Venecia se ahoga tambi¨¦n sin turistas
La ciudad, castigada por la masificaci¨®n y el cambio clim¨¢tico en los ¨²ltimos a?os, sufre ahora m¨¢s que ninguna en Italia la crisis de la covid-19 y la falta de visitantes
Los canales recobraron su color azul, la fauna regres¨® a la laguna y el agua devuelve ahora un cristalino reflejo de las joyas arquitect¨®nicas a cada orilla. Venecia es hoy solo para los venecianos. Nadie alcanza a recordar un privilegio de esta magnitud aqu¨ª. Un lujo, sin embargo, que no puede permitirse el 80% de sus habitantes, cuya vida depende del turismo y que a?ora m¨¢s que nunca la bocina de los gigantescos cruceros y las aglomeraciones en el puente de Rialto, que algunas veces no pudieron evitar criticar. Densidad urbana, turismo globalizado, cruceros atestados¡ Las reglas que impone la pandemia son criptonita para el principal modelo productivo de la ciudad v¨¦neta. Venecia, m¨¢s deslumbrante que nunca, es tambi¨¦n una clara advertencia de lo que ser¨ªa una ciudad postur¨ªstica: un Detroit del souvenir.
¡°Est¨¢ preciosa, claro. Pero es una visi¨®n ego¨ªsta. Hemos pasado de 30 millones de turistas a ninguno. Ahora vemos que hay mucha gente que no tiene ni para comer¡±, dice Maurizio Crovato, consejero del Ayuntamiento
El viernes por la ma?ana, unas 15 personas eligen el pescado tranquilamente en el mercado de Rialto. Fuera, un gondolero limpia su barca y tres personas cruzan el puente charlando. Maurizio Crovato, hist¨®rico periodista italiano, actualmente consejero cultural del Ayuntamiento, muestra en directo a trav¨¦s de una videollamada el aspecto de esta exclusiva Venecia. ¡°?Ha visto? Est¨¢ preciosa, claro. Pero es una visi¨®n ego¨ªsta. Hemos pasado de 30 millones de turistas a ninguno. Ahora vemos que hay mucha gente que no tiene ni para comer. Me acaba de suceder con un amigo... La crisis sirve para reflexionar, y esta ciudad deber¨¢ volver a empezar. Aquella masificaci¨®n que hemos vivido no volver¨¢ en el corto plazo. Para los cruceros esta pandemia supondr¨¢ una crisis enorme. ?La parte buena? Se podr¨¢ trabajar desde casa, as¨ª que muchos de los que se fueron podr¨¢n volver aqu¨ª a trabajar y quiz¨¢ sea m¨¢s barato. Habr¨¢ que hacerles volver, dar impulso a que fijen aqu¨ª su residencia¡±.
Venecia est¨¢ curtida en pandemias. La peste de 1348, llegada de Asia a trav¨¦s del puerto, redujo la poblaci¨®n a la mitad y acab¨® con la vida de unas 50.000 personas. La ciudad se recuper¨®, pero el nuevo brote de 1630 la dej¨® en un raqu¨ªtico tercio. Muchos expertos, como el arque¨®logo Salvatore Settis, autor de Si Venecia muere (Turner, 2020), creen que en los ¨²ltimos 50 a?os se produjo la tercera gran plaga de la ciudad: el turismo masivo. Un fen¨®meno altamente corrosivo para el tejido social y la sostenibilidad de la Seren¨ªsima, que volvi¨® a vaciarla de habitantes en el ¨²ltimo medio siglo. El a?o en que la covid-19 ha obligado a suspender el Carnaval ¡ªni siquiera la peste de 1300 lo logr¨®¡ª o a posponer la Bienal, ya nadie tiene claro qu¨¦ es peor, el turismo o su ausencia.
