Manuel Cruz: ¡°El pol¨ªtico se ha convertido en el malo por excelencia¡±
El senador socialista, que publica las memorias de su tiempo en las Cortes Generales, sostiene que el Gobierno catal¨¢n considera ¡°inexistentes por completo¡± a los no independentistas
En Transe¨²nte de la pol¨ªtica (Taurus, 2020), las memorias de su tiempo en las Cortes Generales (desde 2016 al presente, diputado, senador, presidente del Senado, y ahora otra vez senador, con el PSOE), Manuel Cruz se refiere, entre otros asuntos, a su relaci¨®n con el periodismo, que en un momento determinado de su presidencia lo tom¨® como diana de informaciones y bulos; y tambi¨¦n se refiere a una pregunta recurrente que se le hace: ¡°?C¨®mo est¨¢ la situaci¨®n en Catalu?a?¡±. En esta entrevista por Skype (¨¦l, en su casa de Barcelona, atento por si le llamaban a votar), por ah¨ª empezaron las preguntas al autor de Las malas pasadas del pasado y ?A qui¨¦n pertenece lo ocurrido?, entre otros libros donde expresa su aprendizaje filos¨®fico de la ¨¦tica, entre otros con maestros como Emilio Lled¨®.
Pregunta. ?C¨®mo est¨¢ la situaci¨®n en Catalu?a?
Respuesta. Yo dir¨ªa que est¨¢ da?ada por estos a?os de proc¨¦s. M¨¢s all¨¢ de las cuestiones pol¨ªticas, ha habido un ¨¦nfasis en lo identitario que, en el fondo, va m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica: afecta al ser de las personas. La identidad es como el colesterol, hay bueno y malo. La identidad buena es la que se utiliza para cohesionar. Y la mala es el problema fundamental. Todos estos a?os del proc¨¦s han estado en el poder fuerzas independentistas. Para ellos los no independentistas somos inexistentes por completo, y es muy complicado vivir juntos con esa premisa.
P. ?Le ha afectado a sus relaciones personales, de amistad, con sus alumnos?
R. He hecho un esfuerzo para que eso no ocurra, para que no suponga una merma preocupante. Pero muchos han visto quemadas sus relaciones. Y ha habido personas que han tenido que dejar determinado grupo porque la atm¨®sfera se hace irrespirable.
P. ?Ha tenido usted que dejar amistades?
R. No, pero ha sido a un precio: hacer abstracci¨®n de algunos elementos. He intentado que las relaciones personales no se vieran afectadas, pero a menudo he tenido la sensaci¨®n de que la relaci¨®n de otros conmigo s¨ª se ha visto afectada. Lo dif¨ªcil, para convivir, es que haya que guardar silencios.
P. Ampliemos la pregunta: ?y c¨®mo est¨¢ hoy la situaci¨®n en Espa?a?
R. La esfera p¨²blica, la pol¨ªtica, est¨¢ deteriorada, desprestigiada. No solo la pol¨ªtica: el espacio p¨²blico en general. Est¨¢ cada vez m¨¢s lejos de aquella ¨¢gora ideal en la que se pod¨ªan debatir opiniones diferentes para que surgiera alguna forma de acuerdo. Ese horizonte en Espa?a es cada vez m¨¢s lejano. En pol¨ªtica, la situaci¨®n se ha convertido en un pimpampum de todos los males de nuestra sociedad: el pol¨ªtico se ha convertido en el malo por excelencia. Una sociedad no puede funcionar si resulta que los ciudadanos no conf¨ªan ni siquiera en los pol¨ªticos a los que han votado. En las tertulias es f¨¢cil pegar la hebra si arremetes contra los pol¨ªticos. El ¨²nico consenso es un consenso perverso contra los pol¨ªticos.
P. En su libro no quedan bien algunos pol¨ªticos, entre ellos quienes est¨¢n en la presente coalici¨®n del Gobierno.
R. No estoy negando la posibilidad ni la obligaci¨®n de la cr¨ªtica. Se deben criticar los comportamientos y las tesis de unos y de otros. Lo que no tiene sentido es el silencio indisciplinado o el mutismo. Pero la alternativa no es la descalificaci¨®n gen¨¦rica de toda la clase pol¨ªtica, que implica la descalificaci¨®n de la pol¨ªtica. Mi resquemor es que el rechazo termine desembocando en tesis antipol¨ªticas¡ Dicho esto, que pueda haber partidos o coaliciones a los que yo, en su momento, critico, y que ahora est¨¢n en el Gobierno, no me provoca ning¨²n problema, porque mi libro finaliza al t¨¦rmino de la legislatura anterior. Ahora se han producido cambios, porque partidos a los que s¨ª critico en mi libro han cambiado sus posiciones. En cuanto a Unidas Podemos, han cambiado su impugnaci¨®n de la herencia de la Transici¨®n, incluso han abrazado la propia Constituci¨®n. Si hace eso Podemos, buena parte de mis cr¨ªticas ya no las puedo aplicar.
