Christiane Amanpour: ¡°Han politizado el virus y eso era lo m¨¢s peligroso¡±
La periodista ha convocado en su programa a l¨ªderes, pol¨ªticos, intelectuales y cient¨ªficos, que han respondido preguntas que llevan su sello: informaci¨®n propia y curiosidad insobornable
Naci¨® hace 62 a?os en Londres, hija de inglesa e iran¨ª, vivi¨® sus primeros a?os conociendo en el mismo lugar de los hechos la revoluci¨®n de Jomeini, y pronto tuvo conciencia de que su vida ser¨ªa la de una corresponsal en el extranjero. Esa biograf¨ªa y su talento convirtieron a Christiane Amanpour en una de las m¨¢s importantes periodistas del mundo y, sin duda, la m¨¢s destacada de las que ejercen su oficio en la CNN, la cadena de informaci¨®n internacional de Turner. Ha sido enviada especial en guerras europeas y asi¨¢ticas. Ahora desarrolla su trabajo desde Londres, donde mantiene su vocaci¨®n de corresponsal en el extranjero. Cada d¨ªa, a las siete de la tarde hora inglesa, ha convocado a su programa Amanpour a l¨ªderes, pol¨ªticos, intelectuales y cient¨ªficos, que han respondido preguntas que llevan su sello: informaci¨®n propia y curiosidad insobornable. El pasado lunes respondi¨® a EL PA?S, por tel¨¦fono, desde Francia.
Pregunta. Hace cinco a?os un se?or le pregunt¨® en un coloquio de Google sobre lo que usted querr¨ªa que pasara en el futuro. Usted dijo que querr¨ªa que alguien como Bill Gates ayudara a que hubiera una vacuna para curar todas las enfermedades¡ Ahora Gates est¨¢ en eso¡
Respuesta. ?No lo recuerdo, pero si es as¨ª debo ser una persona muy lista, ja ja ja! Para las entrevistas que he hecho ahora con motivo de la covid-19 hubiera estado bien hablar con Bill Gates, pero no ha sido posible. Huelga decir que admiro a personas como ¨¦l, que se mueven en un mundo basado en los hechos, en la ciencia y en las pruebas. As¨ª construy¨® su imperio de Microsoft. Y cuando dej¨® de estar involucrado en Microsoft puso su fundaci¨®n filantr¨®pica a trabajar para todo el mundo de la forma m¨¢s humanitaria posible, en las ¨¢reas de educaci¨®n y salud. Es algo con mucha visi¨®n de futuro. Reconozco que todav¨ªa hoy admiro lo que est¨¢ tratando de hacer, sobre todo viendo que los gobiernos son incapaces de actuar con un m¨ªnimo de orden. La iniciativa queda en manos de un ciudadano particular que est¨¢ usando su riqueza de la mejor manera posible. Est¨¢ buscando una vacuna, apoyando un esfuerzo coordinado por encontrar una vacuna a trav¨¦s de los mejores cient¨ªficos y empresas del mundo.
Los pa¨ªses gobernados por mujeres lo han hecho muy bien en la pandemia
P. En sus preguntas en estos programas es evidente su involucraci¨®n personal por desentra?ar las claves del desastre. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le ha inquietado?
R. Me encontraba muy nerviosa. Tengo 62 a?os, quiz¨¢ no est¨¦ dentro de la horquilla de poblaci¨®n m¨¢s vulnerable, pero mi madre tiene 87 y s¨ª que he estado preocupada por ella. Llevaba meses sin verla, y ahora que se est¨¢ relajando un poco el confinamiento podr¨¦ verla de nuevo. De modo que estaba preocupada por motivos personales y tambi¨¦n por razones m¨¢s globales. Ve¨ªa que ten¨ªamos l¨ªderes que evidentemente no sab¨ªan por d¨®nde se andaban. Sobre todo, los l¨ªderes populistas. Estamos viendo niveles de infecci¨®n muy altos en los pa¨ªses con l¨ªderes de ese corte. Un ministro de Sanidad de M¨¦xico me dijo: ¡°Los populistas son enemigos de la ciencia¡±. Si nos fijamos en muchos pa¨ªses, me consta, por cierto, que Espa?a hizo un gran esfuerzo de confinamiento, y nos detenemos en algunos, como Taiw¨¢n, Nueva Zelanda, Alemania, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Islandia, en todos estos casos sus l¨ªderes electos son mujeres, y todos estos pa¨ªses lo han hecho muy bien, sin duda. Por supuesto que hay muchos pa¨ªses con l¨ªderes varones que han hecho bien las cosas, pero todos los pa¨ªses con mujeres al frente lo han hecho bien. Y ahora surge una pregunta clave, no importa la relaci¨®n que tenga con el feminismo, y es qu¨¦ hicieron en estos pa¨ªses que no hicieron en otros. Es simple: hicieron caso a la ciencia, escucharon a los expertos. Como periodista es lo que hago: presto atenci¨®n a los hechos, a la ciencia, a los expertos.
