La memoria sovi¨¦tica

En el documental a veces solo hay que plantar la c¨¢mara y filmar. Sobran las explicaciones, las reflexiones, los juicios de valor. Todo eso quedar¨¢ para el receptor de las im¨¢genes, que deber¨¢ aportar su parte de trabajo. Bien lo sabe el reputado cineasta ucraniano Sergei Lonitzsa, que as¨ª lo hizo en la ins¨®lita Austerlitz (2016): se fue a los campos de exterminio nazi y rod¨® a los visitantes, sus selfis, la banalizaci¨®n de la historia, all¨ª donde la visita sentida se torna turismo de la tragedia, holocausto de la red social. Y lo vuelve a hacer en Victory Day, uno de los documentales del a?o 2018 que estrena la plataforma Filmin, junto a The Trial, ambos sobre la memoria hist¨®rica de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica.

Las celebraciones sobre la identidad nacional tienen algo de honroso, de noble; tambi¨¦n mucho de festivo, e incluso de rid¨ªculo. Parque Treptow, Berl¨ªn, junto al monumento conmemorativo a los soldados del ej¨¦rcito rojo ca¨ªdos en la batalla de Berl¨ªn, en la Segunda Guerra Mundial. M¨²sica y canciones patri¨®ticas, tipos con el pecho lleno de medallas colgadas en ropa de calle, banderas con la hoz y el martillo, pero tambi¨¦n de las actuales Kazajist¨¢n, Ucrania, Moldavia, camisetas de Putin, mayor¨ªa de hombres, tambi¨¦n mujeres, abundantes ni?os, familias completas. Lonitzsa los filma bajo la escrutadora mirada de Lenin, esculpida en piedra en el monumento. Todos con el m¨®vil, grabando la fiesta. En una esquina, un predicador pol¨ªtico, micr¨®fono en mano: ¡°Es obvio que la Segunda Guerra Mundial no ha terminado (¡­). Que el III Reich nunca se rindi¨®¡±. ?Un charlat¨¢n de feria? Quiz¨¢ no tanto: ¡°Es obvio que el fascismo puede reinventarse en la nueva econom¨ªa¡±. Voces, sonidos e im¨¢genes del ayer en el hoy, donde hasta los ¡°?Hurra!¡± tienen una parafernalia militar: ¡°?Dos veces cortas y una larga!¡±. En uni¨®n y armon¨ªa. O quiz¨¢ no tanto (segunda parte): ¡°?Aprende algo de historia y luego hablamos!¡±. La gresca entre la fiesta. Lonitzsa, el magn¨ªfico director de En la niebla y Donbass, no se pronuncia. Eso queda para nosotros en este interesant¨ªsimo ejercicio de cine documental.

The Trial, sin embargo, es otro asunto: en ¨¦poca, en estilo, en modo de narraci¨®n. A?o 1928, juicio contra los miembros del llamado Partido Industrial: ingenieros y profesores que, con la presunta colaboraci¨®n de Francia y de los emigrados mencheviques blancos, intentaron derrocar al gobierno bolchevique mediante perturbaciones en la econom¨ªa y la provocaci¨®n de crisis industriales. Lonitzsa ha recogido las fabulosas im¨¢genes reales de aquel proceso, con numeroso p¨²blico, filmadas entonces como propaganda por el gobierno sovi¨¦tico, con el a?adido de las manifestaciones del exterior en contra de los reos, y les ha dado forma de drama judicial. Extraordinario ejercicio de metraje encontrado de incalculable valor en tres vertientes: la hist¨®rica y la pol¨ªtica; la vanguardia y la teor¨ªa de la imagen; y la del aspecto m¨¢s humano, el arrepentimiento, la redenci¨®n, incluso la verg¨¹enza. As¨ª, hasta llegar al golpe final, a la teor¨ªa del espect¨¢culo, a la mentira, al bulo, al simulacro de juicio, a la ficci¨®n propagand¨ªstica, a la purga. Un singular programa doble de Lonitzsa para enmarcar.