Sobre la vida

Roy Andersson, ese veterano cineasta sueco conocido por explorar las conductas humanas con sus vi?etas filmadas, no oculta que las inspiraciones de su ¨²ltima pel¨ªcula, Sobre lo infinito, son heterodoxas. El influjo de Las mil y una noches se traduce en la manera de encadenar durante 76 minutos un microrrelato detr¨¢s del otro hasta embargar al espectador en una especie de cuento sin fin; la huella de Bob Dylan est¨¢ en una de sus m¨¢s celebres canciones-r¨ªo, A Hard Rain¡¯s a-Gonna Fall, en la que el m¨²sico enumera (como la voz en off de esta pel¨ªcula) las cosas que vio o se encontr¨® por su camino. O esa referencia expl¨ªcita al cuadro surrealista de Marc Chagall Sobrevolando la ciudad que aqu¨ª funciona como imagen fetiche del filme.

Sobre lo infinito, sexta pel¨ªcula de un ya casi octogenario Andersson, es una mordaz y a la vez emp¨¢tica panor¨¢mica sobre las conductas humanas, sobre los miedos, anhelos y laberintos que o sufrimos o reconocemos. En esa paleta de colores blanquecinos que caracteriza su estilo, con esos rostros que parecen maquillados con polvos de talco como mimos, Andersson se mueve en un terreno pr¨®ximo al videoarte y al aforismo visual. Su nueva pel¨ªcula afina un estilo tan ambicioso como f¨¢cil de transitar. Ligero y denso a partes iguales, sus historias son pinceladas que mezclan el humor y el desamparo. Con la c¨¢mara fija y siempre alejada de sus interpretes, lo que le confiere a la puesta en escena una profundidad esc¨¦nica propia del teatro, se detiene en momentos que como una bola de nieve van conformando la pel¨ªcula. Vemos a un padre y una hija bajo la lluvia, a un hombre perdido, a un dentista borracho en un bar donde otro hombre anuncia que la vida es fant¨¢stica; a un hombre que mata a su mujer y a otro que la abofetea. Quiz¨¢ solo desafina con alg¨²n gui?o hist¨®rico. Por lo dem¨¢s, y como en el cuadro de Chagall, se trata de un vuelo en brazos de su fantas¨ªa y lejos de la norma.