P. Trabaja desde Inglaterra para una emisora basada en Estados Unidos, dos pa¨ªses liderados por quienes desconfiaron del alcance de la pandemia¡
R. Mi impresi¨®n es que tanto ellos como Bolsonaro se centraron en la ideolog¨ªa y la pol¨ªtica, m¨¢s que en la ciencia y en cuidar de su pueblo. Su futuro se medir¨¢ en t¨¦rminos de vidas y muertes. Se lo jugaron todo a la carta de la pol¨ªtica. En Brasil y en Estados Unidos algo como la mascarilla se ha convertido en un arma pol¨ªtica: esta es una indicaci¨®n del panorama al que nos enfrentamos. Y aqu¨ª, en Gran Breta?a, el Gobierno de Boris Johnson, cuya ¨²nica obsesi¨®n es el Brexit y que reaccion¨® muy tarde al coronavirus, trata de silenciar y arrinconar a los periodistas que cuentan de verdad. Ahora Johnson hace una gran campa?a contra el Sunday Times y eso es peligroso. Vivimos en una democracia que debe valorar la prensa libre e independiente.
P. Usted siempre quiso ser una corresponsal en el extranjero, lo ha sido en varias guerras, y ahora es corresponsal del mundo¡ desde Londres. ?Siente que est¨¢ cumpliendo su deber como periodista, ejerciendo de voz global que hace preguntas sobre una guerra global?
R. S¨ª, un poquito. Empec¨¦ mi carrera como corresponsal en 1990, y la primera historia importante que me toc¨® cubrir fue la primera guerra del Golfo. Adem¨¢s, fue la primera gran historia que cubri¨® la CNN. A lo largo de esa d¨¦cada cubr¨ª la guerra de Bosnia, el genocidio en Ruanda, la hambruna en Somalia, viaj¨¦ por todo Oriente Pr¨®ximo, y tambi¨¦n me ocup¨¦ despu¨¦s del 11-s. Hoy me considero corresponsal en el extranjero que tiene un programa en el que puedo hacer preguntas cuyas respuestas quieren saber los espectadores. Creo que, al igual que cuando se cubre una guerra, hay que tener presente siempre la objetividad. La objetividad no es neutralidad, no supone equiparar los dos bandos. Por ejemplo, en el caso del coronavirus no es cuesti¨®n de hablar de disyuntivas sobre lo que se puede probar o no. Hay hojas de ruta claras para controlar esta pandemia y tenemos que ser muy claros en lo que decimos. Tiene que quedar claro que controlar la pandemia no es una cuesti¨®n de opini¨®n o de ideolog¨ªa; es una cuesti¨®n de medicina, de ciencia, de hacer pruebas, de rastrear contactos. Incluso en Gran Breta?a a¨²n no se est¨¢n haciendo los tests adecuados y tampoco los hay en Estados Unidos. En cambio, en los pa¨ªses en que s¨ª se pusieron a hacer pruebas, como Alemania, los resultados est¨¢n a la vista. No estamos hablando de ingenier¨ªa aeroespacial.
Afrontamos dos crisis: una sanitaria y otra de injusticia y racismo
P. Un poeta ecuatoriano encontr¨® en una pared de Quito este grafiti: ¡°Cuando ten¨ªamos las respuestas nos cambiaron las preguntas¡±. Como experta en el arte de preguntar, ?esta crisis le ha cambiado su modo de preguntar?
