Juan Rita, un siglo de poemas improvisados
El artista murciano, que sigue en activo a sus 108 a?os, est¨¢ considerado un tesoro cultural de la tradici¨®n ancestral de los llamados troveros
Ten¨ªa seis a?os cuando en 1918 la (mal) llamada gripe espa?ola diezm¨® a la poblaci¨®n europea y mundial. Y a¨²n se acuerda. ¡°Pocas embarazadas se salvaron entonces¡±, dice T¨ªo Juan Rita, mientras estos d¨ªas vive bajo la amenaza y el encierro del coronavirus. El pasado d¨ªa de San Valent¨ªn, Juan Tudela Piernas de nombre civil, pero de apodo T¨ªo Juan Rita, alcanzaba 108 a?os; y desvelaba su secreto: ¡°No haberme muerto antes¡±. Es de perogrullo, y lo repite cada vez que en los ¨²ltimos a?os le preguntan la raz¨®n de su longevidad. Lo sorprendente es la manera de hacerlo: no hay atisbo de merma en su razonamiento y memoria, aunque las piernas ya no le permitan salir tanto de casa (y menos ahora), y haya que repetirle varias veces las cosas por su sordera.
Tal vez que se haya dedicado toda su vida a los trovos (improvisaci¨®n de textos po¨¦ticos sobre una m¨²sica folcl¨®rica) tiene mucho que ver en su lucidez mental. ¡°No conozco a ning¨²n improvisador mayor que padezca alzh¨¦imer¡±, dice el escritor y repentista cubano Alexis D¨ªaz Pimienta, que estos d¨ªas en Madrid grababa una versi¨®n en verso de El Quijote hasta la paralizaci¨®n del pa¨ªs. T¨ªo Juan Rita, natural de Aledo y residente desde hace poco en Totana, pueblos ambos murcianos y pr¨®ximos, es famoso, precisamente, por seguir cantando e improvisando trovos en las fiestas y encuentros de cuadrillas que se celebran frecuentemente en el sudeste espa?ol. Es parte de un folclore todav¨ªa muy vivo que mantiene una tradici¨®n ancestral como un tesoro cultural que da m¨¢s lustre a¨²n al de por s¨ª rico patrimonio sonoro ib¨¦rico.
¡°Es el ejemplo vivo y activo del poeta repentista, fen¨®meno literario que se pierde en la noche de los tiempos de todo el mundo¡±, dice de T¨ªo Juan Rita el tambi¨¦n m¨²sico y folclorista Eliseo Parra, con el que ha tenido el honor de compartir escenario. Y asegura del viejo trovista que ¡°es desde hace tiempo maestro de los nuevos improvisadores de versos. El m¨¢s antiguo de los poetas del pueblo capaces de improvisar cuartetas, seguidillas o d¨¦cimas en reuniones, bailes y controversias¡±.
Contraviniendo lo que suelen aconsejar los m¨¦dicos, T¨ªo Juan Rita nunca ha llevado una dieta lo que se dice sana. ¡°Hace un a?o se pidi¨® delante de mi unos ri?ones de conejo frito, y despu¨¦s se tom¨® un co?ac y un puro¡±, afirma el m¨²sico folclorista y etnomusic¨®logo Manuel Luna
Contraviniendo lo que suelen aconsejar los m¨¦dicos, T¨ªo Juan Rita nunca ha llevado una dieta lo que se dice sana. ¡°Hace un a?o se pidi¨® delante de mi unos ri?ones de conejo frito, y despu¨¦s se tom¨® un co?ac y un puro¡±, afirma con admiraci¨®n el m¨²sico folclorista y etnomusic¨®logo Manuel Luna, todo un referente en la recuperaci¨®n de los trovos y cantos cuadrilleros del sudeste espa?ol a pesar de su origen c¨¢ntabro. ¡°Gracias a troveros como ¨¦l¡±, dice Luna, ¡°no se perdi¨® ese arte antiguo y se volvi¨® a bajar de los escenarios, donde a veces se mostraba como algo en desuso y casi ex¨®tico, a la calle, que es donde verdaderamente tiene sentido¡±.
