Muere el escultor y pintor Manuel Felgu¨¦rez, voz de la libertad art¨ªstica de M¨¦xico
El artista rompi¨® la tradici¨®n muralista y oficialista para defender un arte sin ataduras
Manuel Felgu¨¦rez dijo que para ¨¦l el arte era una forma de vida. Una declaraci¨®n de intenciones que lo llev¨® a crear una vasta obra durante m¨¢s de setenta a?os, renovando la pintura y la escultura en M¨¦xico, con la libertad art¨ªstica como bandera. Felgu¨¦rez, uno de los principales exponentes del arte abstracto en M¨¦xico, falleci¨® la noche del domingo a los 91 a?os a causa de la covid-19. El artista deja un legado rupturista en la pl¨¢stica mexicana, principalmente frente al muralismo, por muchos a?os muy ideologizado y dependiente de los vaivenes oficiales.
¡°Manuel fue un activista pol¨ªtico dentro del grupo de artistas que desde los a?os 50 se opusieron al dictado art¨ªstico del Estado mexicano y de la pintura realista¡±, comenta el cr¨ªtico, curador e historiador de arte Cuauht¨¦moc Medina, uno de los primeros en reaccionar en las redes sociales al fallecimiento de Felgu¨¦rez. ¡°Plante¨® ¡ªagrega¡ª junto Fernando Garc¨ªa Ponce y Jos¨¦ Luis Cuevas la necesidad de una independencia total de las ideolog¨ªas y la defensa del arte. Desde fines de los a?os 50 una parte de su trabajo era crear un muralismo alterno, financiado de manera precaria¡±. Felgu¨¦rez, ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1988, era uno de los grandes creadores mexicanos.
Felgu¨¦rez naci¨® en una hacienda de Valpara¨ªso, en el Estado de Zacatecas (localizado al noroeste de Ciudad de M¨¦xico) en 1928, en tiempos convulsos. Las luchas revolucionarias hab¨ªan llevado a su fin, pero sus estragos a¨²n eran perceptibles en la vida del pa¨ªs, que se manten¨ªa al borde del colapso. Su padre se enfrent¨® a las fuerzas que reclamaban una reforma agraria y exig¨ªan la propiedad de la hacienda familiar. ¡°La hacienda en que nac¨ª se defend¨ªa a balazos¡±, coment¨® en una entrevista con la cadena de librer¨ªas Gandhi, una de las principales de M¨¦xico. La violencia era tal que la familia decidi¨® emigrar a Ciudad de M¨¦xico, donde el padre de Felgu¨¦rez intent¨® reclamar al Estado bonos de indemnizaci¨®n por sus tierras. El padre falleci¨® en la capital cuando ¨¦l ten¨ªa siete a?os. ¡°A mi madre le dio miedo regresar [a Valpara¨ªso]¡±.
En la ciudad se involucr¨® en el movimiento scout, en el que conoci¨® al escritor Jorge Ibarg¨¹engoitia, con quien, gracias al patrocinio de los scouts, hizo un viaje en 1947 a una Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial. Fue durante ese viaje donde inici¨® su vocaci¨®n como pintor. As¨ª lo cuenta en la entrevista citada: ¡°El ¨²ltimo d¨ªa del viaje estaba con Jorge en el barco Discovery. Baj¨¦ a mi camarote, tom¨¦ un papel y empec¨¦ a dibujar el T¨¢mesis, los puentes de Londres, y le dije a Jorge: ¡°Mira: ya soy pintor¡±. Entonces ¨¦l se muri¨® de risa. En alguno de sus libros, creo que es Los rel¨¢mpagos de agosto, cuenta que le toc¨® ver nacer una vocaci¨®n¡±.
En M¨¦xico estudi¨® en Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado y en la Escuela Nacional de Artes Pl¨¢sticas de la Universidad Nacional Aut¨®noma (UNAM). Gracias a una beca fue aceptado en la Academia Grande Chaumi¨¨re, en Par¨ªs, Francia, donde fue disc¨ªpulo del escultor de origen ruso Ossip Zadkine, considerado uno de los principales representantes del cubismo. ¡°Fue mi gran maestro¡±, admitir¨ªa Felgu¨¦rez. Se inici¨® como escultor a principios de los a?os 50, cuando expuso en Ciudad de M¨¦xico con mucho ¨¦xito figuras de terracota, pero tambi¨¦n era taxidermista y en su departamento de la capital manten¨ªa animales disecados. Fue de esa manera que naci¨® su amor por la escultura. En esa ¨¦poca tambi¨¦n se enganch¨® con el arte abstracto. ¡°Me convert¨ª en artista abstracto al ver una exposici¨®n en el museo Rodin [de Par¨ªs] de escultura colectiva. Ah¨ª vi un m¨¢rmol pulido que me encant¨®. Volv¨ª a verlo para descubrir el porqu¨¦, era de Jean Arp. Al volver a M¨¦xico, al 56, segu¨ª sus pasos. Para mantener el taller, empec¨¦ a hacer esculturas de hierro de formas de animalitos. Luego los vend¨ªa en las tiendas de artesan¨ªa. Luego vino la Olimpiada y empec¨¦ a hacer deportistas. Todo se vend¨ªa barato en hoteles y tiendas de todo tipo. Mucho tiempo me mantuve de eso¡±, coment¨®.
