Homenaje a la Espa?a vaciada

La meseta vista desde el cielo y el cielo visto desde la meseta. Los primeros planos de la pel¨ªcula documental de Juan Palacios son inequ¨ªvocos para cualquiera que est¨¦ familiarizado con la gran planicie castellana. Desde el cielo se avista un patchwork de amarillo marr¨®n y verde que el director muestra sin color y casi como un misterio geogr¨¢fico. Desde el suelo, en cambio, luce un cielo azul imponente de 360% grados donde las nubes propician un espect¨¢culo diario y los aviones siempre est¨¢n de paso. La meseta es un territorio horizontal que alguna vez debi¨® parecer infinito pero que ahora cruza con su furgoneta blanca un pescadero ambulante para vender su mercanc¨ªa en los deshabitados pueblos de la zona. El pescadero, como otros de los personajes del filme, parecen sumidos en la melancol¨ªa. En su caso, al asegurar que el zumbido lejano de la autopista es el sonido del mar mesetario.

La pel¨ªcula de Palacios es un homenaje a la Espa?a vaciada donde los ancianos cuentan alubias y los pastores quieren ir al Titicaca. Un intento de realismo m¨¢gico-mesetario que quiz¨¢ no cae en la cuenta del ox¨ªmoron. Rodada en verano en pueblos de Zamora, Meseta es un viaje a una realidad solitaria y desconfiada con los extra?os. Una soledad que parece inherente a los campos de trigo y cebada y que aqu¨ª se extiende a sus habitantes. El resultado es una panor¨¢mica tierna pero que podr¨ªa haber ido m¨¢s lejos, en la que destacan muchos buenos momentos, como el programa de radio que Palacios introduce sobre un plano fijo del cielo; el mon¨®logo sobre las redes sociales del camionero que pesca en el r¨ªo; el elocuente plano del club de putas; las canciones y la memorabilia de bar y gasolinera de carretera del d¨²o Los 2 Espa?oles; la sesi¨®n de fotograf¨ªas con burro de dos hombres que hablan de parecer ¡°chulo y tieso¡± para demostrarle ¡°categor¨ªa al animal¡± o ese hombre insomne que para dormir cuenta las casas cerradas y mientras pronuncia cada nombre el espectador va conociendo una a una cada puerta cerrada.