±, hab¨ªa dicho poco antes la ministra Reeves en su discurso. ¡°No vamos a revertir el Brexit, ni tenemos intenci¨®n de reincorporarnos al mercado interior o la uni¨®n aduanera, pero debemos reiniciar nuestra relaci¨®n [con la UE]¡±, ha advertido. Ninguna novedad respecto al discurso que mantiene Starmer desde que accedi¨® a Downing Street el pasado 5 de julio. El primer ministro insiste en su voluntad de iniciar un nuevo cap¨ªtulo de buena vecindad y colaboraci¨®n con Bruselas, pero sin dejar de recalcar que no habr¨¢ marcha atr¨¢s en la decisi¨®n de a abandonar el club comunitario que los brit¨¢nicos adoptaron en 2016.

Si Starmer manejaba hasta ahora con prudencia y sin prisas esa voluntad de acercamiento a la UE, la elecci¨®n de Trump ha incorporado un sentido de urgencia al prop¨®sito. El presidente electo de Estados Unidos amenaza con elevar considerablemente los aranceles de las importaciones procedentes no solo de China sino tambi¨¦n de Europa. Y nada sugiere que Washington vaya a tener un trato de favor con el Reino Unido, sobre todo despu¨¦s de los desencuentros que el equipo de Trump ha tenido con el Gobierno laborista de Starmer.

La naci¨®n brit¨¢nica se encuentra de ese modo en una situaci¨®n de aislamiento en la que de nada le sirve su ¡°relaci¨®n especial¡± con Estados Unidos, mientras tampoco goza de la protecci¨®n de pertenecer al mercado comunitario.

¡°El impacto [del Brexit] se ha dejado sentir m¨¢s en los bienes que en los servicios¡±, dec¨ªa el gobernador Bailey a los representantes de un mercado de servicios financieros tan potente como el londinense. ¡°Pero ha servido para recalcar las razones por las que tenemos que estar alertas, y dar la bienvenida a las oportunidades de reconstruir relaciones, a la vez que respetamos las decisiones de la ciudadan¨ªa brit¨¢nica¡±, se?alaba.

El principal responsable de la autoridad monetaria brit¨¢nica ha hecho siempre equilibrios a la hora de referirse al Brexit. Sin cuestionar nunca la decisi¨®n democr¨¢tica adoptada por los votantes del Reino Unido, no ha dejado de se?alar las nefastas consecuencia que ha tenido la salida de la UE para la econom¨ªa del pa¨ªs, especialmente para su comercio internacional.

El Gobierno de Starmer quiere aprovechar las cl¨¢usulas de revisi¨®n incluidas en el Acuerdo de Cooperaci¨®n y Comercio firmado por el Reino Unido y la UE, que entr¨® en vigor a principios de 2021 y evit¨® la puesta en marcha de un ¡°Brexit duro¡±. Londres quiere suavizar algunos de los controles aduaneros veterinarios sobre determinados productos, y lograr el reconocimiento mutuo de las cualificaciones profesionales en el mundo laboral.