Fue con la organizaci¨®n de las Olimpiadas del 68 que M¨¦xico se quer¨ªa presentar al mundo como un pa¨ªs en pleno progreso, pero internamente viv¨ªa una convulsi¨®n que estall¨® con la brutal represi¨®n del presidente Gustavo D¨ªaz Ordaz contra el movimiento estudiantil de la ¨¦poca, con el que Felgu¨¦rez mostr¨® simpat¨ªa. ?l fue el representante de los artistas comprometidos con ese movimiento, que desnud¨® la bestialidad del r¨¦gimen. Una muestra de aquel compromiso pol¨ªtico de estos artistas fue la fundaci¨®n del llamado Sal¨®n Independiente, un espacio donde los artistas podr¨ªan crear y exponer con total libertad, lejos de las instancias oficiales. ¡°El grupo se opuso con firmeza a la participaci¨®n de algunos de sus miembros en las bienales de Par¨ªs, Venecia y S?o Paulo, as¨ª como a exposiciones relacionadas con el nacionalismo en el arte y aquellas con car¨¢cter competitivo; adem¨¢s, determin¨® expulsar a los que no acatasen la regla¡±, cuenta Pilar Garc¨ªa en el libro La era de la discrepancia sobre arte en M¨¦xico de 1968 a 1997. Garc¨ªa relata que para financiar al grupo los integrantes idearon un evento sin precedente en el M¨¦xico de la ¨¦poca: un desfile de modas con modelos que vestieron las creaciones de fantas¨ªa de los integrantes del sal¨®n. Entre los directores de aquel evento estaban el escritor Carlos Monsiv¨¢is y Alejandro Jodorowsky.
Con este ¨²ltimo Felgu¨¦rez tuvo una relaci¨®n art¨ªstica particular. En 1960 Jodorowsky busc¨® al escultor para que fuera el escen¨®grafo en la puesta en escena de dos obras, ?Crimen o suicidio? o Hab¨ªa una muchedumbre en la mansi¨®n, del artista franc¨¦s Jean Tardieu, y La lecci¨®n, del dramaturgo francorumano Eug¨¨ne Ionesco. Dado el ¨¦xito de aquel proyecto, Felgu¨¦rez continuar¨ªa durante los tres a?os siguientes trabajando con Jodorowsky en otras iniciativas art¨ªsticas. ¡°La colaboraci¨®n que se inici¨® en el teatro muy pronto sali¨® de la sala teatral y se concret¨® en el ¡°ef¨ªmero p¨¢nico", acciones esc¨¦nicas desarrolladas fuera del escenario y en las que la improvisaci¨®n y el accidente terminan el desarrollo de la acci¨®n", cuenta Ang¨¦lica Garc¨ªa en su obra Desaf¨ªo a la estabilidad (1952-1967).
Felgu¨¦rez cre¨® m¨¢s de 30 murales y su trabajo es muy reconocido tanto en M¨¦xico como en el exterior. A mediados de los a?os 70 experiment¨® en el arte digital, utilizando una de las tres computadoras que exist¨ªan en M¨¦xico para crear obras geom¨¦tricas. El resultado de esa experiencia es El espacio m¨²ltiple, pionero en el arte mexicano. En 1975 produjo La m¨¢quina est¨¦tica, un computador capaz de producir composiciones geom¨¦tricas basadas en los criterios est¨¦ticos del autor.
¡°Manuel es un l¨ªder generacional. A principios de los 70 impuls¨® la idea de un cambio en la educaci¨®n art¨ªstica en M¨¦xico, con la ayuda de computadores. Represent¨® al movimiento de su ¨¦poca y fue la voz y pol¨ªtica visible en varios momentos. Es un artista ic¨®nico de M¨¦xico¡±, explica el cr¨ªtico Medina.
Felgu¨¦rez admiti¨® que su mayor legado fue la construcci¨®n del Museo de Arte Abstracto de Zacatecas, creado en un antiguo seminario que fue reformado con apoyo del Gobierno regional. Inaugurado en 1998, re¨²ne una gran cantidad de obras del artista, junto a las de m¨¢s de 100 creados mexicanos y extranjeros. La joya del museo, como el mismo Felgu¨¦rez dijo, es el Sal¨®n de los Murales de Osaka, ¡°la Capilla Sixtina del arte abstracto¡±, donde se exponen los 12 murales realizados por artistas mexicanos ¡ªLilia Carrillo, Manuel Felgu¨¦rez, Fernando Garc¨ªa Ponce, Arnaldo Coen, Francisco Corsas, Roger Von Gunten, Francisco Icaza, Gilberto Aceves Navarro, Brian Nissen, Antonio Peyr¨ª y Vlady¡ª para el Pabell¨®n de M¨¦xico durante la Exposici¨®n Mundial de Osaka en 1970.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.