Un viaje por la vida de la Italia confinada
El oscarizado Gabriele Salvatores prepara un documental a partir de v¨ªdeos caseros de sus compatriotas en cuarentena
Gabriele Salvatores (N¨¢poles, 69 a?os) vive el confinamiento desde el campo de Lucca, en la Toscana. ¡°El tiempo se alarga y se acorta tambi¨¦n. Hay d¨ªas que no duran nada y otros que no terminan nunca¡±, dice por tel¨¦fono. Su esp¨ªritu observador le ha llevado a concebir un proyecto enteramente hecho desde teletrabajo, con un equipo de montadores y estudiantes de escuelas de cine que seleccionan, desde la web y entre los v¨ªdeos que les llegan, el material que pueda mejor contar c¨®mo los ciudadanos han vivido la crisis de...
Gabriele Salvatores (N¨¢poles, 69 a?os) vive el confinamiento desde el campo de Lucca, en la Toscana. ¡°El tiempo se alarga y se acorta tambi¨¦n. Hay d¨ªas que no duran nada y otros que no terminan nunca¡±, dice por tel¨¦fono. Su esp¨ªritu observador le ha llevado a concebir un proyecto enteramente hecho desde teletrabajo, con un equipo de montadores y estudiantes de escuelas de cine que seleccionan, desde la web y entre los v¨ªdeos que les llegan, el material que pueda mejor contar c¨®mo los ciudadanos han vivido la crisis del coronavirus. Se llama Viaggio in Italia (Viaje por Italia) y abordar¨¢ el per¨ªodo que va desde el principio de la pandemia hasta septiembre, aunque el director, Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera en 1992 por Mediterr¨¢neo, afirma no saberlo con seguridad.
¡°Al principio parec¨ªa casi un juego, sobre todo cuando la gente tocaba desde los balcones. Los italianos son capaces de bromear e ironizar sobre las cosas dram¨¢ticas. Pero luego tuve un baj¨®n cuando entend¨ª que el asunto era m¨¢s serio de lo que nos imagin¨¢bamos. He comenzado a perder el horizonte, el futuro¡±, afirma. Salvatores est¨¢ trabajando en este ¡°docufilme¡±, como ¨¦l mismo lo define ¡ªun largometraje documental¡ª, utilizando la ¨²nica forma que contempla para representar un asunto tan delicado, es decir, a trav¨¦s de la gente, con el montaje que plasma y da orden al relato colectivo de un pa¨ªs paralizado. Al mismo tiempo ha elegido como nombre del proyecto Viaggio in Italia no para rendir homenaje a la pel¨ªcula de Rossellini (en Espa?a se estren¨® como Te querr¨¦ siempre), sino porque quien viaja es precisamente el montaje.
El pa¨ªs en su normalidad
Todo lo contrario de lo que ocurre en Italy In A Day (Italia en un d¨ªa, 2014), en el que Viaggio in Italia se inspira. Ah¨ª, el director italiano eligi¨® un d¨ªa como tantos, el 23 de octubre de 2013, para representar el pa¨ªs en su normalidad: se ven personas que se despiertan y se dirigen al trabajo, italianos que viven fuera del pa¨ªs y hablan con sus familias desde lejos, gente que reflexiona paseando por las calles y parejas a punto de casarse. Nada menos que el movimiento fren¨¦tico que caracterizaba la vida preconfinamiento.
¡°Italy In A Day era como un cuadro impresionista. Era un relato libre de lo que uno iba haciendo en esa jornada, en la que no ocurri¨® nada dram¨¢tico. La gente nos enviaba reflexiones, momentos de soledad, de melancol¨ªa, pero la mayor parte del material era divertido. En cambio, hoy tenemos enfrente un problema grave, no alegre, no divertido, y que adem¨¢s se prolonga en el tiempo¡±, cuenta. Hasta ahora han recibido casi 15.000 v¨ªdeos que intentan transmitir las dos caras de esta crisis: la creativa, ¡°como es el car¨¢cter de los italianos¡±, y la dram¨¢tica. Por eso, Salvatores cuenta que le impactaron relatos muy diferentes entre s¨ª: hay madres que entretienen a hijos con invenciones ¡°conmovedoras¡±, pero tambi¨¦n m¨¦dicos y enfermeros en primera l¨ªnea. Y contribuciones de un farero o de un italiano que vive en la Ant¨¢rtida para analizar la diferencia entre quienes han elegido el aislamiento por su cuenta y los que han sido obligados a vivirlo.
El hilo conductor ser¨¢n las declaraciones de pol¨ªticos y expertos, que miden la difusi¨®n del coronavirus y sirven de herramienta para organizar las reacciones de la gente com¨²n. Pero a Salvatores le gustar¨ªa empezar como en el filme Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982), ¡°con im¨¢genes muy r¨¢pidas de lo que en muchos casos ha favorecido, si no el nacimiento, al menos la difusi¨®n de este virus: una globalizaci¨®n llevada hasta lo extremo¡±, zanja. De hecho, critica la expresi¨®n ¡°esperemos que todo vuelva como antes¡±, precisamente por individualizar en la normalidad el problema: ¡°Si lo seguimos masacrando, tarde o temprano ser¨¢ el planeta el que nos vea como un virus¡±.
Al cineasta, el futuro incierto le hace pensar en un final abierto: ¡°Un final po¨¦tico, de esperanza, una apertura hacia el futuro, esperando que sea positiva¡±. Mientras tanto, experimenta el teletrabajo, aunque extra?a la atm¨®sfera del plat¨® y reflexiona sobre el futuro de los rodajes: ¡°Por ejemplo, se podr¨ªa rodar en sitios controlables, con no demasiada gente, sin grandes equipos de filmaci¨®n o masas de figurantes para hacer, despu¨¦s de todos los ex¨¢menes, una cuarentena al final de la pel¨ªcula. Hay protocolos que se est¨¢n moviendo en este sentido en estos momentos. Pero el problema no es este, sino el de los actores. Hay que inventarse algo parecido a las comunas teatrales de los sesenta y los setenta. Hay que vivir juntos en una especie de clausura. No me molestar¨ªa como experimento¡±, dice.
En Italy In A Day, muchos participantes responden a la pregunta: ¡°?Cu¨¢les son tus miedos?¡±. Despu¨¦s de un confinamiento colectivo como el que ha marcado la pandemia, la prioridad ha cambiado. El miedo m¨¢s grande, seg¨²n Salvatores, es no poder imaginar el futuro. ¡°Es el momento para que los artistas, los poetas y, sobre todo, los pol¨ªticos, dejen entrever una posibilidad de futuro¡±.