Mahler Chamber: otra forma de hacer m¨²sica
La orquesta que cre¨® el director italiano Claudio Abbado en 1997 reivindica su talante democr¨¢tico y vers¨¢til. Estar¨¢ presente en los cuatro grandes festivales de verano espa?oles
El poderoso y delicado influjo de Claudio Abbado se deja sentir hoy con fuerza entre los m¨²sicos de la Mahler Chamber Orchestra. Una herencia cultural intangible, pero que se percibe con el o¨ªdo en la ¨²ltima orquesta que form¨® el director italiano. Una manera de hacer m¨²sica. Una identidad. Y todo eso podr¨¢ comprobarse este verano en los cuatro grandes festivales espa?oles donde act¨²a la formaci¨®n. Ayer viernes clausuraron en Granada, con Pablo Heras-Casado y despu¨¦s en la Quincena de San Sebasti¨¢n, Santander ¨Cdonde inauguran el Festival Internacional-, para terminar en el Castell de Perelada.
La flexibilidad es una de sus marcas. Tanta que durante su gira actuar¨¢n con tres directores diferentes y ejecutar¨¢n un repertorio dispar. Abren con Heras-Casado, contin¨²an con el checo Jacub Hrusha y finalizan con el hispano-venezolano Gustavo Dudamel. En Granada eligieron ritmo, vanguardia y potencia tel¨²rica con El sombrero de tres picos, de Falla o la Pulcinella, de Stravinski¡ ¡°Hasta ahora, Falla les era completamente ajeno¡±, comenta Heras-Casado en un descanso del ensayo que tuvo lugar el jueves en el Auditorio dedicado al compositor andaluz. Aparte del concierto, el director presenta un nuevo disco grabado con la Mahler Chamber y la obra citada en el sello harmonia mundi. ¡°Precisamente por eso quer¨ªa hacerlo con ellos. S¨¦ que aportan una visi¨®n radical. Se meten a fondo y lo exprimen sin miedo al riesgo¡±.
En poco m¨¢s de veinte a?os de trayectoria, la orquesta se ha asentado y ha demostrado que existe otra manera de gestionar formaciones y hacer m¨²sica. No cuentan con un director titular. Las decisiones importantes se adoptan por mayor¨ªa. Impulsan proyectos con solistas y batutas que realmente eligen por afinidad art¨ªstica. Son asombrosamente amoldables con lo que realmente desean interpretar y resulta raro que evadan retos. ¡°La orquesta es libre, realmente hace lo que quiere y eso se escucha¡±, comenta Aglaja Thiesen, responsable art¨ªstica.
Ella tiene muy claro el car¨¢cter de esta formaci¨®n un tanto at¨ªpica en su gesti¨®n y funcionamiento pero muy moderna en su planteamiento: ¡°Es una orquesta para el siglo XXI¡±, asegura. ¡°Con los preceptos que inculc¨® Abbado muy claros: basada en la escucha constante¡±. Era parte del ideario fundamental del maestro milan¨¦s, fallecido en 2014. Cre¨ªan en la orquesta como una met¨¢fora social de di¨¢logo colectivo, muy pendiente del m¨¦todo camer¨ªstico en el que cada cual debe agudizar el o¨ªdo para lo que hace quien tiene al lado y acompa?arle. ¡°Eso ha tratado de transmitirse desde la generaci¨®n precedente a los m¨¢s j¨®venes¡±, comenta Thiesen.
El repertorio escogido por la Mahler Chamber Orchestra para su gira por Espa?a da cuenta de su incre¨ªble flexibilidad. En Granada, aparte de Falla y Stravinski, llevan al contempor¨¢neo h¨²ngaro Peter E?tv?s. A San Sebasti¨¢n y Santander, los d¨ªas uno, dos y tres de agosto: Beethoven, Chopin, Mendelssohn, Dvorak, Kod¨¢ly o Schumann y en Perelada, el d¨ªa 10, sumar¨¢n con Dudamel la Primera Sinfon¨ªa de Mahler.
