La matanza de Ut?ya, contada por cuatro supervivientes
Filmin estrena un documental que huye de la f¨®rmula tradicional del "basado en hechos reales" dando voz a las v¨ªctimas del atentado, que cumple ocho a?os
El cartel de ¡°basado en hechos reales¡± empieza a ser cada vez m¨¢s habitual en el cine y la televisi¨®n recientes. De la aclamada Chernobyl a la amarillista La desaparici¨®n de Madeleine McCann, los sucesivos estrenos de este g¨¦nero est¨¢n resucitando un debate sobre c¨®mo tratar la objetividad y verosimilitud en ¨¦l.
La matanza de Ut?ya en Noruega, de la que este 22 de julio se cumplen ocho a?os, es el tema central de dos largometrajes de ficci¨®n estrenados en el ¨²ltimo a?o y ahora llega a Filmin el documental Reconstruyendo Ut?ya. Su director, Carl Jav¨¦r (Suecia, 1972), intenta zafarse con una original estructura narrativa de esta arma de doble filo que supone revivir un suceso real. En el caso de su nueva pel¨ªcula, el contar el tiroteo de un empresario simpatizante de la ultraderecha contra los asistentes al campamento juvenil del Partido Laborista del pa¨ªs, que dej¨® 69 muertos. Tras ser detenido, se declar¨® harto de la multiculturalidad a la que se dirige el mundo actual.
El cineasta sueco cede la palabra a cuatro de los j¨®venes supervivientes del atentado. Les propone que desarrollen su testimonio en primera persona bajo una premisa. Tienen que crear una obra de teatro al estilo del dramaturgo Bertolt Brecht, con poco m¨¢s de unas l¨ªneas blancas en el suelo como escenario. Es la misma que Lars Von Trier adapt¨® en Dogville en 2003. As¨ª que los llev¨® a un estudio y les puso a su disposici¨®n a 12 actores igualmente j¨®venes, un equipo de psic¨®logos y un paquete de cinta adhesiva.
A lo largo de Reconstruyendo Ut?ya, los cuatro improvisados directores de escena explican con sus propias palabras a sus actores los recuerdos y sensaciones derivados de ese d¨ªa. ¡°Es importante que la ficci¨®n y el documental traten asuntos reales como el terrorismo, para que sus causas y consecuencias no caigan en el olvido. Pero me resultaba casi imposible hacer una pel¨ªcula describiendo lo que pas¨® all¨ª. Solo sab¨ªa que era importante contar la historia de quienes sobrevivieron. As¨ª que decid¨ª que ellos lo contaran con la mayor libertad posible, tom¨¢ndose su tiempo¡±, cuenta por tel¨¦fono Jav¨¦r a EL PA?S.
Un punto en com¨²n en las reconstrucciones teatrales de los veintea?eros Jenny, Mohammed, Rakel y Torje es la ausencia casi absoluta del asesino en su personal puesta en escena. Todos ellos, cada uno a su forma, lo representan con el sonido de disparos. Su presencia invisible contrasta con el protagonismo que durante a?os le han concedido los medios de comunicaci¨®n, en detrimento del de sus v¨ªctimas. ¡°El periodismo es un reflejo de la vida. Y en la vida diaria no nos gusta fijar la mirada en las v¨ªctimas. Pero cada vez tenemos m¨¢s claro que no es al asesino a quien hay que dar voz. Por ejemplo, el autor de la reciente masacre de Nueva Zelanda no ha recibido el protagonismo que estaba buscando¡±, defiende el cineasta.
Una masacre de tal magnitud en un pa¨ªs de algo m¨¢s de cinco millones de habitantes hizo que el asunto se convirtiera en una tragedia nacional en el sentido casi literal del t¨¦rmino. Se calcula que una cuarta parte de su poblaci¨®n conoce de forma directa o indirecta a alguna de las familias afectadas. ¡°Fue un shock absoluto en un pa¨ªs que no est¨¢ acostumbrado a este tipo de ataques y que, hasta ese momento, era considerado un para¨ªso ingenuo¡±, comenta Jav¨¦r. ¡°Sin duda fue una importante se?al de alerta no solo para Noruega. Europa debe prestar atenci¨®n ante el ascenso de la ultraderecha y proteger la democracia a toda costa¡±.
Torje recuerda su huida del campamento sabiendo que su hermano mayor hab¨ªa recibido un disparo en la cabeza, Rakel revive la angustia por dejar atr¨¢s a su novio, mientras que Jenny relata la experiencia de haber sido ella la que se queda atr¨¢s y Mohammed afronta la muerte de su amigo. A la hora de elegir qu¨¦ actor les interpreta en escena, la mayor¨ªa de estos cuatro veintea?eros elige a personas de razas y sexos distintos al suyo. Es una de las peque?as victorias que Jav¨¦r ha sacado en claro de este experimento: ¡°En ese aspecto, estos chicos han ganado claramente al asesino¡±.
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