Armando Iannucci, el hombre que se rio de todos en el poder
El creador de ¡®Veep¡¯ y famoso por sus s¨¢tiras pol¨ªticas regresa a HBO con ¡®Avenue 5¡¯
Ni siquiera la s¨¢tira ¨¢cida y disparatada que suele nacer de la mente de Armando Iannucci (Glasgow, 1963) fue capaz de superar a la realidad pol¨ªtica reciente. El prestigioso director y guionista, que en la ¨²ltima d¨¦cada ha fantaseado en sus series con las entra?as de Downing Street (The Thick of It) y los intestinos de la Casa Blanca (Veep), admite no haber sido capaz de imaginar los desvar¨ªos que casi a diario sueltan Donald Trump y Boris Jonhson. Y de Vladimir Putin. Y de Kim Jong-un.
¡°Hac¨ªa un tipo de comedia pol¨ªtica muy inmediata, que respond¨ªa a los temas de actualidad aun a riesgo de quedarse desfasada a las pocas semanas de emisi¨®n. Llegados a este punto de desmadre pol¨ªtico, la mejor respuesta a los actos de esta gente no es humor; es la respuesta period¨ªstica. Ahora es m¨¢s necesario que nunca que los reporteros investiguen, contrasten y corrijan los hechos falsos¡±, comenta por tel¨¦fono a EL PA?S.
Su nueva comedia evita ese desfase temporal huyendo del presente. Avenue 5, que estrena HBO Espa?a este lunes 20 de enero, transcurre dentro de 40 a?os. Un lujoso crucero espacial recorre el sistema solar hasta que un fallo t¨¦cnico lo deja a la deriva por tiempo indefinido. Pese a la novedad del g¨¦nero de la ciencia ficci¨®n, Iannucci mantiene su obsesi¨®n por el realismo. Si para sus anteriores proyectos televisivos se meti¨® en los despachos de los m¨¢s poderosos, esta vez ha llamado a las puertas de la NASA y de Virgin Galactic, la empresa de viajes espaciales del siempre exc¨¦ntrico Richard Branson. "Aqu¨ª no hay personajes que se teletransportan ni charlan con alien¨ªgenas", avanza, con lo que descarta cualquier similitud a Star Trek.
Pero el guionista no se aleja tanto de sus mundos ya conocidos, como la vicepresidencia de Estados Unidos de Selina Meyer en la ya cl¨¢sica Veep (Julia Louis Dreyfus gan¨® seis Emmys y estuvo nominada a cuatro Globos de Oro por su papel). Al mando de la nave de Avenue 5 tambi¨¦n se encuentra un grupo de incompetentes que a duras penas atienden las necesidades de unos clientes aturdidos, molestos y algo desesperados.
Al frente de la tripulaci¨®n se encuentra el impecable capit¨¢n Clark, interpretado por Hugh Laurie, el famoso doctor House. Es un l¨ªder de los de antes, con buena planta y modales exquisitos, a a?os luz de los pol¨ªticos populistas actuales. Pero a los pocos minutos de comenzar la serie, empiezan a vislumbrarse costuras en la fachada de este Mago de Oz. Su falsa pericia desencadena, literalmente, una tormenta de mierda, t¨¦rmino ingl¨¦s que no solo contiene una palabrota (las palabras preferidas de Ianucci, que incluso ha llegado a dedicar a un guionista exclusivamente a escribir los insultos que sus personajes se intercambian cada dos por tres). La palabra tambi¨¦n denomina una situaci¨®n llena de conflictos y tensiones, esas que Iannucci alimenta con su gusto por el absurdo existencialista. El infierno, incluso en ¨®rbita, siguen siendo los otros.
As¨ª, Avenue 5 encuentra su tono pol¨ªtico y da pie al brit¨¢nico a analizar. ¡°Nos hemos acostumbrado a huir de los hechos, a aferrarnos a nuestras ideas y negarnos a creer todo aquello que no nos interesa creer¡±, sopesa.
El guionista se declara fascinado por el hecho de que sea la nueva generaci¨®n (¡°la de Greta Thunberg y no la de estrellas del entretenimiento como Trump y Johnson¡±), la que est¨¦ dispuesta a enfrentarse a la realidad. ¡°Los j¨®venes son los que se atreven a admitir que estamos siendo c¨®mplices y no v¨ªctimas, que estamos apartando la mirada de las cosas que no nos gustan. Y son ellos los que est¨¢n dando esperanza a un mont¨®n de gente que siente que los ¨²ltimos cinco a?os han sido deprimentes", defiende.
Lo que, en cambio, le deja fr¨ªo es el modo en el que la industria del entretenimiento est¨¢ acorralando a los l¨ªmites del humor. Sin ir m¨¢s lejos, est¨¢n las reacciones a las c¨¢usticas bromas de su coet¨¢neo, Ricky Gervais, en los Globos de Oro. ¡°Estoy realmente preocupado de que haya gente que sienta que ya no puede contar chistes por miedo a ofender a alguien. Las creencias y la identidad de cada persona deben ser lo suficientemente s¨®lidas como para resistir una broma hecha a su costa¡±.
La pel¨ªcula que Mosc¨² quiso esconder (con poco ¨¦xito)
En 2018, el Gobierno ruso censur¨® el segundo largometraje de Ianucci, La muerte de Stalin, sobre las luchas de poder en los d¨ªas previos a la muerte del dictador. La noche anterior al estreno en salas, las autoridades denegaron la licencia de proyecci¨®n. El asunto gener¨® preocupaci¨®n en la comunidad internacional, lo cual ten¨ªa sus ventajas. "Nos dio tanta visibilidad que, seg¨²n los datos que nos llegaron, la pel¨ªcula se descarg¨® de forma ilegal m¨¢s de un mill¨®n y medio de veces", cuenta el cineasta.
Eso le renov¨® la fe en el humor como eficaz forma de combatir el desencanto vital. ¡°Incluso en tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se editaban de forma clandestina libros de chistes sobre Stalin. Hab¨ªa quien los le¨ªa, a pesar de que pod¨ªan recibir un tiro por ello. Necesitaban ironizar sobre su l¨ªder para decirle de alg¨²n modo: mientras pueda seguir haciendo un chiste sobre ti, no podr¨¢s arrebatarme el alma¡±.
?Por qu¨¦ no rodar una comedia en la que Armando Iannucci recree las conversaciones entre las autoridades rusas que decidieron censuran su pel¨ªcula en el ¨²ltimo momento? "Si alguien logra chivarme lo que pas¨® en esas salas del Kremlin, me plantear¨ªa escribir el guion", admite.
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