Buckminster Fuller, el presente de un visionario del futuro
Los dise?os e ideas del inventor, fil¨®sofo, profesor y arquitecto protagonizan la exposici¨®n ¡®Curiosidad radical¡¯, una reivindicaci¨®n del influjo del visionario estadounidense en el pensamiento del siglo XXI
El mito del estadounidense Richard Buckminster Fuller (1895-1983) se engendr¨® a partir de una tragedia. Procedente de una familia de constructores de Massachusetts, expulsado dos veces de la Universidad de Harvard, acab¨® enrol¨¢ndose en la marina, un entorno donde pudo adquirir conocimientos de los campos m¨¢s diversos. Tras el fracaso de un proyecto de venta de casas prefabricadas y, peor a¨²n, la muerte de su hija a los cuatro a?os, con el rumbo de su vida perdido, aquel joven dirigi¨® sus pasos hacia el lago Michigan con la intenci¨®n de quitarse la vida para que su familia pudiera cobrar el seguro. All¨ª y entonces, en 1927, tuvo una revelaci¨®n que transformar¨ªa el curso de su trayectoria y la percepci¨®n que hoy tenemos del mundo: de pronto, comprendi¨® que su vida no le pertenec¨ªa a ¨¦l, sino al universo. De aquella iluminaci¨®n surgi¨® una pregunta: ¡°?Qu¨¦ podr¨ªa hacer un individuo como ¨¦l, alguien sin habilidades especiales, para mejorar la existencia de toda la humanidad?¡±. Y un compromiso que cimentar¨ªa su camino: convertirse a s¨ª mismo en un experimento.
Lo que siguieron fueron d¨¦cadas de infatigable y sorprendente innovaci¨®n, un torrente de dise?os, propuestas e ideas que, a pesar de que muchas veces no llegaron a ser realizadas, han acabado teniendo una indiscutible influencia en el modelaje del pensamiento del siglo XXI. Con m¨¢s de 200 piezas entre documentos, v¨ªdeos, esculturas y modelos, la muestra Curiosidad radical. En la ¨®rbita de Buckminster Fuller (Espacio Fundaci¨®n Telef¨®nica de Madrid) repasa los logros del dise?ador, arquitecto, ingeniero, profesor, poeta y fil¨®sofo que invent¨® el concepto de sinergia y cre¨® dise?os como la c¨²pula geod¨¦sica. Bucky, como se le conoc¨ªa, fue una figura que camp¨® a sus anchas en el amplio espectro entre la ciencia y el trascendentalismo, entre la metaf¨ªsica y las matem¨¢ticas, para reimaginar desde la radicalidad conceptos relacionados con campos como la vivienda, el transporte y la educaci¨®n con una perspectiva hol¨ªstica e integradora.
¡°?l dinamita las distancias entre disciplinas¡±, apunta Jos¨¦ Luis de Vicente, que ha comisariado junto a Rosa Pera la exposici¨®n, abierta hasta el 14 de marzo de 2021. ¡°Existen dos visiones opuestas de Fuller. Una, la de que fue un ut¨®pico visionario pero fracasado; y otra, la que impera en nuestros d¨ªas y es el motivo de la muestra: la de que habilit¨® una nueva manera de pensar, una perspectiva sist¨¦mica en la que para cambiar el mundo no valen parches, sino una visi¨®n de conjunto. Y el impacto de su legado ha sido enorme: por ejemplo, la mol¨¦cula de carbono Fullereno recibi¨® su nombre porque ¨¦l predijo la existencia de esa forma [que es la misma que la de la c¨²pula geod¨¦sica] antes de su descubrimiento¡±.