Al lado de T¨ªo Juan Rita, cuando salen de ronda las cuadrillas y parrandas, a su brazo a modo de lazarillo, est¨¢ desde hace unos a?os Javier Andreo, al que, sin serlo, le conocen como su nieto. Andreo canta los trovos en la Cuadrilla de Aledo, y a pesar de la enorme diferencia de edad, tiene en T¨ªo Juan a un aliado para irse por ah¨ª de vinos. ¡°Era amigo de mi padre y, como ¨¦l, trabaj¨® mucho en el campo, en las minas de azufre, en el esparto¡±, cuenta el que desde las ¨²ltimas municipales es adem¨¢s alcalde de Aledo. ¡°El T¨ªo Juan¡±, dice el regidor, ¡°es un viejo joven, de mente muy abierta. Le mantienen vivo su ilusi¨®n y ganas de vivir, y aunque ahora ya no puede con las piernas, de la voz y la cabeza est¨¢ perfecto¡±
Hace ocho a?os, cuando cumpli¨® los cien, Juan Rita contrat¨® a un joven Jes¨²s Tejas Junco, del grupo Ronda de Motilleja, como guitarrista tambi¨¦n para la Cuadrilla de Aledo. Le prometi¨® que mientras ¨¦l viviera, ser¨ªa siempre su guitarrista y lo firm¨® en una servilleta de papel. Tejas confiesa que hace un par de a?os el viejo trovero le dijo: ¡°?Qu¨¦, Jes¨²s?, nunca pensaste que ese contrato iba a durar tanto, ?eh?¡±. Sostiene Tejas que el secreto de esa vitalidad y longevidad es que ¡°es buena persona; pues como ¨¦l dice, ser malo come mucha vida¡±.
¡°Es el ejemplo vivo y activo del poeta ¡®repentista¡¯, fen¨®meno literario que se pierde en la noche de los tiempos de todo el mundo¡±, dice de T¨ªo Juan Pita el tambi¨¦n m¨²sico y folklorista Eliseo Parra, con el que ha tenido el honor de compartir escenario
Admirado y querido por los m¨²sicos que se dedican a rescatar y traer al d¨ªa el rico folclore de la pen¨ªnsula ib¨¦rica y sus islas, atravesadas por tantas culturas a lo largo de los siglos, encuentra en personajes como Eusebio Mart¨ªn, del veterano grupo familiar Mayalde, a otro de sus grandes defensores: ¡°He tenido la suerte de compartir algunos ratos excelsos con ¨¦l, y creo que lo que ha aportado al trovo y a nuestra m¨²sica ib¨¦rica es eso que no se puede aprender, que se tiene o no se tiene y que se llama clase, casta o ringurrango, que decimos por aqu¨ª por Salamanca¡±.
El profesor y m¨²sico Emilio del Carmelo Tom¨¢s Loba ha publicado hace un a?o el libro Introducci¨®n a la poes¨ªa popular repentizada o trovo en el sudeste espa?ol, una asombrosa tesis doctoral le¨ªda en 2016 que cuenta parte de la historia reciente del trovo y su recuperaci¨®n y vitalidad de los ¨²ltimos a?os. Reconoce Del Carmelo, como la mayor¨ªa de los que le conocen, que el valor de Juan Rita est¨¢ en su bondad. ¡°Es un hombre sencillo que transmite lo que han visto sus ojos; es decir muchos gobiernos, levantamientos de armas, pobreza desmesurada, azotes de enfermedades, trabajo de sol a sol, sequ¨ªas de agua, aguaceros de aguilandos, cantos al son del ritmo del trillo, seres queridos, amigos, vidas y recuerdos anudados en la memoria de una persona cuyo libro de la vida ha sido forjado en el particular mundo de un hombre bueno¡±.
Y este hombre bueno, con dos hijos mayores de 80 a?os, que perdi¨® a otro, que tiene nietos, biznietos y hasta un tataranieto, no deja de sorprenderse, en esos ojos acuosos, cuando le repiten varias veces al o¨ªdo que va a salir un d¨ªa de estos en EL PA?S. ¡°Anda, qu¨¦ honor¡±, dice como quitando importancia a todo lo que ha hecho en los ¨²ltimos 108 a?os.
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