Rosa Montero: ¡°La escritura me volvi¨® a salvar¡±
La autora presenta a los suscriptores de EL PA?S su ¨²ltimo libro, ¡®La buena suerte¡¯, rematado durante la cuarentena
Reza un dicho castellano: ¡°Que dios no te mande todo aquello que puedas soportar¡±. Y concuerda Rosa Montero (Madrid, 69 a?os) que mejor que no, porque ¡°la verdad es que lo podemos soportar pr¨¢cticamente todo¡±. Su ¨²ltima novela, La buena suerte, indaga en la fuerza interior de las personas para sobreponerse a las tragedias de la vida, una luz que la escritora est¨¢ convencida que poseemos todos y a la que debemos aferrarnos en los momentos de crisis, como la actual. Montero se reuni¨® con un grupo de suscriptores del diario, dentro del programa de actividades exclusivas de EL PA?S+, para presentar este libro y charlar sobre su faceta como autora.
Preocupada y triste. As¨ª ha pasado los ¨²ltimos meses Montero. Habituada a aislarse de la vida urbana para escribir, el drama de la pandemia la dej¨® fuera de s¨ª. No pod¨ªa leer. ¡°Me salv¨® la escritura, me volvi¨® a salvar¡±, sentenci¨®. La buena suerte esperaba su ¨²ltimo peinado y sumergirse en ella la ayud¨® a sobrellevar la tragedia que nos ha noqueado durante meses.
Montero considera que ¡°este dolor¡± est¨¢ llevando a muchas personas ¡°a no saber c¨®mo reaccionar y se van hacia la ira¡±, justamente la posici¨®n contraria que ella reivindica y que queda recogida en la novela. ¡°Tenemos que volver a poner los pies en el suelo, porque todav¨ªa estamos volando en la ca¨ªda, y crear una nueva vida¡±, areng¨® amigable a los lectores.
Tal y como hace Pablo, su protagonista, que empieza huyendo de una desgracia a un pueblo decr¨¦pito, llamado Pozonegro -m¨¢s elocuente imposible-. No obstante, lo salva ¡°la luz¡±, que encarna Raluca, un personaje tan poderoso que cambi¨® incluso el nombre original del libro, que iba a ser El silencio. Su fuerza reside en la capacidad de mirar de otra manera, de narrar el mundo desde la positividad. Y Montero record¨®: ¡°Todos tenemos esa capacidad de luz sobre las sombras¡±.
Los azares literarios han querido que Pablo llegue al pueblo para encerrarse en su piso, a modo de cuarentena voluntaria, y que use toallitas desinfectantes de manera obsesiva. Todo eso estaba ah¨ª antes de la covid-19. No es la ¨²nica coincidencia que la autora comparti¨® con los lectores, pues le ha ocurrido en otras ocasiones, como cuando public¨® Instrucciones para salvar el mundo (2008), en el que un taxista sufr¨ªa la muerte de su mujer de manera repentina por un c¨¢ncer. ¡°Me pas¨¦ tres a?os escribiendo mi propia vida¡±, apunt¨®, pues tan solo un mes despu¨¦s su pareja fue diagnosticada de c¨¢ncer y falleci¨® a los pocos meses.
Babelia
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