El libro de Settis, que se publica ahora en Espa?a, es una Biblia para comprender el proceso de desertificaci¨®n social. Pero, como toda teor¨ªa sobre el mundo, ha quedado suspendida estos d¨ªas. Si Venecia muere ahora, en todo caso, ya no ser¨¢ por culpa de las masas. ¡°La desolaci¨®n del centro hist¨®rico se manifiesta con toda su crueldad. Venecia ha perdido dos tercios de habitantes. Las casas donde viv¨ªa esa gente han sido compradas por ricos que las visitan dos o tres veces al a?o. Ectoplasmas de segunda residencia. El hecho de que no haya turismo no hace otra cosa que evidenciar que ninguna instituci¨®n p¨²blica, empezando por el Ayuntamiento y terminando por la UE, ha hecho nada para implementar una pol¨ªtica de vivienda¡±, apunta.
La relaci¨®n con el turismo siempre gener¨® corrientes de amor y odio. Cuando la ciudad debat¨ªa el modelo que la har¨ªa m¨¢s sostenible, la mitad de los vecinos hab¨ªa ya adaptado su casa para convertirla en un bed & breakfast (en Venecia hay m¨¢s camas para turistas que habitantes) o le hab¨ªa vendido su negocio a un extranjero: hoy alrededor del 13% de los inmuebles comerciales pertenecen a ciudadanos chinos. Muchos de los propietarios de las licencias de taxi acu¨¢tico ¡ªque cuestan hasta 800.000 euros¡ª viven fuera de la ciudad y tienen a un empleado que lo lleva. Los alt¨ªsimos precios del centro hist¨®rico han expulsado a los trabajadores de la isla.
¡°La paradoja es que el coronavirus ha llegado para resolver un problema que imagin¨¢bamos creciente, para liberar Venecia del monocultivo del turismo. Todos se quejaban de ello. Pero silenciosamente los ciudadanos transformaron sus apartamentos en alojamiento para turistas", se?ala Paolo Costa, exalcalde la ciudad
Paolo Costa, alcalde entre el a?o 2000 y 2005, cree que esa falta de pertenencia ha sido parte del problema de la ciudad. ¡°La paradoja es que el coronavirus ha llegado para resolver un problema que imagin¨¢bamos creciente, para liberar Venecia del monocultivo del turismo. Todos se quejaban de ello. Pero silenciosamente los ciudadanos transformaron sus apartamentos en alojamiento para turistas, cerraron el negocio de comida y abrieron uno de m¨¢scaras falsas. Se cre¨® todo un sistema que viv¨ªa de esto, mucho mayor de lo que parece. Venecia est¨¢ entre dos fen¨®menos muy golpeados por el coronavirus: la densidad urbana y la globalizaci¨®n. Todo el sistema sobre el que se fundaba hasta ayer ha quedado muy tocado¡±.
Unos cimientos parecidos a los de otras ciudades, tambi¨¦n en Espa?a, que deber¨¢n hacer cuentas en los pr¨®ximos meses con su fr¨¢gil identidad tras la pandemia.
Massimo Cacciari: "Es dram¨¢tico"
La historia reciente de Venecia no permite pensar en otro modelo productivo que no sea el del turismo. La cultura, y los visitantes que atrae, ha sido la ¨²nica salida de la isla para diversificar sus ingresos. Pero incluso el 80% de los turistas prefiere pasear que entrar en un museo como el palacio Ducal, el m¨¢s visitado de la isla.
El fil¨®sofo y catedr¨¢tico veneciano Massimo Cacciari, que ha ocupado la alcald¨ªa de la ciudad en dos ocasiones desde 1993, no tiene ganas de darle muchas vueltas a la discusi¨®n. ¡°El turismo de masas no hac¨ªa morir la ciudad de Venecia, sino vivir. Solo los 'coglioni' lo pensaban. Hab¨ªa que distribuirlo mejor. Pero el turismo era el recurso fundamental del pa¨ªs y de ciudades como esta. Claro que hab¨ªa que organizarlo de otra forma. Los cruceros perjudicaban a la ciudad, es evidente. Pero hab¨ªa que repensar el sector y potenciarlo. El futuro de Venecia es ahora dram¨¢tico. Esta ciudad, a diferencia de otras, no puede pensar en otros desarrollos¡±.
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