La vida interior de la m¨²sica
El director de orquesta Gustavo Dudamel sirve de gu¨ªa por un viaje en realidad virtual al coraz¨®n de la m¨²sica en la pel¨ªcula inmersiva ¡®Symphony¡¯, que se ver¨¢ en CosmoCaixa en Barcelona a partir del lunes y despu¨¦s viajar¨¢ por 100 ciudades durante 10 a?os
La vida interior de la m¨²sica
Ir al contenidoDavid Bagu¨¦ era un ni?o introvertido de solo 12 a?os cuando su padre trajo un viol¨ªn a casa. Inspirado por el esp¨ªritu iconoclasta de Les Luthiers y sus locos cacharros musicales, el chico se decidi¨® a destripar el instrumento para descifrar sus misterios y as¨ª poder, despu¨¦s, rehacerlos. Fue el primer milagro de madera y cuerda en la larga carrera de Bagu¨¦, que se convertir¨ªa en un constructor de fama internacional. M¨¢s de cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, aquel impulso se hace al fin realidad (virtual) m¨¢s all¨¢ de la curiosidad infantil gracias a la experiencia de cine inmersivo Symphony, un ¡°viaje al coraz¨®n de la m¨²sica¡± de la mano del director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel.
El espectador que se calce las gafas y los auriculares para sentir este innovador proyecto did¨¢ctico-musical en el que Igor Cortadellas, guionista y director, y la fundaci¨®n la Caixa han trabajado durante los ¨²ltimos cuatro a?os, se ver¨¢ transportado al interior del pintoresco taller del lutier en la calle Virtut, en el barcelon¨¦s barrio de Gr¨¤cia, mientras aquel trabaja en uno de sus famosos violines. Antes, la pel¨ªcula coloca al p¨²blico en el centro mismo de una orquesta conducida con br¨ªo por Dudamel. Vistos desde fuera, los visitantes se agitan en las butacas giratorias como cachorros desorientados al ritmo de la Quinta de Beethoven. Dentro, uno se descubre rodeado de las diferentes familias de instrumentos que tocan m¨²sicos que te miran a los ojos: violines, oboes, tubas y timbales rodean al espectador, al que ha recibido el director art¨ªstico de la Filarm¨®nica de Los ?ngeles con la enunciaci¨®n de un misterio a¨²n sin resolver: ?c¨®mo puede surgir tanta belleza metaf¨ªsica de la combinaci¨®n de metal, cuerda y madera?
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Una gira de 10 a?os
La experiencia podr¨¢ vivirse desde el pr¨®ximo lunes en CosmoCaixa, museo de la ciencia que la fundaci¨®n tiene en la parte alta de Barcelona. En su patio se han instalado dos enormes tr¨¢ileres o ¡°unidades¡±, como prefiere llamarlos Antonio de Diego, responsable t¨¦cnico de su montaje. Construidos expresamente para la ocasi¨®n, son en s¨ª mismos otro prodigio de la t¨¦cnica. De unos cien metros cuadrados cada uno, han pasado el verano en una nave en el pueblo de Calaf, antes de ser plegados sobre s¨ª mismos y trasladados a la ciudad para desplegarse de nuevo. Se conectan entre s¨ª por una de esas estructuras con forma de acorde¨®n que recuerdan a la uni¨®n de dos vagones de metro y que en este caso ofrecen la versatilidad de ser colocados longitudinalmente o formando diversos ¨¢ngulos entre s¨ª. Est¨¢n dise?ados para viajar por un centenar de ciudades de Espa?a y Portugal en los pr¨®ximos 10 a?os; las primeras paradas, tras Barcelona (hasta el 8 de octubre), ser¨¢n Santander, Valladolid y Madrid, que recibir¨¢ la visita de este tecnol¨®gico carromato en Navidad.