R. No, realmente no ha cambiado mi manera de preguntar, pero desde luego me qued¨¦ asombrada de que tuvi¨¦ramos que seguir haciendo las mismas preguntas. ?D¨®nde est¨¢n los equipos de protecci¨®n para los trabajadores sanitarios? ?Por qu¨¦ no hay suficientes tratamientos? ?Por qu¨¦ no se han desarrollado las pruebas, los rastreos, y se ha implantado el aislamiento? ?Por qu¨¦ no est¨¢n haciendo estas cosas que constituyen la primera l¨ªnea de defensa para salvar vidas? Y les preguntar¨ªa a los l¨ªderes: ?c¨®mo esperan que les juzguen cuando lleguen a las elecciones y la gente se ponga a contar los muertos ocurridos por culpa de su lentitud, porque su actuaci¨®n no fue suficientemente r¨¢pida? Esta es una situaci¨®n de vida o muerte, diferente a cualquier cosa que se haya visto antes. Con esto quiero decir que, aun habiendo cubierto guerras y genocidios y he visto muchos cad¨¢veres, mucha muerte, muchas enfermedades, desastres de todo tipo, lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª es una crisis sanitaria en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo. Gastamos miles de millones en sanidad y algo va mal. Han politizado este virus y eso era lo m¨¢s peligroso que pod¨ªa ocurrir. Lo han hecho en los pa¨ªses con l¨ªderes populistas, no en aquellos en los que l¨ªderes elegidos democr¨¢ticamente han dado los pasos adecuados.
P. Una vez usted pregunt¨® al l¨ªder yugoslavo Milosevic, luego condenado como criminal de guerra, c¨®mo era capaz de dormir por las noches¡
R. S¨ª, s¨ª. A¨²n no he preguntado a ning¨²n l¨ªder en esta crisis, pero ya lo har¨¦. Lo que s¨ª he preguntado a algunas personas es qu¨¦ cosas le impiden dormir por las noches, cu¨¢l es su peor pesadilla. Esa sigue siendo una pregunta muy importante: ?es usted capaz de dormir por las noches cuando convierte o no la mascarilla en una cuesti¨®n pol¨ªtica? ?Es capaz de dormir por las noches cuando rechaza la importancia de hacer pruebas, rastrear contactos y aislar a los contagiados? ?Puede dormir cuando se pasa los d¨ªas politizando la cuesti¨®n de si va a decretar el confinamiento lo suficientemente pronto y tambi¨¦n la de c¨®mo va a ser la reapertura? ?Sabe una cosa? Una de las historias que a?ade dramatismo a todo esto es la de las protestas raciales. Tengo la convicci¨®n de que hay una conexi¨®n absoluta en todo esto. La desigualdad racial que vemos en los Estados Unidos y francamente en todo el mundo, desde luego tambi¨¦n en el Reino Unido y en otros lugares, sin duda contribuye a que haya m¨¢s muertos y m¨¢s contagios, influye en qui¨¦n muere, en qui¨¦n se contagia. La mayor¨ªa de los que mueren est¨¢n en los niveles socioecon¨®micos m¨¢s bajos, en su mayor parte pertenecen a minor¨ªas, hay much¨ªsimos negros estadounidenses. Esto se debe a la estructura tan injusta, tan falta de equidad, que se ha erigido a lo largo de cientos de a?os, y el hecho de matar deliberadamente a George Floyd abri¨® los ojos a todo el mundo. Ahora entienden que nos enfrentamos a dos pandemias: una crisis sanitaria descomunal y una pandemia de injusticia y racismo igualmente desorbitada.
