No lo llamen ¡°nueva normalidad¡±, ll¨¢menlo ¡°normalidad chunga¡±
En contra de la utilizaci¨®n de los eufemismos amables
Esta epidemia ha confeccionado una serie de pseudoneologismos serie B que me ponen enferma, aunque el que me resulta m¨¢s tedioso ¡ªpor reiterado¡ª es la expresi¨®n ¡°nueva normalidad¡±. Ya me parec¨ªa antip¨¢tica en la crisis del 2008 ¡ªcuando se codific¨® en Estados Unidos¡ª, pero en este momento de caos y muerte me resulta un insulto a la inteligencia: ahora no solo hemos perdido empleos y capacidad de consumo ¡ªque tambi¨¦n¡ª, sino nuestra vida como la conoc¨ªamos. Y no me estoy quejando, que conste: se trata de una situaci¨®n sobrevenida para la cual no hay f¨®rmulas. Mejor admitirlo. Se afronta como se puede. Lo que me chirr¨ªa es la condescendencia al usar eufemismos amables. Prefiero llamarla ¡°normalidad chunga¡±: me parece m¨¢s precisa la definici¨®n.
?Qu¨¦ es esa normalidad chunga, adem¨¢s de no poder ir a bares, cuesti¨®n que desde medios y normativas parece clave para retomar la vida en sus dimensiones profundas? Para m¨ª, en el terreno de la educaci¨®n es el tan subrayado teletrabajo ¡ªotra palabra a la moda¡ª que en Espa?a, por cierto, llega a un porcentaje baj¨ªsimo: ?igual porque hemos basado nuestra econom¨ªa en los bares? Aparte de que tras casi 50 a?os de la reconversi¨®n industrial quiz¨¢s ha llegado el momento de revisar nuestro modelo productivo basado en el turismo, conviene reflexionar tambi¨¦n sobre la discutida educaci¨®n virtual.
?Qu¨¦ es esa normalidad chunga, adem¨¢s de no poder ir a bares, cuesti¨®n que desde medios y normativas parece clave para retomar la vida en sus dimensiones profundas?
No voy a seguir insistiendo en la brecha que se va a ahondar entre familias, regiones o pa¨ªses, pero desde ciertos sectores ¡ªalt¨ªsimo nivel¡ª se alaba sin tino la educaci¨®n a distancia, as¨ª que quisiera aclarar, como docente, ciertas cuestiones. Una clase no es ¨²nicamente el lugar de transmisi¨®n de conocimiento ¡ªpara esto sirve el email sin m¨¢s¡ª, sino un ¨¢mbito de aprendizaje en la discusi¨®n; el lugar privilegiado para pensar y formular nuevas preguntas y respuestas; para establecer v¨ªnculos afectivos incluso. Es el aula como ¨¢gora que Zoom o Google Meet no consiguen reproducir. La clase es performance, live art: se ense?a y se aprende con el cuerpo completo. A los estudiantes tampoco les convence este mundo destangibilizado.
Las clases son un foro de intercambios que se diluyen con lo virtual, quiz¨¢s porque, como la propia enfermedad nos ha recordado de forma salvaje, sin cuerpo no hay relato
Claro que desde universidades, institutos y hasta guarder¨ªas, docentes y alumnos ¡ªest¨¢ siendo m¨¦rito de todos¡ª estamos haciendo un trabajo para apoyarnos, ofrecer contenidos, seguir conectados en una comunidad que est¨¢ habituada a lo presencial como veh¨ªculo de la discusi¨®n en el mundo entero, adem¨¢s. Y claro que seguiremos haci¨¦ndolo mientras no haya otra opci¨®n, pero que nadie nos diga que es una nueva normalidad aceptable, un cambio de paradigma sin m¨¢s, porque eso s¨ª que no lo compramos.
Las clases son un foro de intercambios que se diluyen con lo virtual, quiz¨¢s porque, como la propia enfermedad nos ha recordado de forma salvaje, sin cuerpo no hay relato. Veremos las exposiciones en la web de los museos ¡ªesfuerzo encomiable sin duda¡ª, pero nunca sentiremos el escalofr¨ªo frente a la obra. Muchas galer¨ªas de arte han abierto con cita previa, de modo que podemos recuperar un poco de lo tangible: que nos consuele de la maldita normalidad chunga.
Babelia
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