Caetano Veloso: ¡°Mis expectativas optimistas sobre Brasil son m¨¢s una responsabilidad que una esperanza¡±
El artista habla del documental ¡¯Narciso de vacaciones¡¯, sobre el tiempo que pas¨® preso por ¡°terrorismo cultural¡± en la dictadura. Ser¨¢ exhibido este lunes en Venecia
Es imposible cantar el himno nacional brasile?o con la melod¨ªa de Tropic¨¢lia. Los versos del himno son decas¨ªlabos, mientras que los de la canci¨®n compuesta en los a?os sesenta y cantada por Caetano Veloso tienen ocho s¨ªlabas po¨¦ticas. Eso es lo que el artista de Bah¨ªa respondi¨® en el interrogatorio al que lo someti¨® la dictadura militar brasile?a, que lo acus¨® de ¡°terrorismo cultural¡± y lo arrest¨®, junto con su amigo Gilberto Gil, entre el 27 de ...
Es imposible cantar el himno nacional brasile?o con la melod¨ªa de Tropic¨¢lia. Los versos del himno son decas¨ªlabos, mientras que los de la canci¨®n compuesta en los a?os sesenta y cantada por Caetano Veloso tienen ocho s¨ªlabas po¨¦ticas. Eso es lo que el artista de Bah¨ªa respondi¨® en el interrogatorio al que lo someti¨® la dictadura militar brasile?a, que lo acus¨® de ¡°terrorismo cultural¡± y lo arrest¨®, junto con su amigo Gilberto Gil, entre el 27 de diciembre de 1968 ¡ª14 d¨ªas despu¨¦s de que se decret¨® el Acto Institucional n¨²mero 5, que cerr¨® el Congreso y suspendi¨® varias garant¨ªas constitucionales¡ª y el 19 de febrero de 1969, un mi¨¦rcoles de ceniza.
Los dos meses de arresto, la primera semana en aislamiento, fueron descritos por primera vez en la autobiograf¨ªa Verdad tropical, publicada en Brasil en 1997 ¡ªen espa?ol la edit¨® Salamandra, en 2004, y la ha reeditado Marea este a?o con un pr¨®logo in¨¦dito del autor¡ª. En 2018, los directores Renato Terra y Ricardo Calil grabaron el documental Narciso de vacaciones, el mismo t¨ªtulo del cap¨ªtulo en el que Veloso narra las desgracias de su prisi¨®n semiclandestina. La producci¨®n se estrena este lunes en el Festival de Cine de Venecia, fuera de competici¨®n, y es la ¨²nica pel¨ªcula brasile?a en el evento.
No es que no me haya emocionado al escribir ciertas frases en el cap¨ªtulo del libro. Pero hablar es otra cosa. Y al enfrentarme al hecho de que no puedo recordar el nombre del generoso sargento me desarm¨®
La idea fue de Paula Lavigne, o Paulinha, como Caetano Veloso se refiere amorosamente a su esposa, productora y empresaria. ¡°La entrevista servir¨ªa de base para un documental m¨¢s convencional, con otras localizaciones y otras entrevistas. Pero cuando los dos directores vieron el material, pensaron que lo ten¨ªan todo all¨ª¡±, cuenta el cantante en una entrevista por e-mail con EL PA?S. De hecho, la imagen del m¨²sico sentado en una silla sencilla, de vez en cuando con la guitarra en la mano cantando, sobre el fondo gris de una habitaci¨®n vac¨ªa, es m¨¢s que suficiente para sumergir al espectador en una historia que, aunque sea personal, forma parte de uno de los per¨ªodos m¨¢s tenebrosos de la historia de Brasil.
Durante la prisi¨®n, Veloso se sec¨®. No pod¨ªa llorar y, en lo que Gil denomin¨® el ¡°silencio del sexo¡±, su libido disminuy¨®: tampoco pod¨ªa masturbarse, algo que, seg¨²n cuenta, siempre hab¨ªa sido una actividad casi terap¨¦utica. La erecci¨®n no llegaba. Pero su superstici¨®n, que naci¨® con ¨¦l en Santo Amaro, se intensific¨® en la celda. Ver una cucaracha era un mal augurio, al igual que canciones como S¨²plica, de Orlando Silva, y Onde o c¨¦u azul ¨¦ mais azul (Donde el cielo azul es m¨¢s azul), de Francisco Alves. Con el mero t¨ªtulo de esta ¨²ltima todav¨ªa se le hace un nudo en la garganta y se le llenan los ojos de l¨¢grimas. Es como si fuera impronunciable.
