El hombre oculto tras la Dama de C¨¢diz
Arque¨®logos de la universidad confirman que el sarc¨®fago fenicio femenino encontrado hace ahora 40 a?os est¨¢ ocupado por los restos de un var¨®n
¡°Don Ram¨®n, esta s¨ª que era guapa. Ya ver¨¢¡±. El obrero, que en la v¨ªspera del fin de semana hab¨ªa encontrado una calavera accidentalmente con la pala de su gr¨²a, esperaba impaciente al arque¨®logo Ram¨®n Corzo. El tambi¨¦n director del Museo de C¨¢diz se acerc¨® extra?ado: ¡°?Y usted c¨®mo sabe eso?¡±. Lo comprendi¨® nada m¨¢s ver c¨®mo el gruista apartaba la arena con sus manos. De lo que fue una antigua duna asomaba el rostro p¨¦treo de una mujer de nariz afilada, semblante sereno y tocado de pelo ensortijado. ...
¡°Don Ram¨®n, esta s¨ª que era guapa. Ya ver¨¢¡±. El obrero, que en la v¨ªspera del fin de semana hab¨ªa encontrado una calavera accidentalmente con la pala de su gr¨²a, esperaba impaciente al arque¨®logo Ram¨®n Corzo. El tambi¨¦n director del Museo de C¨¢diz se acerc¨® extra?ado: ¡°?Y usted c¨®mo sabe eso?¡±. Lo comprendi¨® nada m¨¢s ver c¨®mo el gruista apartaba la arena con sus manos. De lo que fue una antigua duna asomaba el rostro p¨¦treo de una mujer de nariz afilada, semblante sereno y tocado de pelo ensortijado. Corr¨ªa el lunes 29 de septiembre de 1980 y la capital se despertaba con uno de sus hallazgos arqueol¨®gicos m¨¢s excepcionales del siglo XX: la Dama de C¨¢diz. Pero el alba?il supuso mal al atribuirle g¨¦nero porque en el interior de ese sarc¨®fago antropomorfo femenino fenicio del siglo V antes de Cristo quien se escond¨ªa era un caballero.
Una de las dos piezas arqueol¨®gicas ¡ªjunto a la de la mujer tambi¨¦n se conserva uno con rasgos masculinos aparecido a finales del XIX¡ª m¨¢s sobresalientes e ic¨®nicas del pasado gaditano como la colonia fenicia Gadir, cumple los 40 a?os de su hallazgo con la confirmaci¨®n de su verdadero sexo. Aunque, al igual que ocurri¨® en aquella obra del 80, ni siquiera era lo que pretend¨ªa el grupo de investigaci¨®n Phoenix Mediterranea, encabezado por la profesora de Prehistoria de la Universidad de C¨¢diz Ana Mar¨ªa Niveau de Villedary, cuando acept¨® participar en un estudio internacional paleogen¨¦tico de la poblaci¨®n mediterr¨¢nea en 2017.
¡°?Seguro que estos son los restos del sarc¨®fago femenino?¡±, acert¨® a preguntar la arque¨®loga y antrop¨®loga Mila Mac¨ªas cuando el equipo al fin consigui¨® los permisos en el verano de 2019 para acceder al esqueleto que apareci¨® en el interior de la Dama para tomarle muestras. Y lo eran, as¨ª que algo no encajaba. ¡°Iba abriendo las bolsas y ve¨ªa huesos robustos¡±, rememora Mac¨ªas. ¡°Recuerdo las costillas, eran enormes¡±, a?ade Natalia L¨®pez, otra de las investigadoras del grupo. Cuando llegaron al paquete que conten¨ªa los restos de la pelvis confirmaron la sospecha: era un hombre, sin lugar a dudas.
