La joven de 29 a?os que se infiltra en las redes de los ultras
La investigadora Julia Ebner relata en ¡®La vida secreta de los extremistas¡¯ sus incursiones encubiertas en grupos de ultraderecha y yihadistas
En el mayor festival de m¨²sica neonazi de Europa, llamado Schild & Schwert (Escudo y Espada), que se celebra en la frontera entre Alemania y Polonia, llevar las zapatillas equivocadas puede representar un problema muy grave. Esperando la fila para entrar, Julia Ebner, investigadora especializada en infiltrarse en grupos radicales, se mir¨® a los pies y se dio cuenta de que era la ¨²nica que no llevaba el logo con la N de New Balance, una marca de zapatillas estadounidense cuyo due?o apoy¨® a Trump en 2016 y que, desde entonces, por todo tipo de leyendas urbanas ajenas por completo a la compa?¨ªa, se convirti¨® en el calzado favorito de los ultras de medio mundo. Ella llevaba unas Adidas blancas pero, afortunadamente, nadie repar¨® en ellas.
El trabajo de Ebner requiere no solo valor, paciencia para escuchar durante un fin de semana a grupos como Burning Hate, Painful Life o Terrorsph?ra, con sus delirantes letras dedicadas a la lucha del pueblo ario por sobrevivir, sino tambi¨¦n un profundo conocimiento de c¨®digos sutiles y compartidos por grupos radicales de todo el mundo, ya sean de ultraderecha o yihadistas. Una palabra, un calzado, casi hasta un gesto puede delatar al extra?o y hacer saltar por los aires toda la operaci¨®n. O algo peor. En su primer libro, La vida secreta de los extremistas. C¨®mo me infiltr¨¦ en los lugares m¨¢s oscuros de Internet (Temas de Hoy), Julia Ebner relata esta aventura al otro lado del espejo del radicalismo. El libro, que incluye en su pr¨®logo a Vox como un miembro de esa galaxia conspiracionista y paranoica, narra varios a?os de seguimiento de esos grupos, dentro y fuera de la red, un tiempo en el que ultraderechistas y neonazis de todo pelaje han ido creciendo en simpatizantes y peligrosidad.
Sab¨ªa que ten¨ªa que citar unos libros y unas pel¨ªculas determinados y no citar otras, que consideran que forman parte de la conspiraci¨®n de Hollywood para controlar el mundo
¡°Paso muchas horas monitorizando sus canales, estudiando qu¨¦ tipo de c¨®digos y de lenguajes utilizan y la forma en que se comunican¡±, explica desde Londres Ebner (nacida en Viena en 1991) en una conversaci¨®n por videoconferencia. ¡°Aquel festival neonazi es un ejemplo muy claro porque comparten unos c¨®digos culturales muy asentados, que ata?en la forma en que se visten, pero tambi¨¦n la m¨²sica que les gusta, los hobbies. Ven por ejemplo los mismos v¨ªdeos de YouTube. Las zapatillas fueron un ejemplo, pero tambi¨¦n sab¨ªa que ten¨ªa que citar unos libros y unas pel¨ªculas determinados y no citar otras, que consideran que forman parte de la conspiraci¨®n de Hollywood para controlar el mundo. Es muy importante que las fuerzas de seguridad lleguen a controlar esos lenguajes y a comprender los signos de que un ataque puede tener lugar, de que algo es realmente peligroso¡±.
Casi siempre a trav¨¦s de Internet, aunque otras veces en vivo como en aquel festival neonazi de Alemania, la profesi¨®n de Ebner consiste en monitorizar para el Instituto para el Di¨¢logo Estrat¨¦gico, con sede a Londres, a todo tipo de grupos radicales, escudri?ar sus chats y sus p¨¢ginas web sin ser detectada para escribir informes y tambi¨¦n alertar a gobiernos e instituciones internacionales sobre lo que se cuece ah¨ª. Al principio, se centraba sobre todo en yihadistas, pero su trabajo fue virando hacia grupos de ultraderecha, cada vez m¨¢s activos y amenazantes, que son los que centran su ensayo. Las matanzas de Utoya (Noruega) en 2011 o de Christchurch (Nueva Zelanda) en 2019 demostraron que los asesinos utilizaban el mismo lenguaje, los mismos mitos y delirios antisemitas e islamof¨®bicos, como la teor¨ªa del gran reemplazo o la gran sustituci¨®n, que personas que nunca recurrir¨ªan a la violencia f¨ªsica. Esa resulta, precisamente, la parte m¨¢s dif¨ªcil de sus investigaciones: distinguir un fanfarr¨®n repugnante de un posible terrorista.
