El Vietnam de Spike Lee

En medio de los conflictos raciales en Estados Unidos y con independencia del habitual y necesario activismo cinematogr¨¢fico de Spike Lee, es complicado saber qu¨¦ ha intentado hacer el director afroamericano en su nueva obra: Da 5 Bloods: hermanos de armas, su aportaci¨®n a la Guerra de Vietnam, a la que resulta dif¨ªcil encontrarle incluso el tono. Algo que, en principio, no tiene por qu¨¦ ser negativo pues las pel¨ªculas que descolocan siempre tienen la virtud de lo ins¨®lito, pero las libertades de Lee, la narrativa y la tonal, aparte de indescifrables casi en todo momento de sus largas dos horas y media, est¨¢n al borde del sonrojo.

Cuatro (casi) ancianos negros que combatieron en Vietnam en el mismo batall¨®n se citan para el reencuentro en un hotel de Ciudad Ho Chi Minh, la antigua Saig¨®n, para intentar recuperar en la jungla el cad¨¢ver de un quinto amigo muerto en combate y enterrado junto a un tesoro escondido en forma de lingotes de oro. Lee toma algunas decisiones formales interesantes: formato panor¨¢mico cada vez m¨¢s ancho conforme se adentran en la selva, para las secuencias en el presente; y formato 4:3 para los flashbacks de 1971, con una fotograf¨ªa de grano duro al estar filmadas en 16 mm. Los riesgos m¨¢s discutibles comienzan con la introducci¨®n de fotograf¨ªas documentales de personajes hist¨®ricos o an¨®nimos, con peque?os textos aclaratorios, e incluso alg¨²n pasaje documental para ilustrar un chiste de ficci¨®n, por ejemplo, un discurso de Donald Trump, casi como un inserto a lo Michael Moore en medio de un relato ficticio.

Recursos dram¨¢ticos en el alambre que casi quedan en poco esenciales si se comparan con el hecho de que los pasajes del pasado, durante la guerra, los interpreten tambi¨¦n (sin rejuvenecimiento digital) Delroy Lindo, Clarke Peters y compa?¨ªa, al borde de la setentena de edad, junto al mucho m¨¢s joven Chadwick Boseman, en la piel del soldado muerto en acci¨®n. El contraste es extra?¨ªsimo, pero a pesar de todo a este cr¨ªtico el ejercicio, suicida de por s¨ª, le parecer¨ªa interesant¨ªsimo en su met¨¢fora de la pervivencia de la guerra en las cabezas de sus personajes si estuviese bien desarrollado.

Los principales dislates de Da 5 Bloods son, sin embargo, su modulaci¨®n gen¨¦rica y el grosor de su discurso. Parece un drama b¨¦lico que va en serio, pero hay tantos pasajes que se asemejan a una parodia, incluida la acci¨®n, que resulta descorazonador: los mon¨®logos a c¨¢mara; los pedestres di¨¢logos sobre el papel franc¨¦s en el conflicto y en la Segunda Guerra Mundial; el follet¨ªn de la hija secreta. Y muchos momentos definitivamente cercanos a un episodio de El equipo A o, m¨¢s all¨¢, a la burla desprejuiciada de Tropic Thunder: ?Una guerra muy perra!

El director de Haz lo que debas pretende desmitificar el cine b¨¦lico sobre Vietnam, quiz¨¢ incluso re¨ªrse de ello (La cabalgata de las Walkirias para ilustrar la imagen de una barcaza tur¨ªstica; el fuego amigo de Nacido el 4 de julio), pero ni eso tiene gracia. Y lo ¨²nico que queda es el mensaje final: los negros fueron a una guerra para luchar por unos derechos de otros que ni ellos mismos ten¨ªan en su propio pa¨ªs.