Ana Niveau y los suyos decidieron confirmar lo que, hasta entonces, solo era una hip¨®tesis que, convenientemente, se olvid¨®. ¡°El primero que se percat¨® de esto fue el arque¨®logo Antonio ?lvarez [que llegar¨ªa a ser director del Museo], encargado de la excavaci¨®n y estudio, aunque aquel primer trabajo desgraciadamente nunca lleg¨® a publicarse¡±, apunta Mac¨ªas. La ilusi¨®n con la que C¨¢diz acogi¨® al sarc¨®fago femenino que ven¨ªa a completar al masculino ¡ªaunque aparecidos en puntos distantes de Extramuros¡ª hizo el resto. Pero el estudio cient¨ªfico que el equipo est¨¢ a punto de publicar no deja margen a la fantas¨ªa. El inquilino de la Dama era un hombre que midi¨® entre 1,68 o 1,72 metros de alto, musculoso, de entre 45 o 55 a?os, con una lesi¨®n articular en su derecha que ¡°le deb¨ªa causar bastante dolor¡±, apunta Mac¨ªas.
Poco m¨¢s se sabe de la identidad de ese hombre corpulento y alto para su ¨¦poca. Quiz¨¢s era un guerrero, quiz¨¢s un hondero, lo que explicar¨ªa la representaci¨®n de un hombre con una honda en el escarabeo signatario que apareci¨® junto al cad¨¢ver. Pero Ana Niveau prefiere no elucubrar m¨¢s all¨¢ de la singularidad de que era un var¨®n enterrado en un tipo de sepulcro de mujer ¡°tan exclusivo que est¨¢ directamente relacionado con la realeza de Sid¨®n¡±, una de las ciudades principales de Fenicia, en el actual L¨ªbano. En el mundo, apenas se conservan algo m¨¢s de 120 sarc¨®fagos fenicios-p¨²nicos como los dos gaditanos, pero el estudio del equipo de la Universidad C¨¢diz es de los pocos que se ha podido centrar en analizar los huesos que conten¨ªan en su interior.
Niveau descarta reutilizaciones posteriores del enterramiento por la forma en la que fue hallado. M¨¢s bien se inclina a pensar que el inquilino debi¨® ser alguien influyente que aprovech¨® la oportunidad de enterrarse en un lujoso sarc¨®fago de importaci¨®n. De hecho, la confirmaci¨®n del g¨¦nero ha coincidido con la reciente publicaci¨®n de un estudio cient¨ªfico en la revista especializada Archaeometry que apunta a que el m¨¢rmol empleado en los sarc¨®fagos de C¨¢diz proceden de canteras de la isla de Paros (en la actual Grecia), donde se desbastaban para ser acabados de tallar en Fenicia, de donde rara vez sal¨ªan con destino a Occidente. Que la antigua Gadir est¨¦ en la misma liga de las antiguas ciudades fenicias orientales en las que han aparecido la mayor¨ªa de este tipo de tumbas habla de la importancia que lleg¨® a tener esta urbe, apreciada por ¡°su comercio de salazones de pescado¡±, como recuerda Ana Mar¨ªa Niveau.
A¨²n hay muchos que recuerdan en C¨¢diz la alegr¨ªa colectiva que supuso encontrar a la Dama de C¨¢diz en un a?o, el de 1980, tan glorioso para la arqueolog¨ªa que coincidi¨® con el hallazgo del Teatro Romano. Casualidad o no, justo debajo de la casa que se construy¨® Pelayo Quintero ¡ªque ejerci¨® como arque¨®logo en la ciudad en el primer tercio del siglo XX¡ª emergi¨® la tumba femenina que permite a la ciudad fantasear con que quiz¨¢s aguarden m¨¢s sorpresas similares en sus entra?as. Mientras ese momento se consuma o no, los dos expuestos en el Museo de C¨¢diz a¨²n se bastan para dar m¨¢s sorpresas. ¡°A finales del XIX se estudiaron los huesos que conten¨ªa el sarc¨®fago masculino y que hoy no est¨¢n localizados y, seg¨²n esa descripci¨®n, tengo mis dudas de que fuese realmente un hombre¡±, remacha Mac¨ªas enigm¨¢tica, sin querer ¡ªpor ahora¡ª desvelar m¨¢s detalles.