Peinado, un artista armado solo con el deseo de pintar
El creador recorre los ¨²ltimos 40 a?os de su trayectoria en M¨¢laga a trav¨¦s de otras tantas obras llenas de referencias autobiogr¨¢ficas
Sin bocetos, sin planificaci¨®n. Armado solo con el deseo de pintar, Francisco Peinado lleva 60 a?os enfrent¨¢ndose al lienzo en blanco. ?Qu¨¦ busca en la pintura? ¡°Que me sorprenda, si no me sorprende lo borro, pinto encima¡±, afirm¨® con claridad el viernes, 16 de octubre, en Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga), mientras comprobaba que todo estaba en orden antes de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n Rotaciones. Y despu¨¦s de toda una vida consagrado a la pintura su trabajo, una ...
Sin bocetos, sin planificaci¨®n. Armado solo con el deseo de pintar, Francisco Peinado lleva 60 a?os enfrent¨¢ndose al lienzo en blanco. ?Qu¨¦ busca en la pintura? ¡°Que me sorprenda, si no me sorprende lo borro, pinto encima¡±, afirm¨® con claridad el viernes, 16 de octubre, en Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga), mientras comprobaba que todo estaba en orden antes de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n Rotaciones. Y despu¨¦s de toda una vida consagrado a la pintura su trabajo, una s¨ªntesis de expresionismo y surrealismo cargada de iron¨ªa, humor negro y mucha ternura, sigue sorprendiendo.
¡°Llevo 40 a?os viviendo en Alhaur¨ªn de la Torre y tengo 80 a?os y piensa uno: 'Antes de que pase todo lo que tiene que pasar voy a hacer una exposici¨®n aqu¨ª, donde vivo", reflexiona Francisco Peinado (M¨¢laga, 79 a?os) mientras pasea por las salas de El Port¨®n, una finca del siglo XIX convertida en centro cultural municipal, en el que presenta una revisi¨®n de su trayectoria de las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas, desde que se instal¨® en su casa-estudio de El Pinar. La muestra, a la que el pintor se ha resistido durante a?os, precede a otra gran exhibici¨®n que se realizar¨¢ en las salas del Rectorado de la Universidad de M¨¢laga en mayo del pr¨®ximo a?o.
Entre las obras que se muestran por primera vez destaca La pantera negra (2010, de 200 por 250 cent¨ªmetros), en la que conviven sus caracter¨ªsticas camisas blancas, los lavabos, las vanitas y sus tramas de fondo, que le dan cuerpo a una pintura siempre mat¨¦rica. Sumideros -elementos recurrentes junto a los barcos, los coches o el paisaje urbano- de los que no se sabe si sus figuras fantasmales acaban de salir o est¨¢n a punto de ser succionadas. Peinado, que ha realizado la selecci¨®n, ha incluido tambi¨¦n una instalaci¨®n y cuatro esculturas: dos de sus sarc¨®fagos (2003), una cuna cubierta de gasa blanca en la que se agolpan las moscas, o la delicada instalaci¨®n Cuidadora de almas (2003), en la que una fr¨¢gil mu?eca de cer¨¢mica vela a una peque?a momia con la cara pintada al estilo de los retratos de El Fayum.
La exposici¨®n, con obras como Padre hijo, una pintura de 1984 en la que dos figuras casi cubistas aparecen bajo una de sus nubes enmara?adas, es casi un ¨¢lbum autobiogr¨¢fico lleno de referencias a la realidad pol¨ªtica y social. Tanto es as¨ª que ante el peque?o ¨®leo Retrato de un artista (2015) confiesa: ¡°Me di cuenta de que era yo cuando lo termin¨¦¡±. Este peculiar y duro autorretrato es una de las 12 pinturas in¨¦ditas de las 40 que se exhiben en El Port¨®n y que podr¨¢n verse hasta el 31 de enero de 2012.
El artista, con obra en el museo Reina Sof¨ªa, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, la Biblioteca Nacional o el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo, ha incluido tambi¨¦n algunas de sus ¡°revisiones¡± de pinturas anteriores. ¡°Hace mucho tiempo que cuando estoy en duermevela me acuerdo de una obra en concreto que est¨¢ en el almac¨¦n y decido cambiar ciertas cosas. A veces son detalles, pero otras los cambios son muy grandes¡±. Proceso por el que ha pasado casi un 10% de su producci¨®n.
El sof¨¢, por ejemplo, una pintura de 2012 en la que una salchicha roja aparec¨ªa acostada en un sof¨¢, cuelga ahora con un amasijo encima formado por tres personajes: un gallo, un hombre y un gato. ¡°Me gusta mucho m¨¢s as¨ª¡±, afirma el artista. Siguiendo el proceso de revisi¨®n, Peinado ha convertido a un meteorito que cae en pleno centro de una ciudad en El virus (2003-2020), con una clara referencia al covid-19; mientras que La modelo (2003-2008), que antes posaba desnuda aparece ahora enladrillada.
En un espacio en el que cuelgan alguna de sus obras m¨¢s conocidas como La Trini (1989) o La siesta (2000), de las que nunca ha querido desprenderse puesto que para crear necesita convivir con ellas, confiesa que siente una especial predilecci¨®n por dos piezas de gran formato: La mesa (1980) y El submarino (2008), pinturas con fondos complejos y muy trabajados pero en las que los objetos aparecen casi desnudos.