Muchos de los novedosos conceptos que manejaba este pol¨ªmata hiperactivo, que dio la vuelta al mundo 30 veces de conferencia en conferencia, suenan hoy a noticias cotidianas. Pero en su ¨¦poca ni mucho menos lo eran. Su coche aerodin¨¢mico, sus experimentos con formas basadas en patrones de la naturaleza como los que tejen los gusanos de seda, sus viviendas octa¨¦dricas dise?adas para ser construidas sobre el mar o su proyecto de c¨²pula para cubrir todo Manhattan y mejorar la calidad del aire fueron visiones que no cuajaron pero cuyo trasfondo hoy se explora a trav¨¦s de campos como la metroingenier¨ªa, una disciplina que busca hacer de las ciudades lugares m¨¢s habitables. ¡°Uno de sus conceptos clave es el de sinergia¡±, indica Pera. ¡°?l cre¨ªa que el mundo era una sinergia de sinergias, conectada con el universo¡±.
Otro t¨¦rmino que acu?¨® el inventor fue el de ¡°tensegridad¡±. Si exist¨ªa un equilibrio entre las partes tensionadas de un todo, se propiciar¨ªa su integridad. Es la base creativa de la c¨²pula geod¨¦sica, sin duda su propuesta m¨¢s conocida, una estructura autosostenida capaz de cubrir el m¨¢ximo espacio con la m¨ªnima cantidad de material, de la que existen cientos de miles de r¨¦plicas por todo el planeta, muchas de construcci¨®n propia. ¡°Es los a?os sesenta, Fuller ejerci¨® de puente entre el mundo del hipismo y el de la investigaci¨®n, abonando el campo para lo que hoy es Silicon Valley¡±, abunda el comisario, que subraya que su visi¨®n de la necesidad de acceder y representar la informaci¨®n sobre el mundo y su configuraci¨®n, que en su mayor parte es ajena a nuestros sentidos, ha dado pie a l¨®gicas como la del big data o la inteligencia artificial.
Profesor del Black Mountain College, una universidad donde tambi¨¦n ense?aron desde Joseph Albers a John Cage, Merce Cunningham y Walter Gropius, Fuller colabor¨® con una constelaci¨®n de intelectuales, cient¨ªficos y arquitectos como Norman Foster, cuyo estudio intenta culminar ahora un proyecto que ambos comenzaron hace d¨¦cadas: una vivienda de m¨¢xima eficiencia energ¨¦tica que rota con el sol. ¡°Hoy no hay un Buckminster Fuller del siglo XXI, sino que su influjo se ha partido en muchas dimensiones¡±, dice el comisario. Desde arquitectos como Neri Oxman y el espa?ol Andr¨¦s Jaque a artistas como Olafur Eliasson, que bebe de su concepci¨®n de las formas geom¨¦tricas. ¡°En las primeras oleadas de Silicon Valley su figura produjo fascinaci¨®n¡±, agrega De Vicente, ¡°y su peso es innegable en personajes como Steve Jobs¡±.
Una de las vidas m¨¢s documentadas de la historia
Desde el momento en que, a los 32 a?os, decidi¨® donar su cuerpo y mente a la ciencia para convertirse en un experimento viviente sobre las posibilidades creativas del ser humano, Fuller comenzar¨ªa a guardar absolutamente todos los informes que pasaban por sus manos. Los 140.000 papeles que componen su registro del d¨ªa a d¨ªa ¡ªcasi 400 metros de folios y manuscritos, adem¨¢s de 2.000 horas de v¨ªdeos y audios y miles de modelos y otros objetos¡ª hacen de su vida una de las m¨¢s documentadas de toda la historia. Conservado por la Universidad de Stanford, en California, que lo adquiri¨® en 1999, el coraz¨®n del archivo de Buckminster Fuller late en un fichero llamado el Dymaxion Chronofile, una cronolog¨ªa de su vida que incluye su correspondencia saliente y entrante, recortes de prensa, notas y bocetos y hasta sus facturas del tinte. Para el inventor, el Chronofile no era un simple diario, sino una manera de poner su vida en contexto, presentando sus actividades cotidianas en paralelo a los avances que ocurr¨ªan en la sociedad.
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