Fotogramas de Venecia vac¨ªa
El documental ¡¯Molecole¡¯, que Andrea Segre rod¨® durante el comienzo de la cuarentena en la ciudad, se proyecta como preapertura de la Mostra
Ante San Marcos han desfilado papas y emperadores. Sus campaniles han visto pasar artistas, marchantes, generales, veleros y hasta un tanque algo chapucero que intent¨® una improbable ocupaci¨®n armada de la plaza en 1997. Desde hace a?os, la bas¨ªlica veneciana tambi¨¦n asiste al asalto cotidiano de hordas de turistas. Y, sin embargo, aquel d¨ªa de principios de marzo, Andrea Segre no ve¨ªa ni un alma. Alguna gaviota, el le¨®n que domina la ciudad, el silencio. Solo, con su c¨¢mara, en uno de los cruces m¨¢s...
Ante San Marcos han desfilado papas y emperadores. Sus campaniles han visto pasar artistas, marchantes, generales, veleros y hasta un tanque algo chapucero que intent¨® una improbable ocupaci¨®n armada de la plaza en 1997. Desde hace a?os, la bas¨ªlica veneciana tambi¨¦n asiste al asalto cotidiano de hordas de turistas. Y, sin embargo, aquel d¨ªa de principios de marzo, Andrea Segre no ve¨ªa ni un alma. Alguna gaviota, el le¨®n que domina la ciudad, el silencio. Solo, con su c¨¢mara, en uno de los cruces m¨¢s concurridos del planeta. Hasta que un polic¨ªa apareci¨® en el desierto.
¡ª?Usted est¨¢ trabajando?
¡ªSoy director de cine, estoy documentado lo que sucede.
¡ªDe acuerdo. Por favor, no toque a nadie.
Segre no lo hizo. Pero s¨ª film¨®. Durante horas, d¨ªas. Cuando la cuarentena impuesta por el coronavirus vaci¨® Venecia, ¨¦l se qued¨® y sigui¨® grabando. El resultado, tan espectral como magn¨¦tico, se titula Molecole y se proyecta hoy como preinauguraci¨®n de La Mostra. Porque el festival de cine m¨¢s antiguo del mundo tambi¨¦n ha sobrevivido a la pandemia. Y abre sus puertas, de forma presencial, del 2 al 12 de septiembre.
¡°Es un proyecto que nunca existi¨®. Jam¨¢s pens¨¦ en realizar Molecole. Se hizo solo¡±, confiesa Segre al tel¨¦fono. El cineasta (Dolo, 46 a?os), nacido en la provincia y de ra¨ªces venecianas, viaj¨® a la urbe de los canales el 22 de febrero, con otras ideas en la cabeza: iba a desarrollar una obra teatral y un largo de ficci¨®n. Pero la suerte, el azar, la covid-19, o tal vez los tres juntos, tocaron a su puerta. ¡°El 25 de febrero empez¨® el delirio. Se cancel¨® el carnaval, fueron cerrando escuelas y museos. Estaba ocurriendo algo, pero no sab¨ªamos qu¨¦. Mis colaboradores se fueron marchando, y tuve una iluminaci¨®n. Ped¨ª que me dejaran una c¨¢mara. Llam¨¦ a mi pareja, que se hab¨ªa quedado con nuestra hija peque?a, y le dije que cogiera el ¨²ltimo tren para Venecia¡±, rememora. El 7 de marzo, cuando las recogi¨® en la estaci¨®n, no se baj¨® ning¨²n pasajero m¨¢s.
La familia se instal¨® en la casa de un t¨ªo de Segre. Y, desde ah¨ª, el director sal¨ªa cada dos d¨ªas a cazar fantasmas. ¡°Un amigo me dio un micr¨®fono. Otro me construy¨® a toda prisa un disco duro, para descargar el material. Grababa, tomaba notas, no sab¨ªa muy bien qu¨¦ estaba haciendo¡±, asegura. Los canales sin olas, las callejuelas sin transe¨²ntes, las tiendas sin clientes, pero con los escaparates iluminados y los maniqu¨ªes como ¨²nicos testigos de aquel espect¨¢culo ¨²nico. Porque, como dice uno de los vecinos en la pel¨ªcula, hac¨ªa siglos que no se ve¨ªa una Venecia as¨ª.
¡°En otro lugar me habr¨ªa dado menos cuenta de la llegada del confinamiento. Pero all¨ª, a medida que cerraban actividades y establecimientos, se marchaban no solo los turistas, sino tambi¨¦n los que trabajan para ellos, m¨¢s de 30.000 personas que cada d¨ªa se desplazan a la ciudad. Estaba mucho m¨¢s desierta que otras, quedaban solo los 50.000 residentes. El vac¨ªo extraordinario de Venecia coincide con su parte m¨¢s inquietante. Es una maravilla que asusta¡±, reflexiona Segre. El tema navega en el fondo de Molecole, junto con la relaci¨®n de amor y odio de la urbe con el agua, las recientes inundaciones o vivencias personales del director.
¡°Me impresionaba la coincidencia entre fuerza y fragilidad, belleza y miedo. Una ciudad loca, incre¨ªble, que no deja de ser un reto al destino: la construyeron sobre unos palos, en el agua, y colocaron encima obras de arte impresionantes, fiadas a un futuro inestable¡±, agrega el cineasta. Explica que hubo momentos en que filmar le dio escalofr¨ªos. Y que incluso cuando termin¨®, a finales de marzo, no ten¨ªa muy claro qu¨¦ hab¨ªa conseguido. Fue a partir de mayo, con su montadora, cuando pusieron orden en el material: ¡°Descubr¨ª que las im¨¢genes m¨¢s impactantes eran las filmadas en torno al 6 o 7 de marzo, cuando era evidente que iba a cerrar todo. M¨¢s que sobre la cuarentena, el filme habla de la llegada de lo inesperado¡±. Una sensaci¨®n familiar no solo para Venecia. A estas alturas, ya la conocen todos.
Un futuro incierto
Andrea Segre muestra cierta preocupaci¨®n respecto al futuro de Venecia. ¡°Su relaci¨®n con el agua siempre ha ido unida al desarrollo de ciertos conocimientos para aprender a defenderse. Si hay menos gente viviendo esa cotidianeidad, se forman cada vez menos. Los que solo van a visitarla o a trabajar all¨ª ni se plantean el problema. Nadie sabe si el MOSE [el millonario sistema de diques proyectado para controlar mareas e inundaciones] va a funcionar, pero el da?o aut¨¦ntico es que ha sustra¨ªdo, legalmente e ilegalmente, recursos a todos esos trabajos artesanales y continuados que se realizaban para proteger la ciudad¡±. El cineasta lo aclara con un ejemplo concreto: ¡°En Venecia los pavimientos de los primeros pisos deben construirse con una liger¨ªsima inclinaci¨®n. Hab¨ªa gente especializada en este oficio, pero ya escasean. Si se aplica el concepto, m¨¢s en general, a toda la ciudad, se entiende el riesgo real¡±.