La primera de las unidades contiene una pantalla ligeramente curvada, de 10 x 3 metros, sobre la que se proyecta una meditativa pieza de cine panor¨¢mico sin palabras de algo m¨¢s de 12 minutos y medio, que sirve para introducir al espectador en el universo de Symphony. ¡°Est¨¢ pensada¡±, explica Cortadellas, ¡°para que el visitante se meta en un ritmo distinto del que trae de la calle, que se desprenda de los sonidos de la vida cotidiana y se concentre en la escucha atenta que perseguimos¡±. El concepto recuerda a las ideas de la acordeonista y te¨®rica sonora estadounidense Pauline Oliveros, que alumbr¨® la t¨¦cnica del Deep Listening, surgida en los a?os ochenta tras una actuaci¨®n en el interior de una enorme cisterna de uso militar que permit¨ªa una reverberaci¨®n de 45 segundos: ¡°Escucha todo el tiempo y s¨¦ consciente cuando no lo est¨¦s haciendo¡±, aconsejaba Oliveros, que, por desgracia, nunca tuvo al alcance los medios tecnol¨®gicos de los que ha disfrutado Cortadellas para aislar la atenci¨®n del oyente.
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La pieza panor¨¢mica se abre con la imagen del batir de las olas contra la Costa Brava y la historia de Ruth Mateu, violonchelista de Igualada (Barcelona), de 21 a?os. Los sonidos de la naturaleza van acompas¨¢ndose con las im¨¢genes hasta culminar en la Pi¨¨ce en forme de Habanera, para la que Maurice Ravel se inspir¨® en el sensual ritmo que viaj¨® desde Cuba para hacerse fuerte en la m¨²sica popular de la cuenca mediterr¨¢nea oriental espa?ola. Esa combinaci¨®n de vida en movimiento y genius loci musical se repite en las historias de Daniel Egwurube y Manuela D¨ªaz, otros dos m¨²sicos seleccionados por la Fundaci¨®n Gustavo Dudamel para el proyecto. Egwurube, flautista neoyorquino, toma el metro en Brooklyn, con los cascos puestos y arrullado por las cadencias secas de la ciudad. Viaja rumbo a Manhattan, donde interpreta en el Smalls, popular club de jazz del Village, Take Five, el pegadizo standard popularizado por The Dave Brubeck Quartet. Despu¨¦s, a D¨ªaz, int¨¦rprete de tuba de Salento, en el eje cafetero colombiano, el r¨ªtmico sonido de los machetes la lleva irremediablemente a la interpretaci¨®n del merengue con toques de fandango El p¨¢jaro amarillo, de Rafael Campo Miranda. Los tres j¨®venes m¨²sicos fueron seleccionados para salir en la pel¨ªcula, como parte de un premio a¨²n mayor: tocar con la Mahler Chamber Orchestra (MCO) el verano pasado en el festival de Perelada a las ¨®rdenes de Dudamel, en un recital que incluy¨® la Primera de Mahler y una versi¨®n de la m¨²sica incidental para El sue?o de una noche de verano, de Mendelssohn, con la narraci¨®n de la actriz espa?ola Mar¨ªa Valverde, esposa del director venezolano.
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Terminada la primera proyecci¨®n, los espectadores pasan a la segunda unidad, separada por unos metros que son tambi¨¦n la elipsis cinematogr¨¢fica que esconde el viaje de los protagonistas, unidos por Beethoven, desde sus lugares de origen a Barcelona. Una vez sentados en una de las 36 ultratecnol¨®gicas butacas giratorias, construidas ad hoc, toca ponerse las gafas y los cascos para descubrirse ante Dudamel, que, con el Gran Teatre del Liceu detr¨¢s, dirige a un centenar de miembros de la MCO.
En la elecci¨®n de la formaci¨®n, de nuevo, la clave es el viaje. La MCO se distingue del resto de las orquestas de ¨¦lite por su car¨¢cter n¨®mada. Fundada en 1997 por Claudio Abbado, carece de sede fija; sus miembros viven en 20 pa¨ªses y solo se juntan para tocar a las ¨®rdenes de este o aquel director. ¡°Eso hace de esta orquesta algo ¨²nico¡±, explica N¨²ria Oller, que ha trabajado en el proyecto como directora del Departamento de M¨²sica de la Fundaci¨®n la Caixa. ¡°Cuando se re¨²nen est¨¢n contentos de verse y de tocar juntos, algo que no siempre sucede en el mundo de las grandes orquestas. Por eso, el ambiente siempre es de fiesta¡±.
