Reuni¨®n de viejas glorias
'El misterio del drag¨®n' apenas tiene nada con lo que destacar. Salvo sus cabezas de cartel, aqu¨ª muy secundarios
EL MISTERIO DEL DRAG?N
Direcci¨®n: Oleg Stepchenko.
Int¨¦rpretes: Jason Flemyng, Anna Churina, Jackie Chan, Arnold Schwarzenegger.
G¨¦nero: fantas¨ªa. Rusia, 2019.
Duraci¨®n: 120 minutos.
La moda de las reuniones nost¨¢lgicas con figuras del cine de acci¨®n de los a?os ochenta (y parte de los noventa), hoy septuagenarios o rozando la edad, ha llegado incluso a Rusia. Arnold Schwarzenegger, de 72 a?os, y Jackie Chan, de 65, que solo hab¨ªan compartido reparto en La vuelta al mundo en 80 d¨ªas (2004), han sido reclutados por Oleg Stepchenko para darse de tortas y ayudar en las ventas internacionales de El misterio del drag¨®n, superproducci¨®n de aventuras y fantas¨ªa, secuela de Transilvania, el imperio perdido, de 2015. En Espa?a, al menos, lo han conseguido: la primera pel¨ªcula no lleg¨® a los cines y esta segunda, pese a su dudosa calidad, se estrena este viernes gracias a la m¨ªtica pareja, que adem¨¢s se ha sumado con apoyo financiero al nutrido grupo de coproductores rusos y chinos.
Pastiche entre la aventura cl¨¢sica, el cine de artes marciales, el relato fant¨¢stico, la comedia y la acci¨®n, El misterio del drag¨®n puede recordar vagamente a algunas de las poderosas peripecias hist¨®ricas de Terry Gilliam, sobre todo a Las aventuras del bar¨®n Munchausen, aunque solo en sus aspectos m¨¢s superficiales, y cayendo en el ¨²nico defecto del cine del monty phyton: las dificultades para contar el relato con una narrativa que fluya y que no parezca epis¨®dica.
Cuando las secuencias de acci¨®n emulan el ritmo de las vi?etas de c¨®mic, como en la lucha entre el carcelero Schwarzenegger y el prisionero Chan, la pel¨ªcula adquiere cierto brillo. Pero con aspecto de videojuego de saldo en sus tomas paisaj¨ªsticas, una historia farragosa en torno a las tradiciones china y cosaca, y unos protagonistas imposibles ¡ªel ingl¨¦s Jason Flemyng y la rusa Anna Churina¡ª?El misterio del drag¨®n apenas tiene nada con lo que destacar. Salvo sus cabezas de cartel, aqu¨ª muy secundarios.
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