Laurie Anderson vive el presente
La artista, que participa hoy en el festival FACYL, escribe confinada cerca de Nueva York relatos y una ¨®pera. ¡°Es buen momento para olvidar la globalizaci¨®n¡±, opina
Aislada temporalmente en Long Island, en una casa desde la cual contempla los ¨¢rboles y el mar, Laurie Anderson (Illinois, Estados Unidos, 73 a?os) asegura que la cadena de cambios provocada por la pandemia est¨¢ result¨¢ndole productiva. ¡°Podr¨ªa decirte que odio esto¡±, comenta por tel¨¦fono, ¡°pero mentir¨ªa¡±. ¡°Estar rodeada de naturaleza es maravilloso, pero sobre todo me gusta estar con mis amigos, ver gente. Muchas ideas me llegan observando a las personas. Por m¨¢s que los mire, los ¨¢rboles no van a darme mucha informaci¨®n...
Aislada temporalmente en Long Island, en una casa desde la cual contempla los ¨¢rboles y el mar, Laurie Anderson (Illinois, Estados Unidos, 73 a?os) asegura que la cadena de cambios provocada por la pandemia est¨¢ result¨¢ndole productiva. ¡°Podr¨ªa decirte que odio esto¡±, comenta por tel¨¦fono, ¡°pero mentir¨ªa¡±. ¡°Estar rodeada de naturaleza es maravilloso, pero sobre todo me gusta estar con mis amigos, ver gente. Muchas ideas me llegan observando a las personas. Por m¨¢s que los mire, los ¨¢rboles no van a darme mucha informaci¨®n, as¨ª que intento estar pendiente del mundo¡±. El espectro creativo de Anderson es tan amplio ¡ªescultura, v¨ªdeo, ensayos, m¨²sica, instalaciones, cine¡ª que, a veces, la palabra artista parece quedarse corta para definir a una de las creadoras estadounidenses m¨¢s revolucionarias de los ¨²ltimos 40 a?os, pionera de la alianza entre arte y tecnolog¨ªa.
En 1981, llev¨® el minimalismo a las listas de ¨¦xitos del pop con O Superman; en 1986 dirigi¨® Home of the Brave, una de las m¨¢s innovadoras pel¨ªculas sobre conciertos. Ha reinterpretado pilares de la cultura de su pa¨ªs, como Moby Dick, y explorado su prepotencia pol¨ªtica en el espect¨¢culo Habeas Corpus, basado en uno de los prisioneros de Guant¨¢namo tras el 11-S, encarcelado y torturado durante a?os hasta que fue declarado inocente. En sus colaboraciones aparecen John Cage, Nam June Paik, Don DeLillo, Kronos Quartet o Lou Reed, su pareja hasta la muerte de este, en 2013. Todo su trabajo posee una ra¨ªz com¨²n, contar historias m¨¢s all¨¢ del formato que elija para representarlas. La artista, que us¨® una frase de William Burroughs como estribillo para una de sus canciones (Language Is A Virus), sigue vali¨¦ndose del lenguaje para resistir ante los efectos sociales de otro gran virus. La conversaci¨®n, actividad en la que se ha centrado durante estos meses, es el veh¨ªculo que la har¨¢ estar presente (telem¨¢ticamente) hoy en el Festival Internacional de las Artes y la Cultura de Castilla y le¨®n (FACYL), en Salamanca.
La conversaci¨®n es tambi¨¦n la base de su programa radiof¨®nico, Party in the Bardo. En ¨¦l, los invitados ¡ªMarina Abramovic, Arto Lindsay, Anohni¡¡ª hablan de m¨²sica e intercambian impresiones acerca del desconcertante momento hist¨®rico en el que estamos sumidos. ¡°Seg¨²n el Libro tibetano de los muertos, el bardo es un periodo de transici¨®n en el cual los difuntos han de encontrar el camino hacia el m¨¢s all¨¢. Es un periodo que provoca mucha incertidumbre y temor en la gente. Por eso se me ocurri¨® que una fiesta podr¨ªa ser una buena imagen para afrontar ese periplo. No te pierdas en medio de tus temores: habla con la gente¡±, explica Anderson, practicante del budismo, que en 2019 particip¨® en Songs From The Bardo, ¨¢lbum registrado con la compositora Jesse Paris Smith ¡ªhija de Patti Smith¡ª y el m¨²sico tibetano Tenzin Choegyal.
¡°La m¨²sica es ahora mismo una buena v¨ªa para observar la realidad. No es necesario escucharla ¨²nicamente cuando te sientes bien¡±, dice, y luego desvela que est¨¢ escribiendo una ¨®pera y trabajando en nuevas canciones. No parece que la distancia con su ciudad la haya bloqueado. ¡°Voy a Nueva York todo lo que puedo. Se est¨¢ generando una atm¨®sfera muy especial all¨ª. Como ya no hay turistas, se ha convertido en una ciudad para quienes la habitan, algo que no ocurr¨ªa desde los setenta. Es un momento hermoso para los neoyorquinos. En los muelles del Hudson se celebran fiestas a diario. Los domingos, por ejemplo, la gente se re¨²ne all¨ª para bailar tangos. La gente est¨¢ viviendo el presente como nunca antes lo hab¨ªa hecho. Es un buen momento para olvidar la globalizaci¨®n y pensar en lo que significa tu lugar en el mundo, tu hogar¡±.
Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, la artista participar¨¢ en varias acciones que durante el oto?o llevar¨¢ a cabo el colectivo RuckUs. ¡°Los chinos y los rusos tienen tantos y tan grandes intereses en mi pa¨ªs que deber¨ªan poder votar¡±, dice con iron¨ªa. ¡°Pero sobre todo hay que dejar clara una cosa: la Administraci¨®n Trump no es de derechas, es fascista. Nos encontramos en una situaci¨®n pol¨ªtica que va m¨¢s all¨¢ de la emergencia. No podemos seguir repiti¨¦ndonos, ¡®?c¨®mo ha podido ocurrir esto?¡¯. Ya no cabe ninguna duda de que ha ocurrido y est¨¢ siendo una experiencia que le ha bajado los humos a muchos de mis paisanos¡±.
Anderson, que tambi¨¦n ultima un libro de relatos y escribe varias conferencias sobre m¨²sica para impartir en Harvard, insiste en que no tiene prisa en volver a la vieja normalidad. ¡°Todo iba muy r¨¢pido en mi vida. Contestar correos electr¨®nicos, viajar, hacer esto, acabar aquello¡ Estaba qued¨¢ndome sin la posibilidad de disfrutar del tiempo. Con tanta hiperactividad, todo lo que haga que ese modo de vida tan del siglo XXI desaparezca me parecer¨¢ bien¡±.