La fiesta de la grabaci¨®n
Agosto de 2019 en el Liceu fue una de esas fiestas. Reclamados por Dudamel, que los ha dirigido en varias giras a lo largo de los a?os, se juntaron durante una fren¨¦tica jornada en la que, con la participaci¨®n de un equipo de unas 250 personas coreografiadas por Cortadellas, se grabaron las partes musicales de Symphony. Primero, el sonido, con la orquesta en la sala de ensayo del teatro y los m¨²sicos en vaqueros y camiseta, rodeados de decenas de micros de ¨²ltima generaci¨®n para recoger todos los matices. Luego fue el turno de la imagen: Cortadellas, que previamente hab¨ªa dise?ado sus propios movimientos con minuciosidad, los grab¨® sobre el escenario, con los m¨²sicos ya trajeados reproduciendo sin atriles y de memoria los tres fragmentos registrados: el primer movimiento de la Quinta y el allegretto de la S¨¦ptima de Beethoven, el arranque de la Primera sinfon¨ªa de Mahler y el contagioso Mambo que compuso Leonard Bernstein para West Side Story y que Dudamel convirti¨® en una de sus marcas de distinci¨®n al incluirlo al final de sus recitales con la Orquesta Sinf¨®nica Sim¨®n Bol¨ªvar de Venezuela. Fue hace unos 15 a?os, cuando el mundo descubri¨® al joven prodigio surgido del Sistema, sue?o pedag¨®gico de su mentor, el maestro Jos¨¦ Antonio Abreu, fallecido en 2018.
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Este proyecto va a abrir muchas puertas para una generaci¨®n que se sienta identificada con la m¨²sicaGustavo Dudamel
El de Mateu, la violonchelista que dejamos en Tossa de Mar con la habanera de Ravel, es un rostro en la multitud de la orquesta. ¡°Fue una doble experiencia maravillosa: poder tocar con Dudamel y con la MCO, un lujo al alcance de muy pocos¡±, explica la int¨¦rprete reci¨¦n licenciada, miembro de la Jov¨¦ Orquestra Nacional de Catalunya.
La posproducci¨®n de lo grabado en el Liceu conllev¨® mucho trabajo de los t¨¦cnicos en animaci¨®n generada por ordenador, que crearon las im¨¢genes que llevan al espectador al interior de un viol¨ªn y de una trompeta y luego por un viaje con un punto lis¨¦rgico por los colores de la m¨²sica.
Y cuando estaba casi todo listo, irrumpi¨® en escena un elemento disonante: el coronavirus. Symphony tendr¨ªa que haberse estrenado en abril. Las primeras se?ales de que eso no ser¨ªa as¨ª llegaron en enero, cuando la distribuci¨®n de los equipos tecnol¨®gicos, incluidas las gafas de ¨²ltima generaci¨®n, cuya salida al mercado supuso algo parecido a ver la luz al final del t¨²nel del proyecto, qued¨® interrumpida desde su origen en¡ China. ¡°Ah¨ª empezamos a pensar que esa enfermedad sobre la que hab¨ªamos o¨ªdo en las noticias iba en serio. Como al resto del mundo, nos cogi¨® por sorpresa. Recuerdo la frustraci¨®n cuando nos dijeron que no nos pod¨ªan servir¡ estuvimos buscando stock de gafas por decenas de tiendas de Europa¡±, aclara Ignasi Mir¨®, director del ?rea de Cultura y Divulgaci¨®n Cient¨ªfica de Fundaci¨®n la Caixa.
Los equipos, finalmente, llegaron en pleno confinamiento, cuando nadie pod¨ªa ir a las oficinas a trabajar con ellos. Adem¨¢s de al retraso, la pandemia ha obligado a ajustar las ambiciones de la puesta en escena. De las butacas rotatorias, ¡°hechas ex profeso por la empresa Figueras, entre cuyos clientes se encuentra la ?pera de Par¨ªs¡±, contin¨²a Mir¨®, solo se usar¨¢n, de momento, 19 por pase, cifra que se ir¨¢ ajustando en funci¨®n de c¨®mo evolucionen las cosas. Otro motivo de orgullo para Mir¨® es haber "roto las reglas no escritas de la duraci¨®n de los productos de realidad virtual. Aconsejan que la cosa no pase de ocho minutos¡±. Symphony consta de dos v¨ªdeos de id¨¦ntica longitud, de algo m¨¢s de 12 y medio. Cuando un grupo termina su recorrido se desinfectan las salas y los enseres. La entrada es gratuita, por lo que se aconseja reservar de antemano, teniendo en cuenta, eso s¨ª, que las ma?anas est¨¢n reservadas a las visitas escolares.