¡°No siempre es f¨¢cil separar lo que es troleo del posible terrorismo, lo que representa algo parecido a un juego de la ideolog¨ªa extremista que puede llevar al terrorismo o a la incitaci¨®n a la violencia¡±, se?ala Ebner. ¡°La alt-right (la ultraderecha estadounidense) se ha especializado en esconder peligrosas campa?as de radicalizaci¨®n detr¨¢s de lo que parecen casi chistes inocentes. Los servicios de seguridad, pero tambi¨¦n los expertos, necesitan mejorar su conocimiento de ese lenguaje y entender los peque?os matices. Ocurri¨® lo mismo con el ISIS, incluso cuando Al Qaeda comenz¨® a atacar, los servicios de seguridad llegaron a comprender el lenguaje de los yihadistas, a entender cu¨¢ndo la amenaza iba en serio, por ejemplo, qu¨¦ citas cor¨¢nicas indicaban un posible uso de la violencia y ahora se debe hacer lo mismo con la alt-right. Y solo comenzaron a tomarse en serio este peligro despu¨¦s de los ataques de Nueva Zelanda en Christchurch, en El Paso y Halle¡±.
En su libro aparecen chats con personas obsesionadas con recluir a las mujeres en papeles tradicionales, obcecadas con el peligro que representa el feminismo (uno de los muchos puntos en los que coinciden ultraderechistas e islamistas radicales), con el complot jud¨ªo mundial, con los derechos LGTBI o con el citado gran reemplazo, que Ebner define como ¡°una idea que surgi¨® en Francia que sostiene que las poblaciones blancas est¨¢n siendo reemplazadas por inmigrantes¡±. ¡°Uno de sus mayores peligros es que se trata de una teor¨ªa de la conspiraci¨®n que asume que hay una amenaza existencial contra la poblaci¨®n occidental y que es inminente¡±, agrega. El otro peligro de estas teor¨ªas es que muchas veces son citadas por fan¨¢ticos peligrosos, pero tambi¨¦n por partidos pol¨ªticos con representaci¨®n parlamentaria ¨Ccomo Vox, al que se refiere directamente como un grupo que forma parte de esta galaxia ultra¨C, gobiernos como los de Hungr¨ªa o Polonia o el presidente estadounidense Donald Trump.
Existe una amenaza contra nuestras democracias porque estas ideas han entrado en nuestro espacio pol¨ªtico y pueden influir en el futuro de nuestras sociedades
¡°Dir¨ªa que alguna de las ideas extremistas que vemos actualmente hace unos a?os estaban en los m¨¢rgenes de la sociedad y ahora son moneda com¨²n, incluso en el espacio pol¨ªtico, en parlamentos y gobiernos. Pol¨ªticos de Vox por ejemplo han tuiteado sobre el gran reemplazo. Se hacen eco de las mismas teor¨ªas de la conspiraci¨®n que unos meses m¨¢s tarde impulsaron ataques contra musulmanes. Nos enfrentamos a dos peligros: existe una amenaza contra nuestras democracias porque estas ideas han entrado en nuestro espacio pol¨ªtico y pueden influir en el futuro de nuestras sociedades. Y al darle tanto p¨¢bulo por parte de algunos grupos pol¨ªticos han alcanzado una difusi¨®n enorme en audiencias a las que antes no llegaban¡±.
Un ejemplo claro, explica esta investigadora, es todo lo que est¨¢ ocurriendo con la pandemia en torno al llamado QAnon, una teor¨ªa de la conspiraci¨®n que mezcla supuestas org¨ªas ped¨®filas, con la covid, el 5G y el control mental que ha inundado las redes sociales en los ¨²ltimos meses. Y ese es precisamente el otro gran problema que se?ala su libro: que gran parte de ese repugnante y peligroso material se cuece en las redes sociales antes de saltar a chats privados y al internet oscuro. El gran escaparate de todo esto es p¨²blico, sin que los responsables de esas redes realicen grandes esfuerzos para frenarlo. ¡°La forma en que Facebook funciona y en que la plataforma est¨¢ dise?ada prioriza contenidos m¨¢s extremos, m¨¢s radicales y m¨¢s incre¨ªbles, teor¨ªas de la conspiraci¨®n o contenidos violentos o de odio son priorizados por el algoritmo, porque el objetivo es captar nuestra atenci¨®n y aumentar todo lo posible el tiempo que pasamos en la plataforma. Y desgraciadamente, los contenidos violentos y radicales logran mucha atenci¨®n¡±.
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