Los buenos presagios, en cambio, estaban a cargo de canciones como Hey Jude, de los Beatles, e Irene, la ¨²nica que compuso en prisi¨®n, en memoria y a la salud de la sonrisa de su hermana menor. La mayor felicidad fue, sin duda, la presencia de Ded¨¦ Gadelha, su esposa en aquella ¨¦poca, que, como si fuera una detective, descubri¨® d¨®nde estaba detenido Veloso e insisti¨® hasta que logr¨® visitarlo. En Narciso de vacaciones, la ¨²nica vez que llora es cuando recuerda al sargento que facilit¨® los encuentros de los amantes.
Pregunta. Algunos dicen que revisitar y recontar los momentos traum¨¢ticos es un exorcismo emocional. ?Qu¨¦ le hizo volver a contar su arresto, que ya hab¨ªa sido narrado en Verdad tropical, en un documental? ?Es otro exorcismo?
Respuesta. Ojal¨¢. Hace unos tres a?os, suger¨ª que el cap¨ªtulo Narciso de vacaciones se publicara separado de Verdad tropical. Paula Lavigne tuvo la idea de hacer un documental sobre lo que se narra all¨ª. Ella, productora y empresaria, pens¨® en ahorrarse la energ¨ªa que gastar¨ªa en tratar de decir ¡°no¡± a las posibles propuestas para llevarlo a la pantalla. Pero tambi¨¦n quer¨ªa que, si tom¨¢bamos la decisi¨®n de hacerlo, todo se hiciera de una manera hermosa y honesta. Como me hab¨ªa encantado [el documental sobre un festival de m¨²sica de Brasil] Una noche en el 67, propuso a Renato Terra y Ricardo Calil que lo dirigieran. Y nos llev¨® a la Ciudad de las Artes [espacio cultural en R¨ªo de Janeiro que no est¨¢ totalmente listo], para filmar una entrevista conmigo en una sala vac¨ªa que deber¨ªa ser un cine. La entrevista servir¨ªa de base para un documental m¨¢s convencional, con otras localizaciones y otras entrevistas. Pero cuando vieron el material, los dos directores pensaron que lo ten¨ªan todo all¨ª.
Yo, personalmente, nunca he visto milagros
P. En el libro, su agradecimiento al sargento, ¡°un negro de Bah¨ªa¡±, que facilit¨® los encuentros con Ded¨¦, su exesposa, en su celda, es n¨ªtido. En el documental, sin embargo, cuando recuerda que lo arrestaron, llega a llorar. ?Qu¨¦ sentimientos le despiertan el gesto de ese hombre y su memoria?
R. No es que no me haya emocionado al escribir ciertas frases en el cap¨ªtulo del libro. Pero hablar es otra cosa. Y al enfrentarme al hecho de que no puedo recordar el nombre del generoso sargento me desarm¨®.
P. Usted ya era supersticioso y dice que en prisi¨®n se volvi¨® todav¨ªa m¨¢s supersticioso. ?C¨®mo se manifiesta eso en su vida actual?
R. Con mucha menos intensidad. Mayormente, se ha convertido en un juego mental, una adicci¨®n que me divierte. Muchas supersticiones simplemente han desaparecido. Pero, como iba a cantar en la grabaci¨®n todas las canciones de las que hablo, y los directores volvieron con la idea de que la pel¨ªcula ya estaba lista ¡ªy durante las dos noches que filmamos solo hab¨ªa cantado Hey Jude e Irene¡ª, vi que las otras, las que eran un signo de mala suerte, no estaban incluidas, me result¨® dif¨ªcil arriesgarme a cantarlas. El otro d¨ªa, en una entrevista en la televisi¨®n, me di cuenta de que no pod¨ªa ni siquiera referirme a una de ellas. Incluso ahora, si pienso en frases de la letra o en la melod¨ªa, me dan ganas de llorar. No es miedo. Es la tristeza de haber dejado que una canci¨®n que habla de un amor grande y amplio por Brasil haya estado prohibida dentro de m¨ª durante tantos a?os.
P. ?Y c¨®mo es esta dicotom¨ªa de ser un ateo que ve milagros? ?El candombl¨¦ u otras religiones de origen africano nunca le han tentado?