P. En su libro hablaba de Pablo Iglesias con una iron¨ªa que no era la de un compa?ero de pupitre¡ No habr¨¢ cambiado tanto.
R. Es que la idiosincrasia de un pol¨ªtico me parece relevante en la medida en que tiene efectos pol¨ªticos. Me parece evidente que, en un momento determinado, especialmente en Pablo Iglesias, hab¨ªa una especie de convulsi¨®n por la visibilidad, que afectaba a su tarea pol¨ªtica. ?Esa convulsi¨®n ha desaparecido? Francamente no. ?Esa convulsi¨®n est¨¢ afectando al Gobierno? En la medida en que no lo da?e, yo no tengo nada que objetar.
P. ?Y no lo da?a?
R. En lo vertebral, no. No descarto que haya cosas que s¨ª, lo he dicho por escrito. Por ejemplo, promoviendo un manifiesto contra los golpistas de extrema derecha cuando acompa?¨® al Rey a La Paz, interfiriendo en la tarea de la Ministra de Exteriores, y es posible que generando cierta inquietud en la jefatura del Estado. Debemos ir con mucho cuidado y no meter cualquier cosa que nos parezca mal en una especie de juicio sumar¨ªsimo.
P. En la cr¨ªtica de su libro en Babelia, Juan Luis Cebri¨¢n se?al¨® que usted era muy preciso contra la oposici¨®n pero muy elusivo o el¨ªptico con relaci¨®n a sus compa?eros de viaje¡
R. He recibido cr¨ªticas diciendo tambi¨¦n que este libro solo pod¨ªa gustar a la derecha, porque me met¨ªa con las bestias negras de la derecha, Podemos y el independentismo. Y hay quienes me han dicho lo contrario. Este es un libro que intenta reflexionar sobre esta ¨¦poca, que es una especie de peculiar periodo de entreguerras del siglo XXI, lo que supuso la cat¨¢strofe econ¨®mica de 2008 y lo que supone la cat¨¢strofe de la pandemia. Lo m¨¢s significativo de lo que ocurre ha sido la impugnaci¨®n de la herencia recibida, y esa impugnaci¨®n se ha hecho desde el independentismo y desde Podemos. Y yo me centro en ellos, pero no es cierto que yo me meta con todos excepto con el PSOE.
P. ?Y cu¨¢l ser¨ªa su cr¨ªtica el PSOE?
R. El PSOE deber¨ªa aprovechar m¨¢s (como el PSC) el hecho de que son las ¨²nicas fuerzas pol¨ªticas que tiene una propuesta pol¨ªtica no independentista para Catalu?a. La prueba es que, en su reivindicaci¨®n, hoy en d¨ªa los independentistas enarbolan la amnist¨ªa y no se sabe qu¨¦ m¨¢s y, a lo mejor, un difuso ¡°lo volveremos a hacer¡±. Y el no independentismo (PP y Ciudadanos) no acaba de presentar nada, y tampoco aspira a atraer a ning¨²n votante independentista. El cumplimiento de la ley vale, pero no es un programa alternativo.
P. ?Su presencia en la pol¨ªtica mancha su postura como intelectual?
R. Esa tendencia a considerar que la esfera p¨²blica es como la esfera de Yo, Claudio, llena de conspiraciones y pu?aladas a gog¨®, donde no te puedes fiar de nadie porque todo el mundo te traiciona¡ Hay m¨¢s pu?aladas en la Universidad que en un grupo parlamentario. Convendr¨ªa no dar por descontada toda esa carga de valor negativo que se le echa encima a la pol¨ªtica. Las renuncias en la pol¨ªtica no son tan diferentes a las que se hacen constantemente en todos los ¨¢mbitos.
P. Se le ve muy conturbado en el libro por las denuncias de presunto plagio que recibi¨® desde algunos sectores de la prensa. ?Prosigue esa herida? ?Le doli¨®?
R. No, en absoluto, no sigue. Pens¨¦ no tratarlo, pero me pareci¨® que era algo que deb¨ªa salir. En su momento duele. Escamotearlo hubiera sido un escamoteo incorrecto.
P. Un transe¨²nte de la pol¨ªtica. ?Pero un transe¨²nte que se queda?
R. El transe¨²nte, por definici¨®n, est¨¢ de paso. No s¨¦ cu¨¢nto durar¨¢ esta traves¨ªa. Estoy en ella con un compromiso, con unas ideas de izquierdas, y con la fuerza pol¨ªtica que las encarna. A los que no hemos llegado aqu¨ª a buscar cargos no nos cuesta abandonar los cargos o los esca?os. Yo estoy a lo que se me diga.
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