El lunes pr¨®ximo, cuando entren los primeros espectadores en CosmoCaixa, ser¨¢ la culminaci¨®n de un trabajo comenzado hace cuatro a?os. ¡°Busc¨¢bamos hacer algo que juntase realidad virtual e itinerancia con la idea de acercar la m¨²sica cl¨¢sica a todos los p¨²blicos¡±, recuerda Elisa Dur¨¢n, directora general adjunta de la Fundaci¨®n la Caixa. Y si hay una batuta comprometida con esa democratizaci¨®n es la de Dudamel, que se implic¨® pronto en el proyecto con la fundaci¨®n que lleva su nombre. Por entonces, la Filarm¨®nica de Los ?ngeles, con la que acaba de renovar su contrato hasta 2026, hab¨ªa ensayado en la ciudad californiana la experiencia Van Beethoven, que jugaba con el apellido del compositor y con el t¨¦rmino van, que designa en ingl¨¦s (y en muchos pa¨ªses latinoamericanos) la furgoneta en cuyo interior se ofrec¨ªa un viaje virtual por el inagotable legado del genio de Bonn. ¡°Eso estuvo muy bien, pero sent¨ªamos que ten¨ªamos que ir m¨¢s all¨¢, al alma misma de la m¨²sica¡±, explic¨® Dudamel el jueves pasado en el Teatro Real de Madrid, al t¨¦rmino de un ensayo con la orquesta del coliseo, con la que interpretar¨¢ el s¨¢bado 19 de septiembre la Novena de Beethoven. ¡°Para m¨ª, como m¨²sico, Symphony representa un viaje ¨²nico¡±.
La idea original y el guion lo puso Cortadellas, que, tras la celebraci¨®n de un concurso internacional, acab¨® dirigiendo la pel¨ªcula. El camino para que tomara forma incluy¨® al principio ¡°varios meses de viajes por el mundo, viendo experiencias existentes y probando gafas¡±, dice Oller. Se trataba de pulsar en qu¨¦ momento estaba la realidad virtual. Poco antes, Bj?rk, diva islandesa de pop de autor, hab¨ªa probado los sinsabores de un arte en gestaci¨®n con Vulnicura (2015), un disco de desamor en el que cada una de las canciones llevaba aparejada un v¨ªdeo de realidad virtual. Esos clips formar¨ªan luego parte de una exposici¨®n que, entre cr¨ªticas negativas por su biso?ez, dio vueltas por el mundo (y recal¨® en el CCCB de Barcelona). Entre la realizaci¨®n del primero y el ¨²ltimo de esos v¨ªdeos pasaron 18 meses, aunque el salto digital se antojaba de d¨¦cadas.
La incertidumbre de trabajar con una tecnolog¨ªa en permanente cambio rigi¨® los primeros compases de Symphony. ?Cu¨¢ndo parar de probar para quedarse con el formato adecuado? La clave, despu¨¦s de todo, estaba en la renuncia. Por eso a Oller le gusta definir el resultado en negativo: ¡°No es algo interactivo, tampoco es un juego, ni pretende tener la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada, aunque muchos nos insistieron en que hab¨ªa innovaciones m¨¢s punteras que las que acabamos usando. Es, por el contrario, una experiencia al mismo tiempo colectiva e individual, que, emocionalmente reactiva, persigue la escucha atenta¡±. Dudamel va m¨¢s lejos: ¡°Estoy seguro de que va a despertar una gran inquietud en las nuevas generaciones, y que har¨¢ que la m¨²sica cl¨¢sica tenga un espacio m¨¢s importante en la comunidad¡±. El director cree tambi¨¦n que ayudar¨¢ a entender por qu¨¦, por ejemplo, la t¨¦cnica perfeccionada hace tres siglos por Antonio Stradivari, el lutier m¨¢s famoso de la historia, ¡°nunca se ha podido llegar a imitar¡±.
