La mugre y la furia

Que los forajidos de leyenda, contestatarios al margen del poder establecido, pod¨ªan llegar a alcanzar matices cercanos a lo que posteriormente supusieron las estrellas del rock & roll lo supo ver bien Arthur Penn en Bonnie and Clyde (1967), estrenada en a?os de explosi¨®n musical y descontento pol¨ªtico. Y de un modo a¨²n m¨¢s expl¨ªcito Tony Richardson, que en Ned Kelly (1970), su visi¨®n sobre las andanzas del m¨¢s famoso bandolero australiano del siglo XIX, en lucha contra el dominio colonial brit¨¢nico, coloc¨® nada menos que a Mick Jagger como protagonista

Unos paralelismos culturales y sociales, junto al evidente lado criminal de sus correr¨ªas, que resurgen en la nueva versi¨®n cinematogr¨¢fica, la tercera, de la existencia del proscrito asesino de polic¨ªas: La verdadera historia de la banda de Kelly, dirigida por el australiano Justin Kurzel, inspirada por una novela de Peter Carey de 2000, donde es el esp¨ªritu del punk el que parece animar una pel¨ªcula que no por casualidad culmina junto a sus preciosos t¨ªtulos de cr¨¦dito finales con una canci¨®n original que bien podr¨ªan haber firmado los Sex Pistols. Que el actor protagonista, George MacKay, en excelente momento tras el ¨¦xito de 1917, tenga cierto parecido f¨ªsico con Johnny Rottten solo acrecienta la sensaci¨®n de estar viviendo una alegor¨ªa del caos frente al imperio.

La mugre y la furia se funden as¨ª en un relato de fuerte impacto visual y sonoro, donde el director parece recuperar la intensidad dram¨¢tica de su notable versi¨®n de Macbeth (2015) a trav¨¦s de unos textos en off de aliento shakespeariano, mientras la sensacional banda sonora compuesta por su hermano Jed, reiterativa, minimalista y envolvente, le otorga un ¨¦nfasis apasionante. Muy lejos del vulgar academicismo aventurero de Ned Kelly, comienza la leyenda (2003), olvidable segunda visi¨®n del forajido, protagonizada, eso s¨ª, por otro int¨¦rprete con halo de estrella del rock, Heath Ledger, la pel¨ªcula de Kurzel aporta atrevimiento, travestismo, androginia, un toque incestuoso y un esp¨ªritu mesi¨¢nico de tintes religiosos: esa madre retratada a veces con porte de Virgen Mar¨ªa y un personaje principal con aureola de predicador junto a sus disc¨ªpulos.

Trabajo de narrativa a borbotones, como el punk, al que a veces da la impresi¨®n de que le falta cierta fluidez, La verdadera historia de la banda de Kelly posee, sin embargo, un envidiable concepto visual que encaja a la perfecci¨®n con dos de sus grandes temas: la violencia y la lujuria.