Entre el entramado internacional que componen sus m¨¢s o menos 50 m¨²sicos habituales ¨Cque pueden llegar a 70 con refuerzos, seg¨²n los repertorios-, se cuentan 17 nacionalidades. Entre ellos, dos espa?oles que representan tanto a los veteranos como a la nueva hornada. Es el caso de J¨²lia Gallego y Rodrigo Moro. La primera es flauta, tiene 46 a?os y toca con la orquesta desde 2002. El segundo es un contrabajo de 28 a?os y acaba de llegar en 2018. ¡°Los veteranos s¨ª nos saben transmitir el esp¨ªritu de lo que hacen¡±, comenta Rodrigo. Y en ¨¦l sobrevuela sin pausa la ense?anza de Abbado: ¡°Era m¨¢gico, con esa forma de dibujar la m¨²sica que ten¨ªa, con tan poca gravedad y much¨ªsima elegancia¡±, recuerda Gallego.
Crear la orquesta fue una necesidad biol¨®gica. Su precedente, aun en funcionamiento, es la Joven Gustav Mahler, donde actualmente tocan un 30% de m¨²sicos espa?oles de la nueva generaci¨®n. A medida que los primeros integrantes crecieron, decidieron seguir. Por eso Abbado les propuso formar otra en homenaje al compositor que tanto amaba pero sin el apelativo de joven.
En aquella ¨²ltima etapa supo tomar distancia y disfrutar plenamente de la m¨²sica. Hab¨ªa abandonado por enfermedad la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en 2002 con un sobrecogedor R¨¦quiem de Verdi. Nada m¨¢s recuperarse de un c¨¢ncer que le hab¨ªan diagnosticado sin muchas esperanzas, volvi¨®: eligi¨® la Segunda Sinfon¨ªa de Mahler, conocida como Resurrecci¨®n. Lo hizo con la Orquesta de Lucerna, otro de sus ¨²ltimos grandes proyectos, y se comprometi¨® a fondo con la evoluci¨®n de las dos formaciones Mahler creadas en los a?os noventa o colaborando con la Sim¨®n Bol¨ªvar. Fue plenamente feliz.
As¨ª es como, ya a largo plazo, se ha ido consagrando esta iniciativa suya: ¡°Y lo bueno, creo, es que no hemos perdido la espontaneidad ni la frescura¡±, asegura Gallego. Algo a lo que contribuye la nueva savia, con m¨²sicos como Rodrigo Moro, que alterna su presencia ah¨ª con un puesto en la Orquesta Nacional de Espa?a. Al m¨¢s joven le encanta escuchar las historias de Abbado. Presta atenci¨®n, calla y luego ejecuta.
Algo que complace a Heras-Casado tambi¨¦n. El director se sirve de todo ese potencial inconformista que despide la orquesta: ¡°Cuando aprendes y dominas un vocabulario tan amplio como el suyo, no tienes miedo a nada¡±, asegura. ¡°Disfruto de esta pasi¨®n que ponen por ir m¨¢s all¨¢. No me dan ni una sola nota complaciente. Huyen de toda comodidad o algo que se asemeje al lugar com¨²n¡±, asegura. ¡°As¨ª es como yo quer¨ªa presentar a Falla: con todo ese descaro y radicalmente moderno¡±.
Pero no ser¨¢ lo ¨²nico que interpreten. En Granada, aparte de Falla y Stravinski, llevan al contempor¨¢neo h¨²ngaro Peter E?tv?s. A San Sebasti¨¢n y Santander, los d¨ªas uno, dos y tres de agosto: Beethoven, Chopin, Mendelssohn, Dvorak, Kod¨¢ly o Schumann y en Perelada, el d¨ªa 10, sumar¨¢n con Dudamel a Mahler.
Babelia
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