Una fantas¨ªa ¡®queer¡¯ en la Am¨¦rica profunda

Mientras la pandemia ha convertido Broadway en un lugar fantasmal con sus m¨ªticos luminosos fuera de servicio hasta junio de 2021, Netflix estrena The Prom, adaptaci¨®n de Ryan Murphy del musical hom¨®nimo. Quiz¨¢ se debe a esta triste circunstancia que la nostalgia que desprende este gozoso musical se dispare m¨¢s de la cuenta o tal vez sea que merece la pena sacudirse los prejuicios contra ese artificio de centro comercial de lujo tan del estilo de Murphy (creador de series como Glee, Pose, Feud o El asesinato de Gianni Versace) para disfrutar con este musical capaz de algo tan inteligente y escaso como re¨ªrse de uno mismo. La historia arranca cuando dos actores famosos (Meryl Streep y James Corden), a los que la cr¨ªtica acaba de hundir por un musical sobre Franklin y Eleanor Roosevelt, deciden junto a una eterna corista de Chicago (Nicole Kidman) y un actor de sitcom fracasado (Andrew Rannells) apuntarse al carro de las ¡°celebridades activistas¡± para obtener publicidad. En busca de una causa que les legitime se encuentran con la historia de una estudiante lesbiana de un instituto de un pueblo de Indiana enfrentada a su retr¨®grada comunidad por el baile de fin de curso.

The Prom lanza un mensaje inclusivo amplio y transparente a trav¨¦s de una mezcla de subg¨¦neros cl¨¢sicos que le permiten nadar entre tradiciones tan opuestas como la de los neones de la bohemia de Empieza el espect¨¢culo (All That Jazz) a las comedias de instituto, incluso a un fen¨®meno tan popular y mainstream como High School Musical. Un chapuz¨®n en corrientes casi opuestas de las que la pel¨ªcula sale a flote gracias a su inspirad¨ªsimo elenco. Con una fabulosa Meryl Streep siempre al volante, The Prom logra ser tan par¨®dico como emotivo, tan incisivo como ligero. En su papel de c¨¢ndida y obstinada adolescente, la sonriente Jo Ellen Pellman da vida a una nueva Dorothy en busca de sus propias baldosas amarillas. Un camino a la libertad en el que estar¨¢ acompa?ada de una versi¨®n Calle 42 del Hombre de Hojalata, el Espantap¨¢jaros y el Le¨®n Cobarde. En este caso, cuatro maravillosos farsantes que en su propio viaje ¡°activista¡± tendr¨¢n que v¨¦rselas con su narcisismo y sus propios miedos.

Entre un mundo que empieza y otro que se extingue, con una est¨¦tica que, en la parte juvenil, oscila entre la fantas¨ªa queer y un anuncio de Apple, y en la madura remite a esa decadencia de los caf¨¦s y teatros de ese Nueva York apagado, The Prom echa mano del eterno espect¨¢culo para hablar de empat¨ªa y tolerancia en la Am¨¦rica Profunda y de unos perdedores transformados en superh¨¦roes de Broadway.