P. Y esta ¨²ltima tiene su epicentro en el pa¨ªs con mejores universidades del mundo¡
R. Cierto que son muy buenas, pero todas tienen un acceso muy selectivo. Y en buena parte es una cuesti¨®n de dinero. Sabemos que es muy caro acceder y no hay suficientes oportunidades para aquellos que son igual de inteligentes, que tienen la misma motivaci¨®n, pero provienen de ¨¢mbitos sociales m¨¢s humildes, y esto es algo que habr¨ªa que arreglar. Sobre el hecho de la rodilla en el cuello, un analista estadounidense muy destacado me dijo: ¡°La rodilla sobre el cuello de George Floyd equivale a una rodilla en el cuello de la democracia estadounidense¡±. Sin justicia, sin igualdad de oportunidades en la educaci¨®n, en la sanidad, en el acceso a la vivienda, en el empleo, la democracia no podr¨¢ sobrevivir, sobre todo en Estados Unidos. Esto que le voy a decir no es algo que ocurre en Espa?a, en Reino Unido o en otros pa¨ªses: en Estados Unidos hay un partido que espec¨ªficamente aspira a suprimir el voto de las minor¨ªas, sobre todo de los afroamericanos. Es incre¨ªble que eso suceda en Estados Unidos. La gente se est¨¢ dando cuenta, estamos en medio de una situaci¨®n ante la cual la gente est¨¢ abriendo los ojos. Ojal¨¢ salgamos de esta m¨¢s sanos en vez de m¨¢s enfermos.
P. El asesinato de George Floyd produjo en todo el mundo una convulsi¨®n y a usted se le not¨® en las preguntas que hac¨ªa en torno a este suceso. De tener oportunidad, ?qu¨¦ le hubiera preguntado a Trump?
R. No me gusta responder a preguntas as¨ª porque qu¨¦ sabe una qu¨¦ estar¨ªa pasando ese d¨ªa. Pero s¨ª le preguntar¨ªa por qu¨¦ se empe?a en crear una guerra racial en Estados Unidos en este momento. ?Por qu¨¦? ?Por qu¨¦ sigue hablando mal del movimiento Black Lives Matter [Las vidas de los negros importan]? ?Por qu¨¦ se empe?a en seguir defendiendo a los l¨ªderes supremacistas blancos? ?Por qu¨¦ apoya, por qu¨¦ defiende al bando perdedor, a los confederados, a los que perdieron la Guerra de Secesi¨®n? ?Por qu¨¦ Donald Trump defiende la bandera confederada, por qu¨¦ defiende las estatuas de personas que eran due?as de esclavos y que lucharon en contra de la abolici¨®n de la esclavitud? ?Por qu¨¦? A Donald Trump no le gusta perder, no le gustan los perdedores, siempre usa el t¨¦rmino perdedor como insulto, as¨ª que le preguntar¨ªa si defiende a los perdedores.
P. Como periodista ha tenido la responsabilidad de contar un enorme conflicto mundial. ?Qu¨¦ cree que ha aprendido de esta situaci¨®n tan inusual en la historia?
R. He aprendido unas cuantas cosas. Mi mantra, mi norma, como periodista es ser veraz, no ser falsamente neutral, as¨ª que tengo que se?alar la verdad, aunque resulte impopular. He aprendido a entender aquello que estoy viendo. Por ejemplo, cuando Donald Trump, ante las protestas por George Floyd, acusa a los manifestantes de ser unos delincuentes¡ Cuando nosotros viajamos como corresponsales a Ir¨¢n o a la primavera ¨¢rabe habl¨¢bamos de movimientos en cuyas protestas defend¨ªan justicia y dignidad. Eso es exactamente lo que estamos viendo hoy en Estados Unidos. Pienso que mi labor como corresponsal en el extranjero me ha permitido establecer el marco de mi trabajo period¨ªstico. Lo que veo en Estados Unidos no es vandalismo, no veo delincuentes. Est¨¢n diciendo ?basta! Han aguantado pacientemente durante 400 a?os, desde que llevaron a los primeros esclavos a Estados Unidos en 1619. Es un momento definitorio. Pienso que si Estados Unidos fracasa este momento va a tener consecuencias muy negativas para la salud de la democracia estadounidense. Al mismo tiempo, defiendo constantemente el derecho de los periodistas a informar libremente, independientemente, sin miedo a represalias por parte de los l¨ªderes. Si nosotros no estamos ah¨ª, si la prensa no est¨¢ ah¨ª, se destruye un elemento clave de la democracia. Me tomo en serio esta responsabilidad. Siempre lo he hecho.
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