Norah Borges sale de las sombras en Argentina

"Norah, en todos nuestros juegos, era siempre el caudillo; yo, el rezagado, el t¨ªmido y el sumiso. Ella sub¨ªa a la azotea, trepaba a los ¨¢rboles y a los cerros; yo la segu¨ªa con menos entusiasmo que miedo", escribi¨® Jorge Luis Borges en 1977 sobre los recuerdos de infancia compartidos con su hermana Norah en Buenos Aires. Esa ni?a audaz despunt¨® en su adolescencia europea como una artista influida por el expresionismo y el ultra¨ªsmo. De adulta, ya de regreso en la capital argentina, no dej¨® de dibujar y pintar, pero su figura qued¨® opacada por la de su hermano y la de su marido, el intelectual del exilio republicano espa?ol Guillermo de Torre. El Museo Nacional de Buenos Aires (MNBA) alberga, por primera vez, una retrospectiva de Norah Borges (1901-1998) y rescata de la periferia a una artista de vanguardia casi desconocida.

La muestra Norah Borges, una mujer en la vanguardia, coordinada por el diplom¨¢tico e historiador Sergio Baur, re¨²ne m¨¢s de 200 obras, entre pinturas, grabados, ilustraciones, tapices y textos. "Norah transit¨® casi la totalidad del siglo pasado y, sin embargo, su obra se encuentra t¨ªmidamente representada en las colecciones p¨²blicas nacionales", sostiene el director del MNBA, Andr¨¦s Duprat, quien cree que la invisibilizaci¨®n de su figura induce tambi¨¦n "a reflexionar sobre el papel de la mujer artista a lo largo del siglo XX".

Una figura en auge

La relectura y reivindicaci¨®n de la obra de Leonor Fanny Borges Acevedo, rebautizada Norah por su hermano, ha ido creciendo a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada tanto en Espa?a como en Argentina. En 2015, en Palma le dedicaron una exposici¨®n en Es Baluard, el museo de arte moderno y contempor¨¢neo de la ciudad insular, y en Buenos Aires lleg¨® al Centro Cultural Borges antes de exhibirse ahora en el MNBA. La muestra podr¨¢ visitarse hasta marzo.

Norah Borges vivi¨® en Buenos Aires hasta 1912, cuando, junto con la familia, se mud¨® a Suiza para acompa?ar a su padre en un tratamiento para la ceguera. Finalizada la Primera Guerra Mundial, se instalan en Palma de Mallorca, despu¨¦s en Sevilla y en Madrid. En Espa?a, los hermanos Borges se unen a una vanguardia que traduce con un acento local el esp¨ªritu de renovaci¨®n est¨¦tica de los movimientos experimentales europeos de los a?os veinte.

Desde la lejan¨ªa, el para¨ªso perdido de la ni?ez en Buenos Aires impregna su producci¨®n art¨ªstica. "Norah estudia Bellas Artes en Suiza y conoce todo el movimiento expresionista alem¨¢n, los grandes grabadores y xil¨®grafos. Pero crea una est¨¦tica personal, centrada en el ambiente de su infancia. Siempre se bas¨® en la memoria para realizar sus obras", subraya Baur. Los patios ajedrezados, las balaustradas y los jarrones aparecen en sus primeros grabados y se mantienen despu¨¦s en las pinturas en las que recrea quintas bonaerenses.

Frente a los constantes movimientos biogr¨¢ficos ¡ªque incluyen el regreso a Buenos Aires en 1921 y la posterior mudanza a Espa?a durante la primera mitad de los a?os 30 junto a su marido¡ª, sus pinturas reflejan una gran quietud y la ausencia del paso del tiempo. "Sin evoluci¨®n, sin cambios, inalterada e inalterable, alegre, con la serenidad de quien vive en la eternidad", la describi¨® su hermano.

Los rostros dibujados son siempre infantiles y adolescentes, de trazos simples, y su paleta est¨¢ dominada por unos pocos colores pastel: celeste, salm¨®n, verde veron¨¦s y ocre. "A mi lado hay una gran artista, que ve espont¨¢neamente lo angelical del mundo que nos rodea, tan desaprovechado por otros cuya costumbre es la fealdad", agreg¨® el autor de El Aleph en el pr¨®logo a unas xilograf¨ªas expuestas en el MNBA.

Norah Borges altern¨® su obra pict¨®rica con ilustraciones literarias. El primer libro de poes¨ªa de su hermano, Fervor de Buenos Aires, apareci¨® en 1923 con un dibujo suyo y a partir de los a?os cuarenta ilustrar¨ªa tambi¨¦n las portadas de escritores espa?oles publicados por Losada desde Buenos Aires, como Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Rafael Alberti y Le¨®n Felipe. "Es una artista argentina que contribuye a la formaci¨®n de la vanguardia espa?ola. Al casarse con Guillermo de Torre, el gran cr¨ªtico y escritor de esa vanguardia, se le abri¨® un gran espectro de intelectuales espa?oles", comenta Baur. Entre ellos estaba Federico Garc¨ªa Lorca, amigo de la pareja y con quien Norah colabor¨® como vestuarista y escen¨®grafa de su grupo de teatro La Barraca.

La muestra destaca su compromiso con el exilio republicano a trav¨¦s de las cr¨ªticas de arte en la revista Los anales de Buenos Aires, donde public¨® bajo el seud¨®nimo Manuel Pinedo. "Cuando coment¨® una muestra que hubo en el MNBA de artistas espa?oles, aclar¨® que mientras que el franquismo no reconociera como artista a Pablo Picasso el arte espa?ol se ver¨ªa completamente desvalorizado", dice Baur.

Mantuvo tambi¨¦n una gran amistad con artistas y escritores de Argentina, como las hermanas Victoria y Silvina Ocampo y Xul Solar. Fruto de esos v¨ªnculos, se exponen cartas y dibujos que sirven para asomarse a la intimidad de Norah Borges, la vanguardista m¨¢s reservada.