El ¡°rock montuno¡± de Pau Don¨¦s
La inteligencia natural del m¨²sico, m¨¢s sus conocimientos profesionales de mercadotecnia, le permitieron ampliar su parcela del mestizaje musical
En uno de sus (raros) momentos de liviandad, Santiago Auser¨®n sugiri¨® la etiqueta de rock montuno para su propuesta en Juan Perro: la imbricaci¨®n del rock en la r¨ªtmica y la tem¨¢tica cubanas. Esa fue la v¨ªa elegida por Pau Don¨¦s para presentarse en sociedad, musicalmente hablando. La flaca lleg¨® en buen momento: aparte de sus intr¨ªnsecos valores adhesivos, coincidi¨® con el descubrimiento de las maravillas y los enigmas de Cuba, gracias al turismo masivo. Funcion¨® en los pa¨ªses hispanohablantes y sedujo tambi¨¦n al p¨²blico italiano. Una excepci¨®n: el concepto de rock montuno no prendi¨® en Cuba, donde un abismo social separa al rock de las m¨²sicas aut¨®ctonas; pocas experiencias tan desalentadoras como el concierto de Jarabe de Palo en un semivac¨ªo Teatro Karl Marx habanero.
La inteligencia natural de Pau m¨¢s sus conocimientos profesionales de mercadotecnia le permitieron ampliar su parcela del mestizaje musical. Supo elegir sus colaboradores: trabaj¨® con el ingl¨¦s Jo Dworniak, aqu¨ª muy valorado por sus producciones para Radio Futura y Kiko Veneno. Entendi¨® que sus discos necesitaban la variedad vocal que aportar¨ªan invitados, extra¨ªdos de la far¨¢ndula nacional o descubiertos en sus giras. As¨ª, se trajo a grabar en Espa?a a Vico C, antecesor puertorrique?o del reguet¨®n que entonces (no pregunten) vacilaba entre las drogas duras y el cristianismo fundamentalista.
M¨¢s fecunda fue la alianza con Lorenzo Jovanotti: Pau adapt¨® las letras para el lanzamiento en Espa?a del genial cantante romano, que desdichadamente apenas cont¨® con el apoyo de la sucursal de Universal Music. Don¨¦s no se sorprendi¨® demasiado: aunque tend¨ªa a hacer pi?a con los empleados de su discogr¨¢fica, sab¨ªa que los artistas estaban finalmente a merced de los terremotos empresariales. Vivi¨® la p¨¦rdida de autonom¨ªa de Virgin Records, la compa?¨ªa que le lanz¨®, y desemboc¨® en el multitudinario caj¨®n de sastre de Warner, donde para m¨¢s inri coincidi¨® con Juan Perro. A partir de 2009, se desenvolvi¨® con sello propio, Tronco Records.
Buen calibrador de sus aciertos y sus carencias, Pau enriqueci¨® su paleta sonora y cant¨® en otros idiomas. Prudente, alternaba sus nuevas canciones con adaptaciones de sus temas cl¨¢sicos, interpretadas a piano o incluso con orquesta sinf¨®nica. Con su llaneza, era capaz de titular ?Y ahora qu¨¦ hacemos? su disco de 2011. La respuesta inclu¨ªa desde una versi¨®n de La quiero a morir, la balada de Francis Cabrel, rockerizada con Alejandro Sanz, al hiriente Hice mal algunas cosas, cantado en compa?¨ªa de Carlos Tarque y Joaqu¨ªn Sabina. As¨ª que sigui¨® con la tarea de siempre: buscar el m¨ªnimo com¨²n denominador, el estribillo perfecto, la historia positiva que ayudara a seguir viviendo. Aunque hab¨ªa fuertes corrientes bajo su afable exterior, reveladas ocasionalmente en entrevistas o en su libro, 50 palos¡y sigo so?ando.
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