¡®La voz humana¡¯, el ¡°capricho¡± de Almod¨®var, deslumbra en Venecia
El director estrena en la Mostra de Venecia su primer proyecto en ingl¨¦s, una fastuosa adaptaci¨®n de un texto de Jean Cocteau que protagoniza Tilda Swinton
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Pedro Almod¨®var estren¨® este jueves en la Mostra de Venecia su primer proyecto en ingl¨¦s, La voz humana, mediometraje inspirado en un texto teatral de Jean Cocteau y protagonizado por Tilda Swinton. ¡°En este momento en que todo el mundo sue?a con rodar series, yo so?aba con un corto¡±, expres¨® Almod¨®var sobre esta pel¨ªcula de 30 minutos, de las primeras que fueron filmadas tras el fin del confinamiento. ¡°Este corto es casi un capricho, una experiencia de libertad. Me he sentido incluso libre al no tener que hablar en espa?ol¡±, a?adi¨®. El director materializaba as¨ª uno de sus sue?os: adaptar el mon¨®logo que Cocteau estren¨® en Par¨ªs en 1930, protagonizado por una mujer que habla por tel¨¦fono con el amante que la ha abandonado. M¨¢s tarde, lo recitaron actrices como Ingrid Bergman, Simone Signoret o Anna Magnani, en una primera adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, L¡¯amore, que Rossellini film¨® en 1948.
Menos citado que Douglas Sirk, R. W. Fassbinder o Tennessee Williams en su lista de m¨¢ximas influencias, Cocteau es otra matriz en el cine almodovariano. El director ya introdujo un fragmento del mismo texto en La ley del deseo, donde lo interpretaba la actriz a la que encarnaba Carmen Maura. Tambi¨¦n su siguiente pel¨ªcula, Mujeres al borde de un ataque de nervios, naci¨® como una adaptaci¨®n ¡°larga y experimental¡± de ese mon¨®logo. ¡°La situaci¨®n de esa mujer abandonada, sola y al borde de la locura, junto a un perro con quien comparte el duelo y un mont¨®n de maletas hechas, es una situaci¨®n dram¨¢tica que siempre me ha estimulado¡±, reconoci¨® Almod¨®var, que confes¨® que tambi¨¦n le toca en lo personal. ¡°Yo tambi¨¦n he vivido esa situaci¨®n. Tambi¨¦n he esperado en vano, aunque sin tener que hacer la maleta, porque ser¨ªa demasiado generoso por mi parte¡±.
La adaptaci¨®n prescinde de la parte m¨¢s polvorienta del texto. La conversaci¨®n entre los dos amantes transcurre por auricular inal¨¢mbrico y su protagonista es una mujer actual. ¡°En el original hay demasiada sumisi¨®n. Yo quer¨ªa convertirlo en un acto de venganza¡±, afirm¨® el director, que reescribi¨® el texto a su gusto. Swinton, que el mi¨¦rcoles recibi¨® un Le¨®n de Oro honor¨ªfico de la Mostra, defini¨® su relaci¨®n con Almod¨®var como ¡°un nuevo amor¡± y lo consider¨® el fruto de las plegarias de ¡°un amigo monje benedictino¡±, que llevaba a?os convencido de que trabajar¨ªan juntos. ¡°Me pareci¨® rid¨ªculo, porque no soy espa?ola ni hablo espa?ol. Pero compartimos el lenguaje del cine¡±, dijo.
La pel¨ªcula tiene lugar en un interior fastuoso. Swinton pasea con un vestido de Balenciaga con monumental miri?aque, como si fuera una menina alien¨ªgena. Productos de marcas como Chanel y Loewe se cuelan en los encuadres, y el m¨ªtico frasco del perfume N¨²mero 5 convive en el ba?o con un bote de Diazepam, mientras que el comedor est¨¢ presidido por Venus y Cupido, el misterioso cuadro de Artemisia Gentileschi. En este nuevo proyecto, Almod¨®var lleva su habitual artificio hasta las ¨²ltimas consecuencias. El escenario es brechtiano: Swinton deambula entre ese piso y la nave industrial donde ese apartamento colorista fue construido, y que, a juzgar por la fachada del restaurante wok Costa Buena y su langosta gigante que se cuela en un plano, se encuentra en Fuenlabrada (Madrid).
La voz humana es una obra menor en su filmograf¨ªa, un divertimento de lujo y un bomb¨¢stico ejercicio de estilo junto a una Swinton superlativa, que nunca se hab¨ªa parecido tanto a Buster Keaton. Al final, el director altera ligeramente los planes de Cocteau para poner en escena una purificaci¨®n: para poder seguir adelante, hay que dejar morir las partes viejas de uno mismo. Una idea que coincide con la mutaci¨®n que vive el cine de Almod¨®var, dispuesto a entrar en un periodo de mayor ¡°contenci¨®n¡±, del que Julieta y Dolor y gloria parecen los primeros ejemplos. Este mediometraje, de un barroquismo que ¡°bordea el grand guignol¡±, parece la traca final antes de un cambio definitivo de fase.
Dos nuevos cortos
Ese comedimiento pasar¨¢ tambi¨¦n por la longitud de sus proyectos. Tras La voz humana, Almod¨®var ha escrito otras dos piezas cortas: una de 45 minutos y otra de unos 20. ¡°La primera es un w¨¦stern muy particular, titulado Extra?a forma de vida, como el fado de Am¨¢lia Rodrigues. Y el segundo, una distop¨ªa sobre un mundo sin cines¡±, anunci¨® en Venecia sobre estas obras de aires teatrales, que transcurrir¨¢n en un escenario ¨²nico. ¡°Me viene mejor para la espalda¡±, dijo el director, solo medio en broma. El segundo de esos proyectos responde a una de sus mayores preocupaciones: la fr¨¢gil situaci¨®n de las salas, a las que la pandemia podr¨ªa rematar. ¡°El confinamiento nos ha hecho ver la casa como un lugar de reclusi¨®n, donde podemos trabajar, comprar, encontrar el amor y pedir comida. Lo podemos hacer absolutamente todo de un modo sedentario. Eso me parece peligroso¡±, expres¨®. ¡°Yo propongo, en contraposici¨®n a eso, el cine. Ir al cine es iniciar una aventura, elegir una pel¨ªcula y re¨ªr, aterrorizarse y llorar con desconocidos. A nivel humano, me parece una experiencia esencial¡±, apunt¨® Almod¨®var. ¡°Mi mayor ilusi¨®n es seguir vivo y haciendo cine¡±.
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