?Es el racismo de Brasil diferente al de Estados Unidos?
Un fil¨®sofo brasile?o afirma que la discriminaci¨®n hacia los negros es distinta en Brasil, donde la segregaci¨®n es mas socioecon¨®mica que racial
El tema del racismo se ha agudizado en Brasil, o mejor dicho, la sociedad lo est¨¢ condenando y poniendo en evidencia como nunca en el pasado. Y eso es positivo. Supone una nueva toma de conciencia social.?
Lo que es m¨¢s dif¨ªcil, y al mismo tiempo, urgente para Brasil, donde las personas de color ya superan a las blancas, es analizar la ra¨ªz del racismo, que no se vive igual en las diferentes partes del mundo.?
Un negro, un ind¨ªgena o un mestizo pueden ser motivo de prejuicio por motivos diferentes. Un negro puede serlo por ser tal. Se tratar¨ªa, en el fondo, de reconocer que pertenece a una raza inferior. Es el racismo que no tiene salida. Cuando en Estados Unidos los negros no pod¨ªan viajar en los autobuses junto con los blancos, ni usar el mismo retrete, la discriminaci¨®n era de raza. Es como si dej¨¢semos a los cerdos entrar en casa.
El hecho de ser un racismo social no deja de ser monstruoso y debe ser combatido con la misma fuerza con la que un Luther King conden¨® el racismo de segregaci¨®n en los Estados Unidos
Cuando en Brasil la polic¨ªa, en la calle, se encuentra con un asalto y corren juntos un negro y un blanco, lo m¨¢s seguro es que detenga al negro, que para el agente es m¨¢s probable que sea un bandido. En este caso, el racismo no tiene por qu¨¦ ser racial. Se da por entendido que los negros estudian menos, saben menos, son m¨¢s pobres y, por tanto, m¨¢s inclinados al crimen. Es un racismo social.
Si el detenido en la calle, aunque negro, hubiese sido un catedr¨¢tico de la Universidad o un magistrado del Supremo, seguramente la polic¨ªa lo hubiese tratado diferente. No se le discrimina por su raza, sino por el prejuicio de que los de color son m¨¢s tontos y malos que los blancos.
El economista y fil¨®sofo Eduardo Giannetti, autor del libro Tr¨®picos ut¨®picos, de la editorial Companhia das Letras, dijo en una entrevista al diario O Globo que ¡°el racismo en Brasil tiene una naturaleza social, y no de raza¡±. A?ade que es completamente diferente, por ejemplo, del estadounidense, donde se dio una ¡°separaci¨®n monstruosa¡±. Giannetti reconoce que el ¡°abismo social¡± en Brasil, y no solo entre blancos y de color, es enorme e infiltrado de prejuicios, pero al mismo tiempo, defiende que la caracter¨ªstica de dicho racismo es sobre todo social.
Achaca esa diferencia del racismo brasile?o al hecho de que los colonizadores portugueses convivieron siglos con los ¨¢rabes, lo que les dio experiencia en relaci¨®n a las diferencias ¡°que no tuvieron los anglosajones¡±.
?Quiero ello decir que el racismo que vive Brasil deja de ser menos grave? No. El hecho de ser un racismo social no deja de ser monstruoso y debe ser combatido con la misma fuerza con la que un Luther King conden¨® el racismo de segregaci¨®n en los Estados Unidos.
Lo positivo, si es posible usar el adjetivo en un tema tan terriblemente inhumano, es que al ser el brasile?o un racismo m¨¢s bien social es m¨¢s f¨¢cil combatirlo a trav¨¦s de una campa?a cultural y pol¨ªtica.
Es urgente, para ello, que se pongan todas las fuerzas al servicio de una mayor escolaridad de los brasile?os de color, que castiga a los m¨¢s pobres, discrimin¨¢ndoles y releg¨¢ndoles a los trabajos m¨¢s humildes.
Es urgente que se profundice, ya desde la escuela, el concepto de que no existen razas, sino etnias, todas ellas igualmente humanas, igualmente ricas y dignas de respeto.
Si es cierta la tesis de Giannetti de que el racismo brasile?o es fundamentalmente social, existe hasta la posibilidad, como ¨¦l apunta en su libro, de que Brasil pueda ser hoy en el mundo una alternativa y hasta una ¡°utop¨ªa de civilizaci¨®n¡± que podr¨ªa ser ofrecida al mundo en una hora de oscuridad y amenazas de nuevas barbaries que degradan a la humanidad.
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