R. La frase sobre ser ateo y ver milagros la dijo [el escritor] Jorge Amado. [La revista] Pasquim quer¨ªa entrevistarlo y quer¨ªa que yo estuviera presente, ayudando a hacer preguntas. Como no pod¨ªa estar en R¨ªo en la fecha prevista, me pidieron que escribiera preguntas para le¨¦rselas a Jorge. Le pregunt¨¦ qu¨¦ significado propiamente religioso ten¨ªa el candombl¨¦ en su vida, ya que era Ob¨¢ de Xang? [un t¨ªtulo honor¨ªfico]. ?l respondi¨®: ¡°No s¨¦ si afortunada o desafortunadamente, a diferencia de [Dorival] Caymmi, no tengo fe. Soy un ateo materialista convencido. Pero he visto muchos milagros del candombl¨¦. Milagros del pueblo¡±. Cuando me pidieron que hiciera una canci¨®n para la versi¨®n televisiva de Tienda de los milagros, cit¨¦ la frase justo al principio de la canci¨®n. Y sigo hablando de los ¡°dioses sin Dios¡±, que ¡°no dejan de brotar ni se cansan de esperar¡±. Yo, personalmente, nunca he visto milagros.
P. Fue acusado de ¡°terrorismo cultural¡±, algo que dice que desconoce. ?Cree que el actual Gobierno brasile?o persigue las artes porque cree en este fantasma? En el Gobierno de Jair Bolsonaro, vemos que se distorsiona la verdad y hay una guerra digital de la que ya ha sido objeto, cuando lo persegu¨ªan los disc¨ªpulos de Olavo de Carvalho [gur¨² del bolsonarismo]. ?Es hoy tan terrible como ayer?
R. S¨ª. Por caminos diferentes, es igualmente terrible.
Si no buscamos dentro de nosotros mismos lo que tenemos de energ¨ªa hist¨®rica para hacer algo bueno para el mundo, perdemos la exigencia de actuar y pensar de forma consecuente
P. En Narciso de vacaciones dice que aborrece el socialismo y en Verdad tropical escribe que, si no fuera por ese 1 de abril de 1964, estar¨ªa m¨¢s distante de la izquierda. ?Ve una izquierda cr¨ªtica, como la suya, en el Brasil de 2020? ?Qu¨¦ salida social y pol¨ªtica ve para el pa¨ªs?
R. La pel¨ªcula se hizo hace dos a?os. Desde entonces, he visto hablar a [el historiador] Jones Manoel en YouTube, he le¨ªdo una introducci¨®n suya al libro Revolu??o africana y all¨ª he encontrado argumentos que han removido mis casi certezas sobre el tema. De hecho, Jones ha respondido preguntas que me he estado haciendo durante d¨¦cadas sobre por qu¨¦ los marxistas del mundo acad¨¦mico no dec¨ªan nada sobre las experiencias reconocidamente opresivas que se viv¨ªan en los pa¨ªses en los que lleg¨® el socialismo. Leemos que Marighella llor¨® cuando se enter¨® de las famosas maldades de Stalin, pero no se sabe nada sobre c¨®mo volvi¨® a decidirse por el comunismo. Bueno, me gustaba [el fil¨®sofo] Ruy Fausto porque criticaba las experiencias socialistas reales. No es que fuera el ¨²nico. Muchos trotskistas ya lo hab¨ªan hecho hasta cierto punto. Al menos hab¨ªan mostrado su repulsa por Stalin. Pero ni Ruy ni ellos llegaban a justificar su adhesi¨®n a algo que siempre hab¨ªa funcionado tan mal. En la contracultura, tuvimos el coraje de rechazar todo eso sin volvernos conservadores o reaccionarios. Pero hab¨ªa algo que no cuadraba. En el libro, cuento que oscilamos entre la ultraizquierda y el liberalismo. Esa ultraizquierda ten¨ªa algo de anarquista. Pero eso no bastaba. El credo liberal me parec¨ªa m¨¢s digno. No entr¨¢bamos en una religi¨®n salvadora que no se atreve a decir su nombre: la democracia liberal est¨¢ en pr¨¢ctica en el Occidente desarrollado. Pero soy mulato y de un pa¨ªs subdesarrollado. Mi inspiraci¨®n no se conforma con el sistema que tiene como l¨ªder al gran pa¨ªs excepcional que hizo la revoluci¨®n antes de la francesa y se mantiene fiel a ella, pero se calla frente a Arabia Saud¨ª y abomina a Ir¨¢n y Venezuela. As¨ª pues, la unidad de prop¨®sitos profundos que representa la audacia socialista, tal como aparec¨ªa en los discursos y textos de Jones Manoel y se explicaba con detalle en los libros de [el fil¨®sofo italiano Domenico] Losurdo, se compone de una visi¨®n radical de la historia colonial y de la esclavitud de los negros africanos, una historia que coincide con el desarrollo del liberalismo. Ver esto me ha hecho cambiar de opini¨®n.
