Martin Luther King, un l¨ªder moral o un ad¨²ltero mentiroso
El documental ¡®MLK/FBI¡¯, estrenado en el Festival de Toronto, expone la campa?a de descr¨¦dito contra el activista que llev¨® a cabo el FBI con apoyo de la Casa Blanca
El 28 de agosto de 1963 el movimiento por los derechos civiles en EE UU dio el gran salto. Tom¨® Washington en una marcha hist¨®rica que sac¨® la lucha de las ciudades del sur y la convirti¨® en una exigencia nacional e internacional. Martin Luther King pronunciaba aquel d¨ªa su famoso discurso I have a dream, y mientras, no muy lejos de all¨ª, le observaban con mucho recelo. J. Edgar Hoover, el que fuera director del FBI durante 48 a?os, llevaba tiempo temiendo la aparici¨®n ¡°de un mes¨ªas negro¡± y aquel d¨ªa se cumpli¨®.
La mano derecha de Hoover, jefe de inteligencia nacional, William C. Sullivan, declar¨® y dej¨® por escrito entonces que Martin Luther King Jr. ¡°era el hombre negro m¨¢s peligroso de Am¨¦rica¡±. ¡°Tenemos que usar todos nuestros recursos para destruirlo¡±. La maquinaria del FBI se puso en funcionamiento y empez¨® una campa?a de descr¨¦dito contra el activista, una persecuci¨®n que arranc¨® pinchando sus tel¨¦fonos y los de sus aliados, sigui¨® colocando micr¨®fonos all¨¢ donde fuera y acab¨® con una extensa red de confidentes en su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo, entre ellos su fot¨®grafo Ernest C. Withers. ¡°Hasta el punto que en el d¨ªa que le asesinaron ya no le estaban pinchando los tel¨¦fonos porque ten¨ªan una cobertura de informadores muy buena¡±, explica Sam Pollard, director del documental MLK/FBI, estrenado en el Festival de Toronto, que profundiza en este oscuro episodio de la inteligencia estadounidense apoy¨¢ndose en los documentos desclasificados recientemente y que confirmaron la obsesi¨®n personal de Hoover contra King.
El FBI sigui¨® tan empe?ado en acabar con Martin Luther King que nunca cumpli¨® con su funci¨®n protectora
Presentado a trav¨¦s de material audiovisual de archivo, incluso im¨¢genes nunca vistas, como algunas de la hist¨®rica marcha o personales de la vida de King, el documental quiere ser, en palabras de su director, ¡°una llamada de atenci¨®n¡± para EE UU. Es una presentaci¨®n de las dos Am¨¦ricas: la de Hoover y la de King. Dos hombres que se proyectaban como h¨¦roes y l¨ªderes morales, que representaban dos formas de entender la libertad y qu¨¦ significaba y significa ser americano. Un mensaje que resuena hoy en mitad del nuevo resurgimiento del Black Lives Matter enfrentado a la administraci¨®n Trump.
¡°La pel¨ªcula es extremadamente oportuna, pero dir¨ªa que siempre va a serlo en el zeitgeist americano, porque los problemas raciales nunca se van a ir¡±, dice Pollard. ¡°Somos un pa¨ªs que est¨¢ siempre luchando con problemas raciales porque est¨¢ fundado en las espaldas de esclavos negros¡±.
En plena Guerra Fr¨ªa, en su lucha abierta contra el comunismo, el primer punto d¨¦bil que encontraron contra Martin Luther King fue su amigo y asesor, el abogado Stanley Levison. El propio fiscal general de EE UU, Bobby Kennedy, defensor en p¨²blico del activista, aprob¨® las escuchas para desentra?ar esta posible motivaci¨®n comunista en el movimiento de derechos civiles. Y su hermano, el presidente John F. Kennedy, tambi¨¦n estaba al tanto. Pero lo que no sab¨ªan ninguno de los dos es que gracias a ese cableado esp¨ªa en seguida tuvieron que descartar la conexi¨®n comunista y encontraron otra jugosa debilidad: la vida privada del pastor.
Fue en casa de uno de sus colaboradores m¨¢s cercanos, que es, adem¨¢s, uno de los entrevistados en el documental, Clarence Jones. Sus tel¨¦fonos tambi¨¦n estaban pinchados y all¨ª descubrieron la relaci¨®n extramatrimonial de King. Para Hoover aquello desacreditaba por completo la moralidad del l¨ªder pacifista y extendi¨® la persecuci¨®n: le observaban en habitaciones de hotel donde se encontraba con otras mujeres, le segu¨ªan por todo el pa¨ªs, los agentes federales que encontraban algo sobre su vida ad¨²ltera eran premiados.
Sin embargo, por m¨¢s que Hoover y sus hombres mandaban informes a otros activistas, a la prensa, nada sal¨ªa a la luz. Nerviosos, cuando gan¨® el Nobel de la paz, llegaron a enviarle una carta amenazadora, chantajeando con publicar todo si no se quitaba de en medio.
Hoover le calific¨® como ¡°el mayor mentiroso del mundo¡±, King se defendi¨® y la pelea p¨²blica acab¨® en el ¨²nico encuentro f¨ªsico que tuvieron a puerta cerrada. Ni las escuchas acabaron ni el activista detuvo su lucha. Pero una encuesta realizada entonces sobre la popularidad de ambos l¨ªderes dej¨® muy claro el conservadurismo reinante a¨²n en el pa¨ªs: Hoover logr¨® un apoyo del 50% y MLK, solo un 15%. Era esa idea popularizada del FBI como h¨¦roe y salvador frente a un hombre que hab¨ªa revolucionado el pa¨ªs.
El FBI sigui¨® tan empe?ado en acabar con Martin Luther King que nunca cumpli¨® con su funci¨®n protectora. No le avisaba de las amenazas e incluso, tras su asesinato, Hoover solo accedi¨® a investigarlo fuertemente presionado. De hecho, seg¨²n los historiadores entrevistados en MLK/FBI, su obsesi¨®n personal con el pastor le resta credibilidad a los documentos oficiales.
Pollard encar¨® el documental reflexionando sobre si la aparici¨®n de las pruebas de la vida ad¨²ltera que llev¨® King, su probable presencia de una violaci¨®n incluso, podr¨ªa alterar su legado, sabiendo que las grabaciones que hizo el FBI se podr¨¢n escuchar en 2027. ?Cambiar¨¢ la idea del autor de I have a dream? ¡°No hay seres humanos perfectos, la gente es compleja y esto no le quitar¨¢ valor a todo lo bueno que hizo¡±, contesta en el documental James Comey, el director del FBI que, durante todo su mandato, tuvo encima de su mesa la petici¨®n original de Hoover a Kennedy para iniciar las escuchas sobre King. Un recordatorio del mal uso y abuso de poder.
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