En busca del Pinocho perfecto
La marioneta del cuento vuelve a la vida en una adaptaci¨®n can¨®nica de Matteo Garrone, en la que a Geppetto le encarna Roberto Benigni, que ya dirigi¨® su propia version en 2002
Cuando la ola de La vida es bella arras¨® a finales del siglo XX la cinematograf¨ªa mundial, su creador, el actor, guionista y director Roberto Benigni pudo hacer cualquier pel¨ªcula que deseara. Y efectivamente, aprovech¨® la oportunidad y se lanz¨® a por Pinocho (2002). Pero en su habitual desaforamiento no midi¨® las consecuencias art¨ªsticas de dirigirla y encarnar ¨¦l mismo a Pinocho, un mu?eco de madera con un rostro de 50 a?os. Aquel desastre ¨¦pico tuvo cierto ¨¦xito en taquilla: siempre habr¨¢ espectadores para la historia que el italiano Carlo Collodi public¨® por entregas semanales en un periodico en 1883.
Y lo mismo deben de pensar un pu?ado de creadores que en estos momentos se han acercado al cuento de la marioneta de madera que desea ser un ni?o de carne y hueso. Guillermo del Toro est¨¢ en pleno proceso de creaci¨®n de una versi¨®n animada en stop motion para Netflix, y Robert Zemeckis tiene en preproducci¨®n su proyecto. El m¨¢s r¨¢pido ha sido Matteo Garrone, que adem¨¢s ha contado, en un triple mortal para la historia del cine, con el mism¨ªsimo Benigni para encarnar a Geppetto. Otros se han quedado en el camino: Francis Ford Coppola estuvo a punto hace 20 a?os y contact¨® con un actor italiano para hacer de Geppetto: efectivamente, ¨¦l tambi¨¦n pens¨® en Benigni. El fracaso de Coppola fue ayer calificado en la Berlinale por Garrone como "una bendici¨®n: as¨ª yo pude contar con Roberto".
La nueva versi¨®n bebe de una de las dos pasiones del romano Garrone: su amor a los cuentos. Ya lo demostr¨® en El cuento de los cuentos, que ahora podr¨ªa parecer un pr¨®logo a este proyecto. La otra es el cine social, con t¨ªtulos como Gomorra o Reality. Lo mejor de su carrera se ha dado cuando ha dejado que una veta se mezcle con la otra, como en L'imbalsamatore o Dogman. En Pinocho, que se estren¨® en diciembre en Italia donde lleva ya recaudados m¨¢s de 16 millones de euros, y que en la Berlinale se proyecta en la secci¨®n Special, directamente ha recurrido al texto de Collodi, y salvo la digresi¨®n inicial, que acent¨²a la magia en la creaci¨®n de Pinocho-marioneta, Garrone opta por la dureza de las aventuras del t¨ªtere que se van encadenando una tras otra: hay que recordar que, en un momento, hasta le ahorcan a ver si se muere y expulsa unas monedas de oro. "Nuestro reto era volver a los or¨ªgenes", cont¨® ayer ante la prensa el director. "Roberto us¨® otra aproximaci¨®n, y est¨¢ bien que haya distintas visiones. Yo prefer¨ª retornar al original y basar los dise?os en las ilustraciones que acompa?aban la primera versi¨®n, que se realizaron bajo la supervisi¨®n del escritor".
Es un Garrone abrazado a lo can¨®nico y a un espectacular dise?o de producci¨®n. En esa fidelidad reside el problema de la pel¨ªcula: no hay ni una sorpresa, aburre porque no hay ritmo sino concatenaci¨®n de bellos tableaus vivant, que llevan al espectador hasta el final harto conocido. Si el Pinocho de Disney alter¨® de manera clamorosa la historia original (la nariz no le crece tantas veces, el carpintero es m¨¢s pobre que el dibujado en 1940, las aut¨¦nticas ropas del mu?eco son andrajos en una Italia -aqu¨ª la Toscana- anclada en el medievo, y no vestimentas pop en un mundo de postal), Garrone recuerda bien el libro que ley¨® de peque?o. En la Berlinale, Benigni, en su habitual tono c¨®mico, tambi¨¦n rememor¨® aquellas primeras lecturas: "Es un libro maravilloso, excepcional. Cuando Matteo me cont¨® que quer¨ªa hacer y c¨®mo, con su extraordinario estilo, que le acerca a los grandes, como Rossellini, y que deseaba hacerlo con el tono universal de Collodi, que no escribi¨® para ni?os, sino para lectores de todas las edades, no tuve ninguna duda. Para m¨ª lo rese?able es que el mismo actor ha hecho de Geppetto y de Pinocho. En esta ocasi¨®n fui paso a paso, de su mano. Me dej¨® improvisar, aunque siempre sin salirnos del guion".?
Las mismas flores le lanz¨® el realizador a su actor: "Pinocho es una historia de amor entre un padre y un hijo. Los dos son igual de importantes. Roberto ha aportado verdad a un personaje fundamental, y a?adi¨® una gran humanidad a ese rol. Cuando trabajas con un actor con ese estilo natural, que fluye, lo disfrutas". Y entre bromas y veras, estilo 100% Benigni, el actor ganador del Oscar por La vida es bella, apunt¨®: "Yo lo que quiero es montar las dos pel¨ªculas, la de Matteo y la m¨ªa, y as¨ª verme a la vez en los dos personajes".
Para todos los p¨²blicos
?Qu¨¦ esconde la historia original de Pinocho? Para su director, lo que la novela original: "Que es para todos los p¨²blicos. Ese fue mi primer reto, no perder a nadie en el camino. El segundo es que las energ¨ªas interpretativas no se diluyeran en los efectos visuales [cada ma?ana el ni?o Federico Ielapi necesita tres horas de maquillaje], y que la tecnolog¨ªa fuera la m¨ªnima necesaria". En cambio, Benigni va m¨¢s all¨¢: "Ense?ar los principios de la vida a trav¨¦s del espect¨¢culo". Por eso se mostr¨® emocionado con el v¨ªdeo en el que un padre en el noroeste de Siria hace creer a su hija de 3 a?os que las bombas que escucha son en realidad fuegos artificiales, mentira similar a la que fundamentaba La vida es bella: "Es que el instinto primario de cualquier progenitor es proteger a sus hijos".
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