P. En el pr¨®logo de la nueva edici¨®n del libro, escribe que ¡°Brasil est¨¢ en perpetua convulsi¨®n y hay demasiadas cosas que sugieren que no tenemos que ser optimistas¡±, y recuerda una frase de Fernando Pessoa: ¡°Nos hemos extraviado hasta tal punto que debemos estar en el buen camino¡±. En nuestro 2020, ?esta frase ¡ªque trae esperanza, aunque sea ir¨®nica¡ª todav¨ªa tiene sentido?
R. Tiene tanto sentido como cuando la cit¨¦. Fue [el economista] Eduardo Giannetti, un liberal, quien me la destac¨®. Mis expectativas optimistas sobre Brasil son m¨¢s una responsabilidad que una esperanza. Si no buscamos dentro de nosotros mismos lo que tenemos de energ¨ªa hist¨®rica para hacer, por lo que somos, algo bueno para el mundo, perdemos la exigencia de actuar y pensar de forma consecuente.
Tengo 78 a?os, la gente ve series de televisi¨®n que me parecen muy aburridas, con varios episodios y temporadas, no s¨¦ si este sue?o de hacer cine puede volver a ser un plan
P. Reconoce que tiene una cierta ¡°tendencia a la digresi¨®n¡± y un cierto car¨¢cter proustiano. ?Eso se ha acentuado o ha cambiado de alguna manera con la edad?
R. Algunas personas cercanas a veces me dicen que ha empeorado. Pero no todas. Hablo mucho con mis hijos. Saben que puedo ser prolijo y que divago un poco, pero la conversaci¨®n fluye. Y mucho. Incluso con Tom, que es lac¨®nico. Y cuando escribo, siento que consigo ser m¨¢s breve.
P. Usted y su hijo Zeca han hecho sesiones de cine en casa durante la cuarentena. Es imposible no recordar los pasajes de Verdad tropical en los que habla con pasi¨®n sobre el cine, especialmente de las pel¨ªculas de Federico Fellini. ?Qu¨¦ han estado viendo en estas sesiones?
R. Zeca y yo hemos visto varias pel¨ªculas. ?l ahora est¨¢ concentrado en algo que est¨¢ haciendo. Por eso ya no hemos hecho m¨¢s sesiones. Pero hemos visto pel¨ªculas brasile?as inevitables y algunas italianas. Tenemos previsto continuar.
S¨¦ que Pedro va a Venecia. Yo no puedo ir. Los brasile?os no pueden entrar en Italia todav¨ªa
P. Narciso de vacaciones no es el primer documental dirigido por otra persona sobre su biograf¨ªa. Pero su incursi¨®n en la creaci¨®n cinematogr¨¢fica se ha limitado al experimental Cinema falado (Cine hablado). ?Lleg¨® a revisitar la pel¨ªcula como hizo, por ejemplo, con el libro? ?Y por qu¨¦ no se ha aventurado a ponerse otra vez detr¨¢s de las c¨¢maras?
R. Hacer canciones y cantarlas es mucho m¨¢s simple log¨ªsticamente que hacer pel¨ªculas. Cinema falado fue un ensayo de ensayos. Me gustar¨ªa hacer una en Bah¨ªa, que tuviera una idea bonita. Ten¨ªa un amigo llamado Marco Polo que viv¨ªa en una casita en la roca que delimita el Porto da Barra y que iba a todos los lugares de Salvador por mar. No ten¨ªa ni idea de que su nombre estaba inspirado en un navegante veneciano. Me gustar¨ªa hacer una pel¨ªcula sobre alguien as¨ª. Que tuviera im¨¢genes similares a las de Trampolim do forte (Trampol¨ªn del fuerte). Nunca he desistido totalmente del sue?o de hacer cine. Pero me resulta dif¨ªcil pensar en eso ahora. Tengo 78 a?os, la gente ve series de televisi¨®n que me parecen muy aburridas, con varios episodios y temporadas, no s¨¦ si este sue?o de hacer cine puede volver a ser un plan.
P. Su amigo Pedro Almod¨®var acaba de estrenar en Venecia una pel¨ªcula que se hizo durante la pandemia, La voz humana. ?Han hablado e intercambiado reflexiones sobre la vida, el trabajo y el arte en estos tiempos inciertos? ?Se ve volviendo a hacer conciertos en un futuro pr¨®ximo?
R. S¨¦ que Pedro va a Venecia. Yo no puedo ir. Los brasile?os no pueden entrar en Italia todav¨ªa. Paulinha habl¨® con Pedro recientemente. Yo no. Hace tiempo que no nos escribimos. ?l estaba filmando y es muy obsesivo al respecto. Y quiero volver a cantar sobre un escenario ante el p¨²blico.