Daniela Ortiz: ¡°Conforme tu voz crece, la violencia contra ti tambi¨¦n¡±
La artista peruana abandon¨® Espa?a, despu¨¦s de 13 a?os, por una campa?a de violencia y acoso contra ella tras defender la vandalizaci¨®n de la estatua de Col¨®n en el programa 'Espejo p¨²blico'
El 16 de junio el programa Espejo p¨²blico (A3) llam¨® a la artista Daniela Ortiz (Cuzco, Per¨², 1985) para que explicara por qu¨¦ en su opini¨®n los monumentos coloniales deben ser derribados. Explic¨® que son s¨ªmbolos que reivindican la supremac¨ªa blanca y que deben ser tumbados y vandalizados, porque honran en Europa y en Espa?a un proceso colonial que sigue vigente y acaba con la vida de miles de personas, hoy, a trav¨¦s de los procesos de control migratorio. Lo m¨¢s sonado de aquella intervenci¨®n de la artista peruana est¨¢ en la respuesta a Susanna Griso. La presentadora indic¨® que a ella la estatua de Col¨®n no la ofend¨ªa. A lo que Ortiz respondi¨®: ¡°Claro, porque eres blanca¡±.
Me tengo que justificar porque soy mujer y soy migrante y nuestra voz no est¨¢ permitidaDaniela Ortiz
Desde ese momento la artista, que trabaja y vive en Barcelona desde hace 13 a?os, fue v¨ªctima, seg¨²n relata ella misma, de una oleada criticas, persecuci¨®n y acoso que le oblig¨® a tomar la decisi¨®n a principios de julio de irse del pa¨ªs. El miedo surgi¨® cuando le avisaron de que en un canal de Telegram de contenido de extrema derecha se incitaba a poner en conocimiento de la Polic¨ªa los hechos para conseguir una denuncia contra Daniela Ortiz ¡°por terrorista¡±, tal y como cuenta la artista. La decisi¨®n de irse de Espa?a la tom¨® antes del acoso por redes sociales, que creci¨® cuando ella ya se encontraba en Per¨².
¡°Me da miedo que un neonazi me ataque por la calle, pero un proceso de criminalizaci¨®n policial me asusta mucho m¨¢s, porque soy madre soltera de un ni?o de tres a?os y s¨¦ c¨®mo son los procesos de quitar la custodia. Intentaron poner en marcha un proceso de criminalizaci¨®n y era insostenible quedarme en Espa?a, porque mi vida cotidiana no era posible: no tengo log¨ªstica para protegerme, no puedo pagarme la seguridad, ni un abogado¡±, se?ala Ortiz a este peri¨®dico por tel¨¦fono.
Seg¨²n un texto alojado en la web del Museo Reina Sof¨ªa, Daniela Ortiz es cr¨ªtica con los conceptos de nacionalidad, racializaci¨®n, clase social y g¨¦nero para ¡°analizar el poder colonial, capitalista y patriarcal¡±. Ha participado en un proyecto de la instituci¨®n titulado Artistas en cuarentena, con un mural pintado por ella y su hijo en una de sus ventanas, con escenas en las que aparece el hostigamiento policial contra la poblaci¨®n migrante y su falta de reconocimiento de derechos. Ella misma se define como ¡°profundamente antirracista, anticapitalista y cercana al anarquismo¡±.
Sujetos sin derechos
La artista est¨¢ sorprendida ante la violencia de la respuesta a sus planteamientos como migrante y artista. No cree que la urgencia de incorporar un discurso antirracista en la sociedad espa?ola deba tener esta contestaci¨®n. Se muestra especialmente dolida con quienes le han atacado desde la universidad. ¡°A m¨ª en Espa?a ni siquiera me permiten ser profesora y me llaman oligarca. La estabilidad de estas personas que me atacan es incomparable con mi precariedad. ?Por qu¨¦ no centran el debate en la Ley de extranjer¨ªa, en la persecuci¨®n y expulsi¨®n de personas?¡±, se pregunta Ortiz, que lleg¨® a Espa?a a continuar sus estudios universitarios y a poner en marcha su carrera.
Es consciente del alcance de sus trabajos, duros con la realidad de la poblaci¨®n marginada pero vestidos de una est¨¦tica na?f. ¡°Amo ser artista porque puedo ser libre. Conforme tu voz crece, la violencia contra ti tambi¨¦n¡±, se?ala. Cuenta que nunca se ha podido permitir pagar un estudio para trabajar en su obra, que lo hac¨ªa en la mesa del comedor de su casa o en los horarios de los trabajos que ha ido desempe?ando, como el que tuvo en una tienda de chocolates. ¡°No necesito grandes medios econ¨®micos ni condiciones ¨®ptimas como un artista burgu¨¦s. Hago mi trabajo bajo todo tipo de presiones y me siento bien as¨ª. Lo ¨²nico que me genera son ganas de hacer m¨¢s trabajo¡±, dice. Acaba de ultimar una serie de cuatro visiones sobre la vida de Fernando Tupac Amaru y los hechos que ha tenido que sufrir la artista. Una de ellas ilustra este art¨ªculo.
En su relato de los hechos justifica con insistencia su procedencia social, porque ha sido acusada de privilegiada por ser hija de un millonario peruano, pero su padre, afirma, trabaja en un albergue en la selva del Amazonia, antes fue gu¨ªa tur¨ªstico y tuvo una tienda de bicicletas. ¡°Me tengo que justificar porque soy mujer y soy migrante y nuestra voz no est¨¢ permitida. Si no te atacan por una cosa, te atacar¨¢n por otra. Cualquier excusa ser¨¢ utilizada para decir que no soy un sujeto leg¨ªtimo para explicar lo que explicamos y lo que denunciamos. Primero nos ignoraron, luego nos criminalizaron¡±.
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