La comedia negra que igual¨® en ventas a Harry Potter
El presentador Richard Osman se convierte en un fen¨®meno editorial en Reino Unido con su debut literario, una divertida novela protagonizada por un grupo de ancianos
Influido quiz¨¢s por la figura de su abuelo, que fue polic¨ªa en Brighton, confiesa Richard Osman (Essex, 49 a?os) que en otra vida le habr¨ªa gustado ser detective, pero su periplo ha ido por derroteros distintos antes de encontrarse de nuevo con el mundo del crimen en forma de extraordinario ¨¦xito literario. Productor televisivo y rostro reconocido en todo Reino Unido como presentador del concurso de la BBC Pointless, Osman ha protagonizado con su primera novela un fen¨®meno que no se ve¨ªa desde que J.K Rowling debutara con Harry Potter y la piedra filosofal en 1997: m¨¢s de 170.000 ejemplares vendidos en menos de dos semanas en Reino Unido, un contrato por tres libros m¨¢s y los derechos para el cine adquiridos por Steven Spielberg.
Protagonizada por un grupo de ancianos que viven en un retiro con todas las comodidades, El club del crimen de los jueves (en Espa?a publicado por Espasa, con traducci¨®n de Claudia Conde) es una novela negra de corte cl¨¢sico, ¡ªid¨ªlica campi?a y sospechosos que se van eliminando de la lista a medida que avanza la trama incluidos¡ª con una gran baza adicional: un brillante sentido del humor que roza el sarcasmo cuando se aborda a los malos de la pel¨ªcula, constructores de medio pelo y matones convertidos en empresarios. ¡°Me divert¨ª mucho cre¨¢ndolos. Hay algo genial cuando uno se pone a escribir sobre tipos duros que son verdaderamente mala gente. Y todos hemos conocido gente as¨ª, que se preocupan m¨¢s por lo que ganan que por el da?o que hacen por el camino. Pero tambi¨¦n quer¨ªa que los lectores se rieran y disfrutaran cuando reciben su castigo¡±, comenta Osman desde Londres.
Ron El Rojo, una antigua gloria de la izquierda sindicalista; Ibrahim, psiquiatra ya retirado; Joyce, la enfermera modosa y resignada, y la enigm¨¢tica Elisabeth juegan a resolver casos antiguos un d¨ªa a la semana y as¨ª evitan los clubes de crucigramas, bridge y otros pasatiempos, actividades menos originales y m¨¢s aburridas. Hasta que un d¨ªa un asesinato en su apacible comunidad pone ante ellos un crimen en tiempo real. Poco a poco vamos sabiendo que Elisabeth, aut¨¦ntico hilo conductor de esta trama coral, sab¨ªa conducir carros de combate, interrogar prisioneros o robar pruebas a la polic¨ªa porque hab¨ªa sido esp¨ªa en la Guerra Fr¨ªa. Sus m¨¦todos llegan a ser hilarantes. ¡°Nadie esperaba que esta dulce anciana fuera una antigua esp¨ªa. Pide muchos favores para poder resolver el caso y esos favores se volver¨¢n en su contra en el segundo libro¡±, deja caer Osman, que ya sabe c¨®mo ir tirando del hilo para atrapar al lector. ¡°Habr¨¢ m¨¢s esp¨ªas, un robo de joyas y un exmarido o dos¡±, remata.
¡°Es mi primera novela y aprend¨ª un mont¨®n durante el proceso¡±, reconoce con naturalidad. ¡°El borrador cambi¨® mucho tras mi trabajo con los editores. Quer¨ªa que los lectores no supieran qui¨¦n era el asesino, pero que al mismo tiempo tuvieran las herramientas para averiguarlo¡±, a?ade este fan de cl¨¢sicos contempor¨¢neos de la novela negra escocesa como Ian Rankin o Val McDermid. ¡°Pero mi coraz¨®n¡±, aclara, ¡°est¨¢ con humoristas brit¨¢nicos, como Muriel Spark, PG Wodehouse, Alan Bennett y Victoria Wood¡±. Ahora, avisa, que el lector no espere un libro lleno de chistes. ¡°El humor est¨¢ en los personajes¡±. La enfermera Joyce interviene en la narraci¨®n a trav¨¦s de su diario, escrito en primera persona. Al contrario de lo que podr¨ªa parecer, a Osman le result¨® la voz m¨¢s sencilla y le serv¨ªa para desengrasar cuando estaba atascado con la trama, que se desarrolla el resto del tiempo en tercera persona y con una estructura bien armada, fruto de un trabajo calculado de sus editores.
Hay, por otro lado, un punto irreal en esta alegre pandilla en edad provecta que juega a los detectives. A Osman no le preocupa. ¡°S¨¦ que para ellos no hay consecuencias. Nadie va a ir a detenerlos, as¨ª que se toman la justicia por su mano. S¨¦ que el mundo no funciona as¨ª, pero es divertido¡±. Elisabeth tiene 76 a?os, con lo que dilemas habituales en este tipo de novelas en serie ¡ªsobre c¨®mo evoluciona el personaje, hasta d¨®nde llega o qu¨¦ hacemos cuando envejezca¡ª, se borran de un plumazo. El presentador ha trascendido el tradicional esquema usado en el negocio ¡ªestrella televisiva que saca un libro y aprovecha el tir¨®n de su imagen para vender y promocionarse hasta el aburrimiento¡ª y ahora contin¨²a, tan c¨®modo, al lado de J.K Rowling: ¡°Espero seguir con este grupo de ancianos durante muchos a?os¡±.
Babelia
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