A Bagu¨¦, que se define como ¡°militante de la antitecnolog¨ªa¡± (y que pertenece a la tribu numantina de los sintel¨¦fonom¨®vil), a¨²n le sorprende que sea precisamente esa tecnolog¨ªa que evita la que le ayudar¨¢ por fin a difundir su pasi¨®n. ¡°El secreto de esto no es t¨¦cnico, sino human¨ªstico¡±, advierte el lutier, que en 2019 salt¨® a los titulares por haber construido los instrumentos de un cuarteto de cuerdas al completo, el Cosmos Quartet, algo que no ocurr¨ªa desde 1702, cuando Felipe V encarg¨® a Stradivari los famosos Stradivarius del Rey, que se conservan en el Palacio Real.
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La filmaci¨®n te da la sensaci¨®n de poder tocar realmente la m¨²sicaDavid Bagu¨¦, lutier
Dudamel vio este lunes la instalaci¨®n en CosmoCaixa. Lo acompa?aba Dur¨¢n, directora general adjunta de la fundaci¨®n, quien, una semana antes, en plena resaca tras el anuncio de la fusi¨®n del banco con Bankia, hab¨ªa situado la iniciativa en otra tradici¨®n: "Llevamos 30 a?os apostando por la itinerancia¡±, explic¨® en una sala de reuniones de un piso alto de uno de los dos imponentes edificios negros que tiene Caixabank en la Diagonal. ¡°Es un viejo compromiso; llevar la cultura por toda Espa?a y ahora tambi¨¦n Portugal¡±. Empezaron en 1991, con otra fusi¨®n, por cierto, bastante fresca, la de Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Catalu?a y Baleares con la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona. Las cosas han cambiado desde entonces, pero algo permanece: el compromiso exigido a las ciudades que reciben las itinerancias de ceder lugares emblem¨¢ticos del centro. ¡°Esto no es el Circo del Sol¡±, a?ade Dur¨¢n, que calcula que cuando la vida de Symphony toque a su fin, dentro de unos 10 a?os, la experiencia la habr¨¢n vivido unos ¡°dos millones de personas¡±. La fundaci¨®n destina 15 millones de euros anuales (de los 100 que dedica a la cultura) a esos programas itinerantes (viajan nueve simult¨¢neamente). Symphony, reconoce la directiva, se encuentra entre los m¨¢s caros nunca llevados a cabo.
?Y no les preocupa que ese tiempo el v¨ªdeo quede superado por los avances tecnol¨®gicos? ¡°Lo importante es que se trata de un mensaje atemporal, hay pel¨ªculas de los a?os cincuenta, superadas por el progreso y que, sin embargo, siguen emocionando igual¡±, resume Cortadellas con alivio: ¡°Ahora que Symphony es una realidad nos hemos dado cuenta de que si lo hemos hecho es porque no supimos que era imposible¡±.
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Un pase para suscriptores de EL PA?S
Los suscriptores de EL PA?S tendr¨¢n un acceso preferente a la experiencia de m¨²sica y realidad virtual Symphony, con Gustavo Dudamel y la Mahler Chamber Orchestra. Ser¨¢ durante un pase privado, que tendr¨¢ lugar el martes 22 de septiembre a las 19.15 en CosmoCaixa Barcelona. Para conseguir una de las nueve entradas dobles reservadas para el evento, hay que participar en un concurso y responder a esta pregunta: ¡°En Symphony, el espectador podr¨¢ disfrutar de composiciones de Beethoven. ?Qu¨¦ aniversario de este compositor se celebra este a?o?¡±.
M¨¢s adelante se anunciar¨¢n nuevos pases en las ciudades que visite el innovador proyecto, unas 100 de Espa?a y Portugal en los pr¨®ximos 10 a?os. Pinche aqu¨ª para tener m¨¢s informaci¨®n.
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- Coordinaci¨®n y formato: Guiomar del Ser y Brenda Valverde
- Direcci¨®n de arte: Fernando Hern¨¢ndez
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