Sergio del Molino: ¡°Yo he intentado fingir que no ten¨ªa una enfermedad¡±
El escritor madrile?o publica un libro en el que la piel humana es el hilo narrador
Josef Stalin ten¨ªa psoriasis, como el Che Guevara y como Sergio del Molino. El primero acab¨® declar¨¢ndole la guerra a la humanidad; el segundo, al capitalismo, y del Molino (Madrid, 40 a?os) ha escrito un libro, La piel (Alfaguara), donde vincula estas grandes gestas con las escamas que aquella enfermedad provoca. Es una tesis m¨¢s literaria que cient¨ªfica, igual que el resto de historias de este libro, todas con su parte de verdad y de exageraci¨®n, con g¨¦neros que van de cuentos, pasajes cient¨ªficos a digresiones autobiogr¨¢ficas; el batiburrillo de ideas que del Molino ya emple¨® en La Espa?a vac¨ªa (Turner) o La hora violeta (Mondadori) y ahora ha perfeccionado.
¡°Es algo que he ido aprendiendo a hacer, intento medirlo desde la intuici¨®n¡±, explica por tel¨¦fono desde su casa en Zaragoza. Tras un pasaje sobre la psoriasis de John Updike (¡°Siempre que he mostrado, en mi apocada vida, algo de coraje y originalidad, se ha debido a mi pie¡±, escribi¨®) viene otro con la historia del racismo; luego, una serie de reflexiones sobre la paternidad y tras ellas, Vladimir Nabokov: ¡°Todo estar¨ªa de maravilla, de no ser por la maldita piel¡±, lament¨® sobre su psoriasis el autor de Lolita.
Cada licencia, al final, refuerza la misma idea: el poder de nuestro ¨®rgano m¨¢s expuesto. ¡°La piel es nuestra identidad m¨¢s genuina y fuerte¡±, cuenta Del Molino. ¡°Uno puede renegar de ser asturiano y proclamarse ciudadano del mundo, puede separarse de su profesi¨®n, pero de nuestra piel y de lo que le pasa no podemos distanciarnos. Es el grado 0 de conocimiento entre las personas¡±. Del Molino ahonda en el poder de la piel desde su nacimiento, primero en la mirada propia y luego en las de los dem¨¢s. ¡°La mirada, y los resultados culturales de esa mirada, es una obsesi¨®n¡±, admite ¨¦l. ¡°La Espa?a vac¨ªa tambi¨¦n se puede entender como un ensayo sobre c¨®mo los espa?oles nos hemos mirado y construido monta?as de prejuicios imaginarios que condicionan nuestra vida¡±. La piel tambi¨¦n es un libro lleno de miradas, y por tanto de paranoia.
Mal enfermo
¡°H¨¢game invisible¡±, le ruega a un m¨¦dico el narrador del libro, que comparte situaci¨®n familiar y epid¨¦rmica con el autor (quien quiera confundirlos puede, pero est¨¢ desaconsejado). Su relaci¨®n con la psoriasis hace de hilo conductor del ensayo. El enfermo, dice el libro, debe aprender a ser enfermo cr¨®nico. ¡°Yo he sido muy mal enfermo: he intentado fingir que no ten¨ªa una enfermedad, que no me iba a condicionar. Algunos m¨¦dicos que tratan a pacientes cr¨®nicos dicen que hay mucho abandono de tratamiento y negaci¨®n constante, que nos ocurre a todos¡±, explica Del Molino. ¡°Hasta que nos resignamos a que la enfermedad forma parte de nuestra personalidad de una manera m¨¢s profunda de lo que est¨¢bamos dispuestos a admitir. Y entonces somos unos resignados muy felices¡±.
La psoriasis envenena la mente del narrador, como hizo con el autor. ¡°Me ha distanciado de la gente, del tacto. Y esa distancia acaba convirti¨¦ndose en una distancia emocional¡±, admite. Desde la p¨¢gina uno se presenta como monstruo: ¡°Todos los personajes con problemas de piel son monstruos. La sociedad los ha metido en lazaretos, los ha quemado con teas. La idea del libro es que los monstruos no tenemos que ganarnos la aceptaci¨®n de la sociedad, ni ser admitidos en el club de los sanos. Es la sociedad la que tiene que tolerar nuestra existencia, fastidiarse y vernos. Al final, en esa evoluci¨®n de las miradas, el personaje que hace de m¨ª y que empieza pidiendo la invisibilidad acaba proclamando su monstruosidad, su fealdad y su deformidad. Si no te gusto, no te queda m¨¢s remedio que aguantarte. Estoy aqu¨ª, no me voy a esconder para no incomodarte a ti¡±.
El ensayo 'La piel¡¯ indaga en la psoriasis
La piel, y su indagaci¨®n en la psoriasis, est¨¢ dedicado al hijo del autor y de hecho varios pasajes van dirigidos a ¨¦l: reflexiones sobre el momento en el que un padre se expone ante su hijo; el momento en que el ni?o deja de buscar el contacto f¨ªsico con los padres y su piel entra en ¡°la Edad Media¡±, porque no volver¨¢ a ser tocada hasta el despertar sexual. ¡°La paternidad es pura piel¡±, dice Sergio del Molino. ¡°A los reci¨¦n nacidos se les pone en contacto con la piel de la madre, para calmarlos y que empiecen su v¨ªnculo emocional. Es una relaci¨®n muy tocona y muy t¨¢ctil¡±.
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