Un Frankenstein de contrachapado
Matteo Garrone ofrece una revisi¨®n del cl¨¢sico infantil que se encalla en la recreaci¨®n del personaje principal
Nacido en 1968, el director italiano Matteo Garrone (Gomorra, Dogman) pertenece a una generaci¨®n que se qued¨® traumatizada con la versi¨®n de Pinocho que hizo Luigi Comencini para la RAI en 1972. Con Nino Manfredi en el papel de Geppetto y el ni?o Andrea Balestri en el del d¨ªscolo ...
Nacido en 1968, el director italiano Matteo Garrone (Gomorra, Dogman) pertenece a una generaci¨®n que se qued¨® traumatizada con la versi¨®n de Pinocho que hizo Luigi Comencini para la RAI en 1972. Con Nino Manfredi en el papel de Geppetto y el ni?o Andrea Balestri en el del d¨ªscolo mu?eco de madera, la serie trasladaba el cl¨¢sico de Carlo Collodi a la peque?a pantalla con toda su crudeza, clavando en la memoria un Pinocho que no solo hac¨ªa desconfiar de la versi¨®n de Disney (aunque tambi¨¦n ten¨ªa lo suyo) sino en general de todos los cuentos de hadas.
La pel¨ªcula bebe de la misma fuente que la serie de Comencini en muchos de sus episodios
El Pinocho de Comencini era de una crueldad atroz por el realismo de su puesta en escena, una Italia m¨ªsera hasta los huesos, y la veracidad de sus int¨¦rpretes. Por mucho que se dulcificase (que era m¨¢s bien poco), la historia ten¨ªa m¨¢s ingredientes de un cuento de terror que de magia. Las aventuras de un tronco de madera vivo al que un buen hombre decide darle la forma de ni?o para cumplir as¨ª su deseo de ser padre, no era una herej¨ªa cometida por un cient¨ªfico loco. Era a¨²n peor. El culpable era un pobre y bondadoso carpintero que sufr¨ªa de lo lindo por su sacrilegio. Aunque claro, nada se puede comparar con los palos que recib¨ªa el desobediente y mentiroso ni?o-marioneta. Del robo a la horca o la tortura animal cuando gracias a un hechizo acaba convertido en burro.
Como era de esperar conociendo su filmograf¨ªa, Garrone ha optado por la misma fidelidad al relato, a su lado m¨¢s s¨®rdido y sombr¨ªo. La pel¨ªcula bebe as¨ª de la misma fuente que la serie de Comencini en muchos de sus episodios, en la recreaci¨®n de personajes como el del Zorro y el Gato, en el Hada y su mundo, en la feria de los ni?os holgazanes o en el episodio final de la ballena y el at¨²n. Eso s¨ª, con m¨¢s gui?os a la Comedia del Arte gracias a unos avances tecnol¨®gicos que permiten dar vida a los inertes Colombina, Arlequ¨ªn o Puchinela o a un Pepito Grillo en plan el Se?or Galindo de Cr¨®nicas Marcianas. Pero el verdadero problema de la versi¨®n de Garrone es que todo m¨¢s o menos funciona (incluido un Roberto Benigni bajo control) menos lo ¨²nico que s¨ª o s¨ª tiene que funcionar: Pinocho.
El h¨ªbrido digital mu?eco-humano es la gran apuesta de la pel¨ªcula pero la paradoja es que pese a que los avances t¨¦cnicos permiten esa fidelidad casi exacta al relato original su resoluci¨®n final que no cuaja. Si el gran ¨¦xito de Comencini fue encontrar a un ni?o capaz de cargar con todo el peso dram¨¢tico y adem¨¢s hacer creer que era un zoquete de madera, el gran fracaso de esta nueva versi¨®n es que toda su fantas¨ªa est¨¢ sujeta a un Frankenstein de contrachapado sin alma, que ni parece de carne y hueso ni tampoco de madera.
PINOCHO
Direcci¨®n: Matteo Garrone.
Int¨¦rpretes: Federico Ielapi, Roberto Benigni, Gigi Proietti, Rocco Papaleo, Massimo Ceccherini, Marine Vacth.
G¨¦nero: aventuras. Italia, 2019.
Duraci¨®n: 125 minutos.